Capítulo 17

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Subimos a mi habitación, ya un poco más calmada

-No tenías que haber visto eso

Eva no dice nada, solo se dedica a mirarme desde el umbral de la puerta

-He pasado el límite, ha jugado conmigo como ha querido, ha conseguido lo que quería... sacar lo peor de mi... y lo has visto... has visto como soy en realidad, una versión de mi madre, una bomba de relojería...

Eva se acerca a mi y me da la mano, su cara no tiene ningún gesto, no puedo leerla, no puedo saber lo que está pensando, ella simplemente me abraza y yo me abrazo a ella

-Tengo claro que no ha sido la mejor forma de actuar, pero cuando nos buscan las cosquillas siempre nos las encuentran, no eres como ella, y lo demuestras siempre, hoy has explotado, has explotado con todo lo que tenías guardado... no quiero decir que esté bien como lo has hecho, pero si tiene una justificación, ahora solo te queda aprender de este enfrentamiento, lo que quiere de ti, como quiere que actúes, esto te sirve para ser más inteligente que ella, para saber cómo no ceder ante ella

-Ya...

Me separo de ella y voy hacia el armario para coger una camiseta larga para dormir, Eva se dedica a observar mientras me cambio, cuando termino me siento en la cama y ella me observa, su mirada es seria y su rostro también

-Creo que... -digo rompiendo el silencio tan incomodo-

-No te voy a dejar sola

Me quedo en silencio mirando al suelo, ella se acerca al armario y coge una camiseta larga y se cambia. No aparto la vista del suelo en ningún momento hasta que noto unas manos en mis piernas. Sin mirarla me meto en la cama y ella hace lo mismo. Eva me abraza por la cintura y me pega a ella y así nos dormimos

A la mañana siguiente amanezco sola en la cama, la ropa de Eva ya no esta y en mi mesilla hay una nota
"Tuve que marcharme por un problema, nos vemos después"
Después de leer la carta reviso mi teléfono veo mensajes por el grupo de los chicos reclamando las cervezas que no tomamos ayer y acto seguido un mensaje de Eva, decido no entrar al chat y dejar el mensaje sin leer.

Me tiro en la cama y comienzo a pensar en como ha afectado su llegada a mi vida, es la persona que necesito en mi vida, es esa chispa que hacía tiempo no sentía, todo lo malo se va cuando está ella, todo desaparece. Ha sido un completo torbellino, ha desajustado todos mis esquemas, pasó el día esperando a que llegue la hora de la universidad para verla.

El día pasa rápido, no hago gran cosa, así que ahora me encuentro en el coche camino a por los chicos para irnos a las prácticas. Llegamos al parking y cada uno se va por su lado. Yo llego a mi despacho y me siento en la silla, cruzo los brazos en la mesa y apoyo mi cabeza en ellos.

La puerta de mi despacho se abre, creando una brisa la cual transporta el perfume de la pelinegra con los ojos azules que no para de dar vueltas por mi cabeza

-¿Eve?

Eva se acerca y se pone enfrente de mi, con la única separación que había entre nosotras, la mesa.

-Estoy un poco cansada, no es nada -digo sin levantar la cabeza de la mesa-

Eva se ríe, se acerca a mi, coge mis brazos y me levanta de la silla

-Vente a tomar un café anda

-¿Las clases?

-Tenemos reunión

-¿Tenemos?

-Exacto, venga, nos da el tiempo justo para el café

Salimos de mi despacho y vamos a la cafetería a por un café para llevar y mientras vamos camino a la reunión lo vamos tomando.
Llegamos a la sala de la reunión y en la puerta, puedo ver a Amanda la cual me regala una sonrisa.
Cuando es la hora aparece una mujer con el pelo corto de color castaño, ojos marrones y con cara de pocos amigos, supongo que será debido a la persona que le acompaña.

La profesora asignadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora