Más allá de lo que aparenta

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Me sorprendía mucho que el señor Clark viniera a la cena y eso empezó a confirmar mis dudas sobre él y Brittany, pero había algo más, esto no me estaba gustando para nada; sobre todo el hecho de que yo era su jefa y él sólo un asistente que me volvía loca, sobre todo porque ninguno de los dos parecía entender lo que yo quería decir.

-Hola, señorita Alison-saludó él, yo sólo entrecerré los ojos.

-Vamos, Patrick, estamos en confianza, no la tienes que llamarla así -comentó Brittany.

-Sí, creo que sí me tiene que llamar así -repliqué.

Ella podía meter al señor Clark en mi casa, pero eso no quería decir que le iba a dar la confianza de tratarme o llamarme como le diera la gana, aún seguía siendo su jefa, la de los dos, aunque ella no cayera en cuenta y dudaba que jamás lo hiciera. Conociendo a Brittany, lo cual por desgracia pasaba, sabía que ella jamás tomaba las cosas en serio, este trabajo le duraría poco y el estar con mi familia también.

-Ya la cena está lista, vamos a comer. Un placer, Patrick -dijo mi madre para calmar las cosas, ella sabía cómo terminaban mis disputas con Brittany.

-Hola, Patrick -saludó Eric con gracia.

-Hola señor...

-Nada de señor, no soy como la neurótica de mi hermana.

Lo miré mal, me di vuelta y caminé al comedor. Me senté y esperé a que mí tarado hermanito se sentara a mi lado, porque, por nada del mundo, me sentaría al lado de la desquiciada de Brittany o el raro de Clark . Por suerte Eric se sentó a mi lado, mamá a la cabeza de la mesa y papá del otro lado, Brittany estaba frente a Eric.

-Hermanita contrólate, lo menos que necesitamos es una orden judicial -susurró mi hermano para nosotros dos.

-Por asesinato sería mejor, el encabezado diría: "Joven mata a su hermano por ser un completo idiota" -repliqué sin gracia.

-¡Qué sensible estás, Ali! -musitó él.

-Patrick, por lo que veo trabaja para mi hija -comentó mi padre.

-Sí, señor, soy su asistente.

-Sólo Robert, me hace sentir viejo si me llaman señor.

Él asintió de manera tímida.

-Patrick es el mejor asistente, ¿verdad, Alison? -dijo con alegría Brittany.

Yo no respondí en primero no me interesaba su opinión y en segundo que podía saber ella si apenas había empezado en la empresa y, como la cena estaba servida, empecé a comer y todos me siguieron de manera silenciosa e incómoda. Lo que más deseaba era terminar de cenar y por fin irme a la comodidad de mi tranquilo y acogedor apartamento, donde no tenía que soportar a la niña caprichosa y al chico raro. Ni siquiera pude disfrutar de la rica comida de mamá, sólo con pensar el motivo de ellos dos me daba náuseas. El señor Clark parecía sólo un triste e indefenso venado al lado de esa horrible hiena.

-Mañana empezaré a trabajar, ¿no es emocionante? -dijo Brittany brincando de alegría.

-Sí, muy emocionante que por fin hagas algo por ti -solté sin medir palabras.

-Ali -llamó mi madre con dulzura, pero sabía que había un tono de reprensión en ello.

-¿Qué, madre? Sólo digo un punto.

-¿Y qué tal es mi hermana como jefa? -le preguntó Eric a Clark.

Alcé la vista de mi plato por primera vez, lo miré con intriga diciendo en mi cabeza: Vamos Clark, diga lo que piensa. Él se encontró con mi mirada, pero la apartó de inmediato. Estaba empezando a odiar que hiciera eso, como si quisiera evitarme todo el tiempo, quería que por una vez me mirara aunque fuese con rencor por mi comportamiento pero en vez de eso solo evitaba mirarme me preguntaba que tanto ocultaba esa mirada que....

-Ella... es mu-muy bu-buena es su tra-trabajo -respondió él con tartamudeo.

-Alison es tan... estricta -musitó Brittany con malicia.

-Nado con tiburones, con el tiempo tienes que convertirte en uno, aunque hay algunos que sólo se pegan como sanguijuelas y chupan la sangre de los demás. -Le di una sonrisa ácida y maligna. Brittany podía intentar jugar conmigo, pero cuando ella venía ya yo había hecho ese viaje diez veces. Ella creía que era fácil que solo firmaba papales y decía lo que los demás debían hacer pero no era así aunque como esperaba que ella lo entendiera si nunca en su vida se había esforzado por nada.

-Sí, que emprendedora tú.

Nuestra pequeña discusión entre palabras camufladas, había hecho del ambiente algo hostil y pesado, hasta Eric, que era alegría pura y el que más hablaba en la cena, se había quedado callado. Esto era lo que más me molestaba de las visitas de Brittany, arruinaba los únicos momentos en los cuales no tenía que ser la perra jefa que le gritaba a todos, estar con mi familia aunque fuera dos días a la semana me ayudaba a sobrellevar todo, pero si estar con ellos significaba tener discusiones con Brittany siempre que los visitara, me haría realmente difícil el poder soportarlo.

La cena terminó, el postre había estado divino, de no ser porque en un punto, sentí la mirada del señor Clark sobre mí, eso de alguna manera me puso nerviosa. Mi territorio era mi oficina, la empresa, ahí podía tener control y el control en estas situaciones lo era todo; en la casa de mis padres ese control se perdía y sólo quedaba yo, no me gustaba sentirme expuesta. Y si quería ver que ocultaba su mirada pero no en este lugar tan cerca de todo lo que amo y en el cual no soy solo Alison la jefa gritona.

Me levanté cuando todos terminaron de comer, siempre ayudaba a mamá a recoger los platos.

-Yo puedo ayudar -musitó Brittany.

-No lo creo, mi madre y yo podemos hacerlo. -No quise ser cruel pero sabía que lo había sido, técnicamente Caroline era su familia, todos lo éramos, pero no se sentía natural porque no lo era. Ella tenía a su madre, la cual la había abandonado, pero de qué podía quejarse, siempre quiso alejarse de ella, mi padre bilógico jamás la reconoció y en esta familia nunca llegó a encajar. Podía soñar cruel, pero era su realidad.

Ella asintió medio sonriendo, todos se había dispersado, Eric y papá fueron los primeros en desaparecer, mamá estaba en la cocina y Brittany se fue a fastidiar a alguien por ahí, yo sólo me puse a recoger. Clark trató de levantarse cuando estuve a su lado y, en el proceso, provocó que algo de vino se derramara en su camisa y entrepierna.

-Lo siento -dije tomando una servilleta y empezando a limpiar su camisa de vestir, que tenía horribles cuadros verde vómito y morado.

-Descuide, se-señorita -respondió nervioso, pero no le presté atención y seguí limpiando; por suerte nadie estaba allí para presenciar tan estupidez de mi parte.

Me di cuenta muy tarde que, en el proceso de limpiarlo, me había desviado a zonas desconocidas tocando y rozando su intimidad. Me levanté en seco, nos quedamos mirando, él estaba rojo, respirando pausado y estático como si estuviera muerto. Esto, definitivamente, sólo me pasaba a mí y, sobre todo, con Clark para terminar de arruinarlo, mas tenía que pensar rápido qué hacer, fue sólo un accidente, no era como si yo hubiera querido tocarle ahí.

Di un paso lejos de él.

-Señorita...

-Señor Clark debo... yo debo ir a llevar los platos. -Asentí haciendo una mueca rara y me fui a la cocina tan rápido como pude, pero con algo de disimulo, como si no hubiera pasado nada.

-Cariño... -Escuché a lo lejos-. Ali -llamó mi madre.

-Aja -respondí algo ida.

-¿Estás bien? ¿Te pasa algo?

-No -dije sacudiendo mi cabeza un poco-, sólo cosas.

-Pareces algo desconcertada, seguro algo de trabajo, deja de pensar en lo que sea que estás pensando y relájate un poco -sugirió mi madre.

Sí, creo que tardaré un poco en olvidarlo, pensé.

-¿Ali? -preguntó.

-¿Sí?

-¿Y los platos?

Volví de vuelta a el comedor por los platos cuando vi a Clark subiendo las escaleras, no sé si era curiosidad, instinto o qué, pero algo en mi cuerpo, sin orden alguna, me hizo seguirlo de manera silenciosa y casi esperando descubrir algo. Era una cosa en mí, un presentimiento o algo que me decía que me estaba perdiendo de algunas cosas que, aunque parecían pequeños detalles, detonarían cosas importantes si las observara más detalladamente, era eso o en realidad me estaba volviendo algo loca.

Él estaba entrando al baño, me acerqué y pude ver que la puerta había quedado entreabierta. ¿Qué demonios, Ali? Ni lo pienses, grité en mi cabeza, pero no seguí esa orden y me acerqué más. Si alguien me descubría haciendo eso no habría excusa en el mundo que me dejara bien, pero, dejando eso a un lado y sin miedo, me quedé mirando.

-¡Qué desastre! -dijo mirando su camisa. Tomó una toalla y empezó a limpiarlo. Me iba a retirar, esto no estaba bien, hasta que él alzó su camisa para limpiar su abdomen, el cual, para mi sorpresa, estaba realmente bien formado y con eso me quedaba corta, el señor Clark ocultaba su escultural cuerpo. Se alzó un poco más la camisa y vi... vi el inicio de un tatuaje, eso me hizo reemplazar todo conocimiento que creí saber de él. ¿Quién demonios era Clark y por qué parecía ocultar más de lo que tartamudeaba?

Me retiré de la puerta, era lo mejor. Me seguía repitiendo una y otra vez que si él tenía una vida secreta en el cual era súper sexy no era mi problema, pero la idea, el descubrimiento o conocimiento de lo que había visto, se iba a quedar en mí hasta que despejara las dudas y contestara todas mis preguntas.

Bajé de manera tranquila, antes de encontrarme con Brittany en las escaleras.

-Alison, parece que viste un fantasma.

-Veo cosas peores que fantasmas todos los días. Permiso -dije caminando hacia la sala donde estaba Eric y mi madre mirando televisión-. Me voy -avisé.

Los dos se voltearon a mirarme.

-Me preguntaba cuánto más soportarías -se burló mi hermano.

Alcé los hombros con indiferencia.

-Es tiempo, además mañana tengo trabajo.

-¿Por qué no te quedas, cariño? -preguntó mama.

La miré como diciendo: ¿En serio, mamá?

-Maneja con cuidado. -Me acerqué a ella y besé su cabeza mientras golpeaba la de mi hermano.

-¿Mañana tengo que ir a trabajar? -preguntó Eric con carita de cachorro abandonado.

-Obvio, si no te despido -lo dije de manera fría y seria.

-¡Que graciosa, Alison!

-No estoy bromeando -repliqué-. Mamá dile a papá que hablaré con él después.

Ella me preguntó con la mirada a qué se debía, no le respondí, era algo entre mi padre y yo, sabía que mama no lo entendería. Busqué mi cartera y salí inmediatamente de ahí, lo menos que quería era volver a encontrarme con Brittany o con Clark, ya tenía suficiente de ellos por un día y los que faltaban.

Ya en mi apartamento me quité los zapatos, tirándolos por ahí, me fui a dar un baño para luego volver por una copa de vino, sentarme en mi cómodo sofá sólo con ropa interior y una ancha y cómoda camiseta. Encendí el televisor, me quedé mirando Friends hasta que me quedé dormida.

Jugando a Seducirte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora