Tardaste

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Annabeth.              

Sentada en la cama de mi cabaña leía tranquilamente de un pergamino con el que había estado dos horas.

Pero de pronto sentí una presencia que literalmente me erizo la piel.

Siempre es así.

Siempre siento esto con el.

Un hermoso frío me envolvía mientras me debatía internamente entre ir a verlo o no.

"No, déjare que él venga a mi" Pensé con una leve sonrisa.

***

"¿Cuanto piensa tardar?" Me pregunté irritada luego de 2 horas de revisar varias veces el pergamino entero.

Casi al mismo tiempo que pensé eso alguien me habló.

- Annie - Llamo un chico de pelo blanco desde la puerta de la cabaña.

Lo mire con una expresión de confusión.

¿Me llama a mi?

¿Por qué es apodo? Solo Jon me dijo así una vez.

Me levanté de la cama en la que leía y caminé hasta llegar a la puerta.

Mire el rostro del chico con fijez durante lo que parecieron horas hasta que lo reconocí.

- ¿Jon?¿Por qué te teñiste el pelo? - Pregunte caminado hacia el.

- ¿Teñirmelo? - Pregunto extrañado - No me lo teñí - Dijo - Es natural - Mintió obviamente.

¿Pelo blanco natural?¿Cuantos años cree que tengo para creerme eso?

- Ajá, obviamente es natural, nada artificial - Dije eseptica.

- ¡Es enserio! - Se defendió - Si fuera teñido me lo podría quitar pero se mantiene haga lo que haga - Argumento aunque no era algo que yo pudiera comprobar ahora mismo.

- Bien, decidiré creerte esta vez - Dije sintiéndome rara.

Nunca había creído en algo que no era comprobable u observable pero por el… sentía que podía ser un poco subjetiva.

Mi cara se sonrojo un poco pero el pareció no darse cuenta.

- Dejando de lado el color antinatural de tu cabello, parece que has estado en el campamento hace un rato - Dije como quien no quiere la cosa.

- ¿Uh? Ajá, llegue hace casi 3 horas - Dijo sin una pizca de deshonestidad.

- ¿Y por qué…? - Murmuré perdiendo mi voz en el reclamo.

- ¿Que? - Pregunto acercándose para oír mejor.

- ¿Por qué tardaste tanto en venir conmigo? - Le reclamé miradole con ojos tormentosos.

El me miro con sorpresa y me acarició la cabeza alegremente.

- No sabía que tanto querías verme - Dijo sonriendo pero se pronto paró - Aunque… yo también quería verte mucho - Dijo sonriendo con cariño que me sonrojo muchísimo.

Lo mire a sus rojos ojos con una extraña sensación en el pecho.

- ¡Se supone que no digas cosas así! - Le reclamé avergonzada - Como sea… - Murmuré al ver que no entendía de que tener vergüenza - ¿Y que es eso de Annie? El diminutivo de Annabeth es Ann - Le dije - Además que no te deje llamarme por mi apodo - Dije en forma de reclamo ya que me hacía sentir… mi pulso rápido.

- ¿Hormiga? - Pregunto confundido ladeando la cabeza.

- ¡Ann, no Ant! - Dije molesta aunque el solo se acercó a mi.

Resurrección en Percy Jackson (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora