Felicidad o abismo

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-Patrick -llamé cuando llegamos a mi piso.

-¿Qué pasa, cariño? -Sonreí por su tono dulce y esa palabra tan linda con la cual me había llamado.

-¿Podemos entrar a mi apartamento? -pedí. Me gustaba mucho el momento pero alguien en algún momento también tendría que utilizar el ascensor y sentía que me estaba perdiendo de algo, como si hubiera olvidado una cosa importante, pero sus manos en mí y los labios de sabor dulce que él tenía me mantenían desconcentrada.

-Pero aquí estamos cómodos -se quejó escondiendo su cabeza en mi cuello y mordiéndolo.

-Para, por favor, debemos ir a un mejor lugar, ¿sí? -Él alzó la vista y resopló, luego se acercó un poco, me dio un beso y acarició mi nariz con la suya en un gesto cariñoso.

-Está bien, vamos. -Él me bajó, ya que tenía mis piernas a su alrededor; ambos acomodamos nuestra ropa y salimos.

Caminamos a mi puerta tomados de la mano, fue raro y a la vez con una normalidad única, como si esos dos meses no hubieran pasado; pero sí lo habían hecho y en ese momento, aunque me sentí bien por estar con él, por retomar muchas cosas, también estaba consciente de que teníamos bastante que hablar.

Cuando entré a mi apartamento lo primero que sentí fueron sus manos de nuevo en mí y sus labios buscando de nuevo los míos. Yo quería seguir porque lo necesitaba y lo había extrañado mucho, pero la realidad era que él aún tenía cosas que aclararme.

-Patrick, tenemos que hablar y lo sabes -dije con firmeza separándome de él.

Al principio, cuando él llegó y me besó de esa manera, mi cabeza y cuerpo estaban bajo ese hechizo que él causaba en mí, ese donde perdía mi norte y mis pensamientos carecían de sentido; pero ya sintiéndome de nuevo yo, entonces sólo venían todas esas preguntas a mí, esas que no podía dejar pasar, estaba vez no estaba ebria ni enojada y teníamos que tener una larga conversación.

-Pero, Ali...

-No, es que... ¿dónde has estado? Pensé... -Recogí mi cabello mojado en un moño improvisado-. Pensé que estarías con Lucy.

-Lo de ella y yo terminó en cuanto salí del ascensor ese día que me despediste. -Lo miré con sorpresa-. Te dije no eras tú o ella.

-Algo más grande, lo recuerdo y lo has resuelto... por eso estás aquí.

-Te extrañé y...

-¿Y qué? -susurré teniendo algo que hacía mucho no sentía, un miedo desgarrador y una esperanza avasallante y todo se resumía a él a lo que podía decir o decidir.

Patrick tomó mi cara entre sus manos, acarició mis mejillas y besó mi frente.

-No podía pasar otro día alejado de ti y sé que pasó mucho tiempo, pero sólo quiero estar en tu vida.

Me separé de su contacto, no me dejaba pensar cuando me tocaba. Di algunos pasos lejos de el, eso parecía ser demasiada información para mí. Me encantaba que estuviera aqui y el cosquilleo seguía esperando que él con su roce lo calmara, pero también él parecía alguien completamente diferente a ese chico que despedí y era tímido y sólo hablaba cuando yo estaba ebria. Él no era así y me preguntaba qué tanto había pasado en ese tiempo que no lo había visto.

-¿Qué hiciste cuando te fuiste?

-Trabajé en algunas otras cosas y luego sólo dejé pasar el tiempo. -Levanté la vista, él había metido sus manos en los bolsillos y parecía estar algo nervioso.

Estaba por responderle cuando mi teléfono sonó, lo busqué entre el desorden que Felix tenía por todos lados. Al pensar en Felix cerré los ojos con fuerza, maldije y me apresuré a atender.

Jugando a Seducirte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora