Resurrección en Percy Jackson (PAUSADA)

Artemisa

Estaba soñando tranquilamente.

Era un noche oscura aunque aún así la luna seguía como testigo de toda acción.

En una habitación de mármol blanco que podría parecer un templo había un colchón y en el había dos personas.

A la luz de la luna sus figuras se movían y tocaban con solo sus quejidos y gemidos para acompañar.

Luego de muchos años juntos... su cercanía llegó al punto más alto posible, la niña de unos aparentes 16 años separó sus piernas con la cara roja por la mirada del chico que la acompañaba.

Los finos hilos blancos conformaban su cabello, el de los dos de hecho, el comenzó a acercarse mientras sentía una emoción inexplicable... no, lo que sentía era el más puro deseo de procrear con ella.

El sueño era de las mejores cosas que pasaban últimamente pero aún así había pequeños detalles que estaban mal.

Primero que nada, Alice no tenía una pizca de timidez en ella, la primera vez que lo hicimos ella solo dijo "Hazlo bien, querido" de manera que apenas pude hacerlo por los nervios...

Segundo, estoy seguro que no fue tan... suave.

Realmente si lo hubiera hecho con una mujer normal la habría literalmente partido a la mitad.

Y por último... Alice... es... era mucho más hermosa que en ese sueño.

***

Pero basta del sueño.

Abrió los ojos mientras me estiraba en la cama.

Aún era de noche pero me sentía como si hubiera dormido mejor que nunca.

Salí de la cabaña tratando de no pisar a ninguno de los chicos que dormían en el suelo.

Cuando por fin salí mire la luna con una sonrisa.

- ¿Que quieres? - Pregunté tranquilo sentándome en una banca hecha de un tronco partido a la mitad.

De pronto una presencia apareció.

Una niña de pelo rojo y piel blanca apareció con una cara tranquila, no, más que tranquila parecía indiferente.

- Ciertamente tus sentidos son especiales - Dijo la niña.

La niña comenzó a caminar hacia a mi.

- Jonathan Stark - Murmuró la niña con una mirada desdeñosa.

- Artemisa - Dije sintiendo mis instintos relajando mi cuerpo ante su presencia.

- Oh, ¿me pudiste reconocer con una sola mirada? - Pregunto un poco sorprendida.

- Aunque sea un simple mortal no soy ciego - Dije inclinándome un poco ante la presencia de esa diosa.

La niña me miro con dos hermosos ojos plateados.

Aunque mi cariño por la diosa de luna era alto pero no pude evitar compararla mentalmente con Annabeth.

- Pero eso me lleva a preguntarme - Dije lentamente - ¿Que asuntos tiene conmigo la diosa de la luna? - Pregunté tranquilo.

La niña estaba a un metro de distancia de mi.

- Siento que te conozco de hace mucho - Murmuró la niña mirándome fijamente.

- Me honraría que usted me recordara - Dije un poco feliz - Realmente... me hace muy feliz - Dije sonriendole a la pequeña diosa.

- No trates de usar tus encantos, para mí solo eres un niño - Dijo sería aunque solo sonreí un poco más.