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Sentí como mi mundo se comenzó a derrumbar.

Ella se alejó y se fue directo hacia una ambulancia, yo no presté tanta atención, tan solo vi cómo se subió y se comenzó a alejar en esta.

Miré hacia arriba y vi aquella ventana.

Rápidamente caí en cuenta.

Esa ventana da hacia la habitación de Mason...

Pude ver un hombre con una aguja en su mano, lo que me hizo preocuparme, aquel hombre cerró las cortinas, lo que me hizo correr hacia el interior del manicomio, pasando entre la gente.

Escuché como me llamaba Lea, pero no podía detenerme, Mason se encuentra en peligro, de eso estoy segura.

Entré al ascensor y antes de que se cerraran las puertas, vi como mi amiga corría hacia mí, pero no alcanzó a entrar, por lo que subí sola, o eso creía.

Ya que a mi lado se encuentra el mismo paciente de la otra noche.

Sequé mis lágrimas y lo miré.

—Ya está aquí. – murmuró y seguido de eso, comenzó a reír.

—¿Cómo lo detengo? – tragué saliva y él se acercó a mí, sin dejar de reír.

—No puedes. – comenzó a negar con la cabeza, mientras con una mano comenzaba a tocar mi rostro. – Ya no puedes hacer nada... tu alma le pertenece. – lo último lo dijo en un susurro. – Ellos me dicen que es demasiado tarde. – dijo, mientras golpeaba la pared del ascensor con fuerza.

—¿Ellos te hablan? – pregunté y él asintió, girando su rostro hacia mí. – ¿Quiénes son ellos?

—Los que viven en las paredes...

Las puertas del ascensor se abrieron, por lo que salí y lo miré.

—Cuídate de él...

Lo miré y él sonrió abiertamente, mientras acercaba sus manos hacia su boca.

Lo que sucedió después, me hizo sentir náuseas y a la vez, malestar en mi estómago.

Comenzó a rasgar los laterales de su boca, abriéndola más, mostrando una enorme sonrisa tan espeluznante.

En eso, las puertas del ascensor se cerraron.

Yo me giré y decidí correr hacia la recepción, ahí dejé mis molestos tacones y tomé una linterna, para luego adentrarme al oscuro pasillo, pero en el camino me topé con una chica.

—¿Quién eres? – hablé y ella levantó sus manos.

—Cassie... yo... – miró hacia atrás y luego me miró de nuevo. – Adiós...

Ella pasó por mi lado, corriendo hacia el ascensor.

Corrí hacia el pasillo que me corresponde, pero volví a chocar con alguien, tirándolo al suelo.

Al acercarme pude ver que se trata de James, el cual no dudó en abrazarme con fuerza.

—¡Autumn! – dijo, mientras comenzaba a llorar.

—James...

—Está aquí... él... – se separó y me miró. – Él se encuentra aquí... vino por nosotros...

—Lo sé. – tomé su rostro entre mis manos. – Pero debes ser fuerte... debes irte de aquí... escapar... yo debo ir por Mason...

—¡No! – gritó y me detuvo. – No te dejaré... – se puso de pie, al igual que yo. – Iré contigo...

[COMPLETA] ✓ECHO - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora