– Joven Lan, Cheng-er necesita agua, ¿Tiene piscina?
– Mn – “¿Cómo sabe mi nombre?” pensó; aún así asintió
– ¿Podría usarla?
– Mmmmn – Lan Zhan dudaba, ¿Qué pretendía esa mujer?
– ¿Eso es un sí?– Zidian arqueó una ceja hablando para sí misma – Supongo que sí. – dió una orden – Ustedes, muévanse hacia la piscina.
El ejército de personas comenzó a moverse preparando el set.
– Lo siento – se disculpó apenado Jiang Cheng – mi representante es un poco…– no encontró una palabra exacta para definirla
– Chispeante y aterradora – decidió Lan Zhan
Jiang Cheng rió – supongo que sí; sin embargo es grandiosa – un deje de admiración brilló en sus ojos.
Lan Zhan siguió su mirada sólo para ver que ésta se posaba en la Omega vestida de púrpura eléctrico.
Un regusto a vinagre subió por su garganta e inundó su boca.
No le gustaba eso.
Cuatro horas; cuatro largas y agobiantes horas en las que Lan Zhan caminaba de un lado a otro furioso en su estudio.
De vez en cuando se detenía en la ventana viendo cómo las luces iluminaban a Jiang Cheng siendo fotografiado una y otra vez en distintas poses, con distinta ropa; a veces inocente, otras provocativo, puro o sexy, casual y desenfadado o elegante.
Una vez más se detuvo sólo para ver cómo el joven de ojos amatistas sonreía seductoramente a la cámara; la camisa mojada se transparentaba pegándose a su cuerpo como una segunda piel; dejando a la vista sus rosados pezones erectos por el ligero viento.
Los colmillos de Lan Zhan sobresalían amenazadores, ¿Por qué una multitud tenía que ver así a Jiang Cheng? Quería encerrarlo en el rincón más inaccesible del mundo; ocultarlo de la vista de todos.
“Mío, me pertenece, debo ocultarlo, nadie puede verlo” se conmocionó al percatarse de sus pensamientos.
¿Por qué diablos su cabeza gritaba eso?.
Jiang Cheng era como esa maldita serpiente que tenía tatuada, una seductora invitación al pecado.
Lan Zhan se percató que estaba más que dispuesto a dejarse caer de cabeza en la tentación; aún si con eso iba directo a una trampa.
Sólo anhelaba poseerlo, hacerlo suyo.
Su sangre hervía de furia, el sabor a vinagre en su boca se hizo más fuerte, quería salir y destrozar todo.
¿Cuándo fue que aquella ligera curiosidad se había convertido en obsesión?
Nadie, absolutamente nadie podía codiciar lo que era suyo.
Unos pasos ligeros resonaron acercándose a su estudio – Joven Lan, necesitamos hablar.
Lan Zhan abrió la puerta; encontrándose con la cara sonriente de Zidian
– Mn, ¿Qué necesita?
– Hablar, ¿No te lo dije ya cachorro bastardo?
El joven de ojos dorados frunció ligeramente el ceño
Zidian río suavemente – parece que los hábitos de mi Cheng-er son contagiosos.
– ¿Cheng-er?– Lan Zhan que ya había mandado al caño todo su raciocinio, soltó un gruñido bajo de advertencia
– Por supuesto; es mi cachorro – lo regañó – ¿Qué fue lo que pensaste Alpha tonto? Pensé qué era hora de tener una conversación seria contigo; pero parece que aún no es el momento. Hablaremos en otra ocasión joven Lan.
– ¡Espera! – dijo Lan Zhan sólo para darse con la puerta.
Zidian se la había cerrado en la cara.
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Buenas!
¡Doble actualización porque sí!😊
Dígame, ¿Desde qué lugar me leen?Y cómo siempre, ¡Os agradezco por darse el tiempo de leer!♥️
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ÁSPID
FanfictionLan Zhan no lo oyó venir. Sus pasos no hicieron ruido alguno; su mirada lo cautivó y lo hizo su esclavo. Fue para él una droga delirante y seductora que corrompió toda su moral. Y él, gustoso, se convirtió por voluntad propia en víctima y culpable...