Nada es fácil al principio, y comenzar un año escolar en un internado no sería la excepción. El primer fin de semana Henry sintió ganas de huir y volver a casa, incluso estuvo tentado de llamar a su padre para decirle que se había arrepentido y rogarle que lo aceptara en casa otra vez, pero se contuvo, no podía rendirse tan pronto. Más tarde, cuando Ágatha lo llamó, le dijo que estaba todo bien, no quería preocuparla.
Durante la tarde del domingo comenzaron a llegar otros estudiantes y el ambiente se llenó de voces y pasos.
Desde su primera clase la situación comenzó a mejorar. Notó que la mayoría de sus compañeros llevaba allí más tiempo que él, y para el almuerzo ya lo habían invitado a unirse a ellos.
Muchos de los chicos tenían vidas similares a la suya. Padres ricos y poco afectuosos. Todos ellos se habían convertido en un inconveniente para sus familias en algún punto y así era como habían acabado allí.
Para algunos, este era su cuarto año en el internado y por suerte el último, otros estaban allí con hermanos o primos. Entre las razones que contaban sus compañeros estaba el mal comportamiento en otras escuelas, el divorcio de los padres o problemas familiares, o simplemente que el trabajo de sus padres les impedía hacerse cargo de sus hijos.
Con el pasar de los días Henry se dio cuenta de que tenía facilidad para hacer amigos y pronto tuvo un grupo bastante grande con el que se reunía a comer y a pasar el rato después de clases. Comenzaba a sentirse a gusto en ese lugar extraño como nunca se había sentido en su hogar.
Marlene lo llamaba casi todos los días para saber cómo estaba y antes de colgar le mentía diciendo que su padre preguntaba por él y enviaba saludos. Con Estela y Ágatha hablaba a diario, curiosamente se sentía más acompañado ahora que estaba lejos de casa.
*
Ágatha no cabía en sí misma de felicidad. Se había adaptado rápidamente al ambiente universitario, hablaba maravillas de sus maestros y se llevaba bien con sus compañeros, además tenía a Carla con ella y hacían todo juntas. Su único problema era que no sabía cocinar, y cada vez que podía viajaba a casa a visitar a Marlene y César y comer con ellos, el resto del tiempo comía con Carla en la casa de sus abuelos.
El primer fin de semana luego de su ingreso al internado, Ágatha no había podido hacerse el tiempo para ir a verlo. Tenía que acomodarse en el apartamento y prepararse para su primera semana de clases. Pero los fines de semana siguientes se vieron sagradamente. Marlene había dado su autorización para que su hija pudiera sacar a Henry del internado diciendo que era su hermana, así que cuando podían se iban al apartamento de Ágatha o visitaban a Estela en su departamento.
Ya estaba a punto de terminar el primer semestre y se venía el periodo de exámenes. Henry y Ágatha sabían que tendrían que estudiar los próximos fines de semana y no podrían verse hasta terminar las pruebas, así que habían planeado juntarse con Estela para almorzar el sábado y luego ir al apartamento para pasar solos el resto del fin de semana. Pronto podrían organizar sus vacaciones de invierno.
Henry esperaba que Ágatha pasara por él mientras admiraba el paisaje desde la ventana de su habitación escuchando música con los audífonos puestos. Ya había comenzado el invierno y hacía demasiado frio para estar afuera.
Pronto se cumpliría un año desde que conoció a Ágatha y se mudó a vivir con ella y Marlene. Su mundo pequeño y monótono había dado un giro completo. Su yo de hace un año jamás creería que algo de lo que había pasado en este año sería posible. Cuando recibió la noticia del matrimonio entre su padre y Marlene creyó que su mundo acababa, y en cierta forma eso había sucedido, pero no había sido un final, si no el comienzo de muchas experiencias que lo llevarían a donde estaba hoy, de algún modo todo se había alineado para que hoy estuviera aquí, a solo un paso de comenzar a concretar sus planes.
A pesar de sus pronósticos pesimistas, su relación con Ágatha estaba mejor que nunca y esperaba que siguiera así. Su cumpleaños número diecisiete había sido hace unos meses, él y Ágatha fueron a visitar a Estela, y luego de entregarle su regalo de cumpleaños, su madre le ofreció mudarse con ella al cumplir los dieciocho. Sabía que su padre no estaría contento cuando supiera que él estudiaría arquitectura en una universidad que había escogido por su cuenta, pero tampoco podría hacer nada para evitarlo, terminando la escuela César no podría retenerlo de ningún modo.
Hace un año se sentía perdido, abandonado e indefenso. Siempre había visto el futuro como un lugar en el que podría comenzar a vivir, tomar sus propias decisiones, experimentar la vida y salir por fin del cascarón en el que había vivido desde que tuvo consciencia. Ahora ya no vivía deseando que los años pasaran rápido hasta estar allí donde quería estar, había aprendido a disfrutar durante el camino. Gracias a Ágatha y a sus propias elecciones se había sacudido las últimas cáscaras. Ya no era el muchacho introvertido e inseguro que se avergonzaba de su vida e intentaba pasar desapercibido. Ahora reía con sus amigos, bromeaba, e incluso muchas veces prefería olvidarse de estudiar con tal de estar con los chicos en la sala. En el último año se había enamorado por primera vez, se había reencontrado con su madre, había aprendido a perdonar y a pedir perdón, había madurado.
Sabía que tendría que enfrentar dificultades en su vida, el futuro no estaría libre de problemas, tal vez algún día volvería a encontrarse en situaciones difíciles, pero había aprendido mucho sobre sí mismo, y había descubierto una de sus mayores fortalezas, su resiliencia.
Sin darse cuenta se había perdido en sus pensamientos cuando alguien le lanzó un cojín por la cabeza que lo devolvió a la realidad, se quitó los audífonos y se giró, sus amigos estaban en su habitación riendo.
—Tu novia ya llegó. —le dijeron huyendo de la habitación para que no les lanzara el cojín de vuelta.
Henry les prometió que se vengaría al volver y luego tomó su mochila para salir.
Lo esperaba un gran fin de semana.
Fin.
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Resiliencia
Novela Juvenil🥈2° Summer HEA edition awards 2022 (mención Mejor Escrita)/🥈2° Premios semanales editorial submarino/🥉3° Drama concurso Daher 2022 Henry, un solitario adolescente de clase alta, vive bajo el asfixiante control de su exigente padre. Él ya ha asum...