10

4 1 0
                                    


Una silueta se encuentra frente a mí.

—¿Hola? – murmuré, pero solo pude escuchar el eco de mis palabras. – ¿Quién eres? – volví a hablar.

Pero en este pasillo solo hay un eco y tantos murmullos que lo hacen ver aún más tenebroso de lo que es.

Comencé a caminar hacia adelante, justo donde se encuentra esa misteriosa persona, porque ahora es una persona y no la temible criatura que me acecha en todo momento.

Conforme más caminaba, más se me hacía lejano.

Como si el pasillo se comenzara a alargar aún más mediante daba un paso y así consecutivamente mientras daba aún más pasos.

La silueta desapareció y por fin, pude llegar a la división de pasillos, volteé a ambos lados, pero todo se encuentra oscuro, completamente oscuro y solitario.

Miré hacia adelante, justo en donde se encuentra la recepción, pero la silueta se encuentra ahí, el hombre se encuentra de pie en frente, mirándome sin siquiera musitar palabra alguna.

Tragué saliva en el momento en que vi cómo se comenzaba a acercar, haciéndome sentir escalofríos por todo mi cuerpo.

Justo cuando me iba a dar la vuelta y caminar hacia uno de los pasillos a los laterales, la linterna comenzó a fallar, la luz comenzó a parpadear sin parar y la linterna finalmente se apagó, dejándome en total oscuridad.

El frío comenzó a apoderarse de mí que conforme respiraba, el vapor podía verse frente a mí, saliendo de mi boca, mostrando la frialdad de los pasillos.

La única luz que se encuentra encendida se apagó, dejándome sola en la oscuridad y con el miedo recorriendo mi cuerpo.

Un jadeo se escuchó tan legible a mi lado, lo que me hizo tomar con fuerza mi linterna y respirar tan agitadamente.

Pero el murmullo me hizo quedarme atónita, quedarme congelada sin siquiera saber que hacer, dejando que mi cuerpo actuara mucho antes de que mi mente reaccionara.

—Corre...

Mis pies reaccionaron con prisa y corrí hacia la izquierda, escapando de lo que sea que me persigue en estos momentos.

Como pude saqué mi celular y con la linterna pude alumbrar un poco mi camino, pero decidí voltear y ver como el hombre corría con rapidez hacia mí, haciéndome respirar tan agitada.

Sentí unos enormes escalofríos que me hicieron reaccionar y correr, adentrándome a otro pasillo, pero en eso mi celular comenzó a fallar, haciendo que la linterna se apague y la oscuridad de nuevo me invada, dejándome sin vista alguna, deseando encontrar un lugar para refugiarme o lo que sea que pueda ayudarme.

Retrocedí en dirección contraria a la que viene el hombre, pero una gran mano se posicionó en mi boca, cubriéndola y un brazo me rodeó la cintura, alzándome en el aire y metiéndome en una desconocida habitación para mí.

Comencé a moverme, tratando de zafarme de su agarre, pero quien sea que me haya agarrado, me dejó inmóvil ante él.

Aunque el susurró de él lo pude reconocer, esa voz sabía a quien le pertenece.

—Tranquila... – murmuró Mason en mi oído.

Tragué saliva al escuchar unos fuertes golpes en la puerta que fueron tan agresivos conforme más silencio hay en este lugar.

Pero después de unos minutos cesaron por fin, por lo que Mason me soltó y lo miré inmediatamente.

—¿Qué demonios te sucede? – pregunté, alejándome de él

[COMPLETA] ✓ECHO - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora