Capítulo 22

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Al entrar en casa, escuché como sonaba el teléfono en el salón. No había nadie, así que lo descolgué y me lo llevé a la oreja.

—¿Diga?

—Daniela.

—¿Chris? ¿Eres tú? ¿Qué pasa? ¿Por qué llamas a tu casa? ¿Está todo bien? ¿Dónde estás?

—No me sé ningún otro número.

—¿De qué hablas? Tienes mi número.

—Lo sé, pero... Solo quería escuchar tu voz una última vez.

—¿De que estas...? Chris, dime qué está pasando—. Tragué con fuerza.

El corazón me latía a mil por hora. Se me había formado un nudo en la garganta y apenas podía respirar.

—Ich liebe dich, meine königin, blondine mit leuchtenden augen.

—Chris, ¿que...?

—Te amo, mi reina, rubia con ojos brillantes.

—Así que, ¿eso es lo que significa?—. Pronuncié con dificultad.

—Eso es lo que significa. Meine königin.

Me quedé muda. Ahora las palabras no me salían, siquiera estaba segura de conocer las letras lo suficiente como para formular una frase, o una palabra, o dos. Los ojos se me volvieron a llenar de lágrimas, y, esta vez, sí que lloré. Hasta que la línea se cortó. Seguro que había sido él que había colgado.

El silencio de la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora