PERSONA EQUIVOCADA

1.3K 233 10
                                    

Tres días después

En una habitación de un lujoso hotel, tres jóvenes se encontraban preparándose para un banquete.

–         Yao-Ge, ¿este abanico combina? – por enésima vez HuaiSang hacía la misma pregunta

–        Sí, ese está bien– respondió Meng Yao poniéndose los zapatos.

Jiang Cheng observaba frustrado a sus hermanos.

Toda la maldita tarde, ¿y ellos no podían terminar de vestirse?, Suspiró.

A los Omegas les gustaba la vanidad.

Llegarían tarde… Otra vez

7:35 PM

Una enorme mansión podía verse desde la distancia, luciendo majestuosa e imponente en tonos rojos y dorados complementando perfectamente la ya moribunda puesta solar. Un escenario digno de recodar.

 Quizás por eso la llamaban “la casa del sol”

Dentro del auto, Jiang Cheng se encontraba ansioso, la primera parte del plan iniciaría en unos cuantos minutos, y si las cosas salían bien, completaría dos pasos de una vez.

–        A-Cheng, ¿estás seguro?– preguntó HuaiSang

–        Sí, pásame los malditos supresores – contestó

–        Cheng-er, en ti los supresores son inútiles.– le recordó Yao

–        Lo sé – tener que cargar con los spray supresores de olor sería complicado – me basta con que duren un par de horas.

–        Se están olvidando de su madre cachorros bastardos – reprochó Zidian – dame esos aerosoles. Cheng-er, cuando sea necesario, sólo búscame. No necesitas cargar con todo esto – los metió en su bolso.

–        Gracias.

En seguida bajaron del auto, habían llegado a la mansión Wen.

–        Elegantemente tarde – Zidian esbozó una sonrisa. – cachorros, diviértanse –  con su andar elegante se perdió entre la multitud.

Sus cachorros necesitaban espacio para abrir las puertas del infierno.

 Y ella quería estar lo más lejos posible.

HuaiSang abrazó a Meng Yao – no me separaré, no quiero verme envuelto en el pandemónium que está por desatarse

Yao hizo un esfuerzo por quitárselo de encima – me estás bañando con tus feromonas HuaiSang – protestó.

No quería tener que lidiar con Alphas, era… molesto.

–        ¡Ah! Lo siento Yao-Ge, no fue intencional – se disculpó apartándose rápidamente.– tienes razón, A-Cheng nos necesita. No podemos distraernos. – él también se perdió entre las personas dejando a Meng Yao moviendo la cabeza con frustración

A veces, las cosas suelen torcerse, y quienes tratan de no verse envueltos, normalmente terminan por encontrar problemas.

O eso diría Meng Yao minutos después.

 El viento travieso llevó una ráfaga de un seductor aroma hasta un Alpha de sonrisa amable.

Por su parte, Jiang Cheng deambulaba por la mansión, observando, escuchando los rumores, pero sobre todo, esperando. Esperando el momento propicio para atacar.

Los Lan también habían sido invitados al aniversario de Wen Rouhan.

 Lan Xichen se encontraba conversando con algunos presidentes de pequeñas empresas cuando un exquisito aroma llegó sutilmente a su sensible naríz.

El corazón en su pecho comenzó a latir como caballo desbocado. Una emoción exorbitante lo inundó, sus caninos comenzaron a salir dispuestos a defender lo suyo.

Había encontrado a su compañero.

Buscó ansiosamente con la mirada siguiendo su naríz hasta dar con un pequeño Omega. Vestía una ligera camisa blanca con delicados detalles en tonos dorados y pantalones negros, quien movía apesadumbrado la cabeza esparciendo sus negros cabellos por todos lados.

Se aproximó rápidamente al objeto de su descontrol – Disculpa, ¿Cuál es tu nombre? – hizo uso de su sonrisa más gentil

El bonito Omega le devolvió la mirada; sus largas pestañas temblaron como pequeños abanicos, sus jugosos labios rosados hicieron un puchero y su carita de porcelana lo miró confundido.

– ¿Disculpa?– Meng Yao reprimió la furia en sus ojos.

 Mataría a HuaiSang cuando lo encontrara.

–        Tu nombre – demandó Xichen

–        Creo que se ha equivocado – Se obligó a sonreír con gentileza.

Por eso no quería las feromonas de HuaiSang sobre él.

Lan Xichen lo miró expectante, decidió dar el primer paso – Lan Xichen– esperó a que el pequeño Omega desconfiado le diera su nombre

Yao lo miró con una interrogante silenciosa

–        Mi nombre es Lan Xichen – repitió.

Meng Yao suspiró – joven Lan, usted se ha equivocado – mostró su cuello – soy un Omega enlazado

–        ¿Qué? – en el delgado cuello había una marca de enlazamiento para horror de Xichen

–        Joven Lan, lo que intuyo que usted a olido, pertenece a otra persona – dejó salir su feromona – como puede ver, mi feromona huele a peonias

El suave aroma a peonias se hizo notar en el ambiente; un aroma más fuerte lo envolvía.

Licor y peonias

Fue lo que la nariz de Lan Xichen captó. No era él a quien buscaba. – Lo lamento, le ofrezco una disculpa. Lo ofendí

–        Descuide joven Lan; deseo que pronto encuentre a quien busca – Meng Yao sonrió misteriosamente.

Observó cómo la espalda del jade mayor se perdía entre la multitud. 

Esbozo una sonrisa divertida; le deseaba mucha suerte al Alpha Lan.

La necesitaría.

-----------------------------------------------------------
Uno más!🎉
Nos estamos acercando al final😊

ÁSPIDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora