Ágatha regresó tarde a casa. Henry se había dormido en el sofá pero despertó con el sonido de la puerta de entrada. Se levantó rápidamente para ir a hablar con ella, pero antes de salir de la sala la escuchó hablando con su madre en la cocina.
—¿Dónde estabas? —preguntó Marlene.
—Fui a ver a las chicas, estaban en casa de Janine. ¿Todo bien?
—Hice lo que pude. Estaremos solo una semana en la casa familiar, pero me prometió que nos iríamos antes si era necesario. —Marlene sonaba resignada.
—Una semana es mejor que un mes —dijo Ágatha. Luego de un momento preguntó—. Mamá, ¿cómo están las cosas entre ustedes?
Henry estaba al otro lado de la pared oyendo todo, sabía que no era correcto pero la curiosidad era más fuerte.
—Todo está bien hija. —dijo Marlene despreocupada.
—Mamá, sabes que puedes contarme. ¿Las cosas entre ustedes volvieron a ser como antes? Nunca me contaste lo que hablaron en esa cena... tú sabes, cuando se reconciliaron.
—Ah sí... —hubo silencio, como si Marlene vacilara entre contarle o no a su hija— bueno, estaba decidida a separarme, pero conversamos... todos tenemos problemas, él no es la excepción. Me dijo que nunca se ha llevado bien con Henry, me prometió que se esforzaría en mejorar...
—¿Y tú crees que lo está haciendo? —preguntó escéptica Ágatha.
—Claro que sí, tú lo has visto.
—Mamá... tú lo has dicho, lo he visto y no veo cambios. Tengo miedo de irme a estudiar el próximo año y dejarte aquí con él, y a Henry, ¿qué harás si vuelve a pasar?
—No sucederá, no debes preocuparte por eso. Me encargaré de cuidar a Henry también —él no podía verla pero imaginó que Ágatha había hecho algún gesto de desaprobación por lo que dijo Marlene después—. Hija, es un buen hombre, nos llevamos bien y te quiere mucho, la relación que tiene con su hijo no nos incumbe.
—¿Tampoco nos incumbe como haya sido con su ex? —Henry sintió el impulso de entrar a la cocina para detener a Ágatha. Si ella decía algo podría delatarlo sin querer y luego su padre sabría que él estaba en contacto con Estela otra vez— ¿Sabes...? no importa, me voy a dormir.
Henry volvió rápido a la sala de estar antes de que ella lo pudiera ver, estaba aliviado por su discreción. Esperó unos minutos y subió la escalera, no sabía si Ágatha querría hablar con él pero tenía que intentarlo. Tocó a su puerta y después de unos segundos la abrió lentamente.
—Quiero pedirte disculpas. —ella estaba sentada frente a su tocador, miró a Henry seria.
—Está bien, hazlo. —le dijo molesta cruzando las piernas, preparándose para escucharlo.
Henry entró y cerró la puerta.
—Me descargué contigo y no fue justo, lo siento, eres la única persona que me importa aquí y no tengo justificación para lo que te dije. Estaba furioso pero de ninguna forma es una excusa. —Henry estaba avergonzado, no por tener que disculparse, estaba avergonzado por cómo se había comportado con Ágatha.
Ella lo miraba en silencio, atentamente, y Henry temía que todo lo que le había dicho no fuera suficiente, pero si tenía que rogar lo haría.
—Está bien —dijo ella finalmente y Henry pudo respirar otra vez—. Me dolió lo que dijiste, no creí que tú pensaras eso de mí —dijo Ágatha volviendo a mirarse en el espejo, como si le costara hablarle a la cara—, sé que mucha gente piensa que nos aprovechamos de lo que tiene tu padre, pero no pensé que fueras uno de ellos.
—No lo soy... y no pienso así, te lo aseguro —él buscaba su mirada en el espejo.
—Piensas que podría ser más indiferente con él para apoyarte, pero esa no es la forma, no puedo intervenir en la relación de mi madre, ni si quiera por ti, intento acompañarte y apoyarte...
—Lo sé, me equivoqué, nada de lo que dije es verdad.
—Henry, no te imaginas como lo desprecio por cómo es contigo, no te imaginas lo difícil que es fingir que me simpatiza, alguna vez sentí cariño por él pero ya no y esperaba que fueras consciente de ello.
Henry se acercó a ella y puso una rodilla en el suelo para quedar a su altura, le puso una mano en la mejilla para que lo mirara.
—¿Puedes perdonarme? No pienso así de ti, ni si quiera pienso eso de Marlene. —dijo con sinceridad.
Ágatha le sonrió con dulzura, al parecer ya lo había perdonado.
—Gracias por no mencionarle nada a Marlene —agregó Henry. Ella ladeó la cabeza sin entender—. Te oí hablar con ella hace un rato, creí que podrías decirle algo sobre mi madre pero no lo hiciste.
—No lo haría, me alegra que estén en contacto otra vez, no haría nada para arruinarlo. Aunque me gustaría que mamá lo supiera no es asunto mío. —dijo Ágatha afligida.
—No te preocupes por Marlene, tiene a mi padre bajo control —Henry comprendía completamente la preocupación de Ágatha por su madre luego de conocer la terrible experiencia de Estela, pero sabía que César nunca actuaría así con Marlene, simplemente porque ella no era Estela—. Me encantaría que conocieras a mi madre, podrías acompañarme la próxima vez. —le propuso ilusionado.
—Me encantaría conocerla, pero creo que tendrán mucho de qué hablar, tal vez sería mejor dejarlo para más adelante.
—Tienes razón, tenemos que ponernos al día, han pasado más de tres años —a Henry aún le costaba creer lo que había sucedido hoy—. Entonces será después.
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Resiliencia
Teen Fiction🥈2° Summer HEA edition awards 2022 (mención Mejor Escrita)/🥈2° Premios semanales editorial submarino/🥉3° Drama concurso Daher 2022 Henry, un solitario adolescente de clase alta, vive bajo el asfixiante control de su exigente padre. Él ya ha asum...