AMOR Y POSESIÓN

1.4K 218 3
                                    

Lan Zhan condujo apresuradamente a Gusu saltándose varios semáforos. Caminó apresurado por la empresa sorprendiendo a sus empleados acostumbrados a verlo siempre en calma.

 Entró repentinamente a la oficina de su hermano – Perdí algo importante, quiero recuperarlo. No – se corrigió– Necesito recuperarlo.

Al verlo así Lan Xichen se preocupó por primera vez en mucho tiempo; ¿Qué en el mundo era capaz de poner así a su hermano menor? –¿Qué es?– preguntó

–        Jiang Cheng

Xichen casi se atragantó

–        ¡¿El hermano del joven Wei?!– abrió los ojos sorprendido

Él asintió como si fuera algo obvio – Mn, el joven de ojos amatista y ceño constantemente fruncido.

Lan Zhan estaba enojado, su sangre ardía con el deseo de salir corriendo precipitadamente y buscar a Jiang Cheng.

Hacerle entender a su mente y cuerpo que le pertenecía.

Desde el momento en que entendió que su curiosidad se había tornado en obsesión, no había pensado en otra cosa que no fuera poseerlo, ocultarlo en el sitio más recóndito del planeta.

Sin embargo, se había obligado a contenerse.

Sus manos recordaban vívidamente una y otra vez el calor de su cuerpo, la visión del sonrojo en su rostro y esas joyas violetas que aún en el calor del placer refulgían intimidantes.

Él pensó que al haberlo marcarlo se quedaría a su lado, que la marca que él llevaba en su cuello bastaría, que Jiang Cheng asumiría la responsabilidad. Pero se había equivocado, sólo bastó que su objetivo se cumpliera para todo estallara, para que el joven escapara.

Cuando le pidió que esperara por él, realmente quería que Jiang Cheng se quedara . Recordó que aún cuando sus ojos lo miraron fijamente, las mentiras salieron de su boca.

Tan seductoras y letales como un áspid.

Sin embargo, en su descuido, Jiang Cheng no mencionó nada sobre no buscarlo.

Oh, y claro que él lo encontraría.

Y cuando lo hiciera, iba a encerrarlo, impregnaría cada parte de su cuerpo con su aroma. Luego, se hundirían juntos en la vorágine del placer una y otra vez hasta que el joven entendiera que le pertenecía.

Lan Zhan estaba seguro que el joven de ojos amatistas era suyo.

 ¿Por qué?  Por que la naturaleza se lo había dado.

Y para él eso era suficiente.

Amor y posesión

Para los jades gemelos esas palabras siempre vendrían juntas.

Quizás era el echo de que era un Enigma, tal vez simplemente su corazón egoísta.

 Pero, tomaría lo que era suyo.

–        Hermano – la voz fría de Lan Zhan se escuchó en la oficina – ¿Vienes?

Lan Xichen volteó a ver a su Omega; quien negó con la cabeza. Él no quería  involucrarse. Xichen le sonrió gentilmente. Amaba al joven frágil y cobarde. Su mirada posesiva no se separó de la figura de HuaiSang hasta que cerró la puerta.

HuaiSang sabía que se iría, de hecho, él le había ayudado a desaparecer su rastro. Sabía que Jiang Cheng era testarudo y soberbio, que una vez que decidía algo, difícilmente se echaría hacia atrás.

Era divertido, Nie HuaiSang sabía que ninguna cadena que intentaran ponerle funcionaría si él no estaba dispuesto a quedarse; pues ni siquiera el hilo formado por la espesa sangre había logrado detener al áspid.

Él esperaría ansiosamente el resultado.

 Y quizás, sólo quizás, Lan Zhan se daría cuenta de que lo que buscaba estaba más cerca de lo que pensaba.

ÁSPIDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora