El Peso Del Cielo

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Jon.

Tardamos un poco pero finalmente llegamos a la casa del padre de Annabeth.

Me sentía un poco inquieto por el constante olor del Ladón.

Además de que me sentía inquieto por el padre de Annabeth, solo me había hablado de el en tan pocas ocaciones que podías contarlas con los dedos de una mano.

Thalia tocó el timbre y me miro como diciendo que me comportará.

La puerta se abrió lentamente dejando ver a un hombre de pelo rubio y ojos marrones, el aparentaba entre 40 y 50 años gorro de aviador y unos anteojos. Tenía una pinta tan
rara, con aquellos ojos saltones tras los cristales.

- Hola - Dijo en tono amistoso - ¿Vienen a entregarme mis aeroplanos? - Pregunto alegre.

- Ehhh, no - Dijo Thalía dudosa.

- ¡Mecachis! Necesito tres Sopwith Camel más - Exclamó con cierta molestia.

- ¿Eh, que es eso? - Pregunté confundido pero Thalia hablo apurada.

- Nostros somos amigos de Annabeth - Dijo seriamente.

El hombre pareció volverse serio de repente.

- ¿Le paso algo a Annabeth? - Pregunto seriamente.

Nadie hablo mientras el hombre nos miraba buscando alguna respuesta.

- Será mejor que pasen - Dijo sombrío.

***

Aquello no parecía una casa a la que se acabaran de mudar. Había robots construidos con piezas de lego en las escaleras y dos gatos durmiendo en el sofá de la sala. La mesita de café estaba cubierta de revistas y había un abriguito de niño en el suelo. Toda la casa olía a galletas de chocolate recién hechas. De la cocina llegaba una melodía de jazz.

- ¡Papá! - Grito un niño - Me está rompiendo los robots - Se quejó el niño con su padre.

- Bobby - Dijo el doctor Chase distraídamente - No rompas los robots de tu
hermano.

- ¡Yo soy Bobby! - Protestó el chico.

- Ah… Matthew - Se corrigió el doctor -  no rompas los robots de tu hermano.

- Vale, papi - Dijo el otro niño.

El doctor se volvió hacia nosotros.

- Subamos a mi estudio. Por aquí - Nos guió.

- ¿Cariño? - Dijo una mujer, y en la sala apareció la madrastra de Annabeth secándose las manos con un trapo. Nos miro con cuidado - ¿No me presentas a tus invitados? - Pregunto seriamente.

- Ah - Dijo el doctor Chase-  Éste es... - Nos miró con aire inexpresivo.

- ¡Frederick! - Lo reprendió ella - ¿No les has preguntado sus nombres? - Pregunto sería.

Cada uno se presentó un pocos incómodos.

Subimos al primer piso y entramos en el estudio del doctor.

Las cuatro paredes estaban cubiertas de libros, pero lo que me llamó la atención de verdad fueron los juguetes bélicos. Había una mesa enorme con tanques en
miniatura y soldados combatiendo junto a un río pintado de azul y rodeado de colinas, arbolitos y cosas así. Colgados del techo, un montón de biplanos antiguos se ladeaban en ángulos imposibles, como en pleno combate aéreo.

Por alguna razón los niños se sorprendieron sacándole una sonrisa a el padre de Annabeth.

- Sí. La tercera batalla de Ypres. Estoy escribiendo un trabajo sobre la importancia de los Sopwith Camel en los bombardeos de las líneas enemigas. Creo que tuvieron un papel mucho más destacado del que se les ha reconocido - Dijo emocionado.

Resurrección en Percy Jackson (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora