Resurrección en Percy Jackson (PAUSADA)

Salida

Me sentía un poco desorientado en la cuidad además de que había sido un viaje muy largo, en resumen no vendría si no fuera por Annabeth.

Estaba un poco nervioso ya que no solía "quedar" con la gente.

En esta vida no solía salir y en mi vida anterior siempre estaba con Alice.

Quise cortar mi cabello pero Alaysa casi me mata.

Me estaba inquietando cuando Annabeth finalmente llegó.

Le mire con agudeza.

Con unos jeans negros con un cinturón negro de hebilla plateada, una camisa blanca y unas zapatillas negras que se asimilaban bastante a unas botas de cuero con una fila de cordones desde la mitad del pie hasta unos centímetros por encima de su pie.

Lo único más denotable era que llevaba una pequeña cartera que se sostenía de una cadena de plata apoyada en su hombro.

Siendo sincero no podía evitar mirar su cuerpo con una sensación de querer comerla.

- Hola Annie - Saludé con una sonrisa.

- ¡Jon! - Dijo emocionada dando largas zancadas hacia mi - Te extrañe mucho - Admitió sin vergüenza.

Sonreí y abrí los brazos dejando que la niña me abrazara.

- Yo más - Asegure abrazándola con cariño.

La niña se alejó y finalmente hablé.

- ¿Y por qué me llamaste? - Pregunté a lo que ella me miro con las mejillas enrojecidas.

- Creí que lo dejé claro… - Murmuró abriendo su pequeño bolso y tomando algo de este.

- ¿Que es? - Pregunté sin saber que eran esos papeles raros.

- Santo cielo, a veces eres tan ignorante - Se quejó negando con una sonrisa - Son boletos, para el cine - Explicó con calma.

- Ah sí - Dije recordándolo asintiendo.

Como si no hubiera hablado la niña enrredo mi brazo al suyo y me llevo.

- ¡Vamos! - Dijo emocionada.

Sonreí y la seguí.

***

Salimos del cine y Annabeth hablaba emocionada aunque no tenía referencia para decir si realmente era una buena o mala película.

- ¿Que te pareció? - Pregunto mirándome con cuidado.

- No entendí la película - Admiti haciendo que ella me mirase con cierta decepción - Pero… me gusto salir contigo - Murmuré causando que la niña sonriera suavemente.

Con mucha discreción su mano derecha tomo mi mano izquierda y nuestros dedos se entrelazaron.

- Como dije, haces muy buenos halagos - Murmuró la niña - ¿Ahora qué hacemos? - Pregunto sin querer irse.

No pude evitar en sonreír por lo tierna que era, toque su rostro y ella me miro un poco sorprendida.

- Ya es muy tarde - Dije viendo mi reloj.

La niña parecio un poco decepcionada y suspiro.

- Tienes razón… pero… - Parecía dudar en lo que decía pero finalmente las palabras salieron de sus hermosos labios - Quiero estar más tiempo contigo - Confesó con rubor en sus mejillas.

Mis ojos destellaron y toque su rostro.

- Me quedaría contigo toda la vida - Murmuré con una sonrisa.

La niña sonrió débilmente y se movió tan rápido que apenas la pude ver cuándo sus brazos rodeaban mi cuello y sus labios se presionaban contra los míos.

Mis ojos se abrieron por la sorpresa pero sin poder resistir esta extraña sensación cerré los ojos mientras mis manos se colocaban en sus caderas.

Nos habremos quedados así unos minutos en los que su boca dejo pasar mi lengua.

¡Por Dios que buen sabor tiene!

Finalmente nos separamos y mire a la niña que respiraba jadeante.

- Jon… - Murmuró la niña tomando mi rostro con sus suaves y pequeñas manos.

- ¿Que? - Pregunté sonriendo calor en mi rostro.

- Nos besamos… - Su voz era apenas un susurro que casi no escucho.

- ¿En serio? - Dije sarcásticamente tocando su rostro y acariciándola con el pulgar - ¿Y que pasa con eso? - Pregunté a la niña.

Sus pupilas parecían haber perdido su brillo, pero de repente retomaron un fuerte brillo, aún más fuerte que el usual, ese brillo era fácil de entender para mí, era el brillo de una fuerte voluntad.

- Quiero que seas mi novio - Dijo casi como una orden.

Mis ojos se agudizaron y mi corazón se sintió golpeado por sus palabras.

- Awwww, sos tan linda - Dije abrazándola y presionandola contra mi.

Mis labios besaban su rostro descontroladamente. Annie por cada beso estaba más y más avergonzada.

- ¿Y? - Pregunto finalmente mirándome con seriedad a pesar de sus mejillas ruborizadas.

Me acerqué a ella y murmuré en su oído.

- Sin temor a confundirme… puedo decir que me gustas, me encantas… puedo decir que te amo… - Murmuré acariciando su cuello.

La niña me miro con ojos llenos de emoción y sus pequeñas manos tomaron mi rostro y me besó.

- ¿Eso es un si? - Pregunto con dudas de repente.

Me reí suavemente pero no me aleje de ella, no quería alejarme de ella.

- Annabeth… me conoces hace 4 años casi… ya sabes lo que significa - Mi voz estaba calmada mientras acariciaba sus manos, su sedoso cabello y mis dedos finalmente acariaron sus labios.

- No exageres, no solemos vernos fuera del campamento - Murmuró avergonzada.

- Y aún así sabes leer mis sentimientos… lo que siento por ti - Murmuré un poco avergonzado por hablar de eso.

La niña se rió de mi aunque sus orejas estaban rojas.

- En eso tienes razón… - Dijo sonriendo - Puede que ya haya sabido que te gustaba hace uno o dos años pero no podía confirmarlo, no contigo tonteando con Artemisa… - Su voz tenía un tono que parecía recriminarmelo pero finalmente suspiro.

- Pero yo sabía que tú lo notarias - Asegure sonriendo.

La niña me miro con ojos que parecían querer saber solo la verdad.

- Claro que lo notaría, después de todo soy tu novia - Declaró.

Su declaración dejo claro que entendió el mensaje.

Me besó suavemente y tomo mi mano nuevamente.

- Ahora vamos a merendar algo - Decidió.

Sonreí mientras la seguía y realmente sentía mi pecho presionado por una rara sensación.

- Si tú quieres - Murmuré mirándola de arriba a bajo.

"No está mal… nada mal" Pensé al ver ciertas partes de su cuerpo. 

Me sentía un poco mal por pensar en ella de esa forma pero no lo podía evitar… es tan linda. 

La niña pareció sentir mi mirada y respondió con una mirada traviesa.

- No te precipites, ya tendremos nuestra privacidad - Aseguró mirándome de arriba a bajo - No eres el único ansioso - Murmuró.

Sonreí y cambie mi forma de agarre, mi brazo rodeo su cintura y la pegue a mi.

- Así está mejor - Murmuré a la niña que me miro con una sonrisa.

- No me desagrada - Dijo tímidamente.

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