Capítulo 23

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Llevamos ya dos horas de viaje, ya ha anochecido, el autobús va en silencio, pues la mayoría de la gente va durmiendo y la pequeña minoría que queda, está entrando poco a poco en el sueño, como si Morfeo hubiera tocado sus frentes.

En mi caso solo queda mirar por la ventanilla el paisaje oscuro, montañas, campo, un pequeño pueblo, todo esto deriva a sumergirme en mi mente, como si esta fuera un mar y yo estuviera en un barco en medio de la nada, tranquila, relajada, un cielo estrellado precioso... pero algo me hace salir del océano en calma, pues al mirar hacia mi mano, veo la de Eva sobre la mía

-Oye, ¿estás bien? -dice susurrando-

-Sí, es que estaba totalmente metida en mis pensamientos, perdón -digo con una sonrisa-

Eva me mira, y una sonrisa asoma por su cara, su mano, acaricia lentamente la mía y se dispone a susurrarme

-Anda, intenta dormir un poco, tienes cara de cansada

-Lo intenté, pero me es imposible, siempre lo ha sido

-Apóyate en mi e inténtalo, duerme aunque sea un poco, yo te despierto cuando estemos llegando

Apoyo mi cabeza en su hombro, y con el equilibrio del autobús y el aroma de su perfume rápidamente siento como Morfeo se acerca a mi, para dejarme caer en un sueño profundo, cuando estoy apunto de entrar en el algo me zarandea con fuerza y ​​me hace sobresalte para mantenerme despierta otra vez. Levanto mi cabeza del hombre de Eva y mi cara de desconcierto crea incertidumbre en Eva

-¿Estás bien?

-Es que...

-Un bache, fue eso -dice con una sonrisa- Pero no te preocupes, estamos a punto de llegar

-¿Qué hora es?

- Las once, en quince minutos llegamos

- Necesito que se pase rápido, estoy muerta -digo posando mi mano en la frente-

- Ya te veo

La miro a los ojos, y su expresión puede estar a la altura de la mía, su rostro muestra cansancio, sus ojos están chinos, pues ya es un momento de la noche en que cuesta abrirlos

-No quiero ser yo la que te quite la ilusión, pero tú estás cansada también

- No te creas, yo voy bien

-¿Sí?, ¿a ver?, intenta decirlo abriendo bien los ojos

Eva se ríe y me da un golpe en el hombro, yo respondo con una risa tonta también, y vuelvo a mirar por la ventana

-¿Te importa si cierro los ojos estos quince minutos?

-Apoyate en mi e intenta descansar un poco, yo te aviso

Eva me sonríe y apoya su cabeza en mi hombro, mientras toma mi mano, siento como poco a poco su respiración se va denotando más lenta, pero no mucho después su mano se aferra a la mía y logro escuchar un pequeño susurro "E-Evelyn " su mano poco a poco afloja su agarre, su rostro está en calma y con una leve sonrisa y este es el peor momento, ya que no quiero despertarla pero el trayecto se está terminando.

Susurro su nombre para ver si poco a poco la logro despertar, pero no, lo intercaló con pequeños toques en su brazo, y poco a poco su expresión calmada se torna a una intranquila

-¿Ya... llegamos?

-Estamos entrando... por cierto ¿pasó algo?

- No, ¿por? - Su ceja derecha se alza a modo de pregunta

-Es que me agarraste fuerte la mano y susurraste mi nombre

- Sería que estaba soñando, no, no tengo ni idea, pero todo bien -Dice respondiendo rápidamente

-Mejor entonces

Segundos después, el trayecto termina, y nos encontramos levantando a todos los chicos, Amanda me coge del brazo y bajamos hacia las maletas

-Tengo que estirar las piernas -dice con una risa-

-Sí, después de tantas horas, es necesario

-Así que la señorita Durand la convenció para venir

-Sí, la verdad, no tenía ni idea de la excursión, pero me lo recomendaron y accedí

En ese momento el profesor Miller baja del autobús, con su cara de siempre y como siempre, ignorando mi existencia

-buenas noches amanda

Amanda lo despide con un movimiento de mano y yo susurro un "buenas noches"

-Que hombre... en algún momento se cansará

Levanto una ceja en dirección a Amanda y ella con una sonrisa me responde

-Por favor, no he visto a nadie igual de insistente que el, al mínimo contacto que tengas con Eva, el té tratará como su peor enemigo

-Sí... ya, ya veo

-Está enamorado de ella, y claro, Eva no sabe decir que no, no quiere hacerle daño, por eso aguanta con sus cosas siempre, como por ejemplo, el año pasado

- ¿Qué pasó? -Digo intrigada-

-Eva tuvo a un chico a su cargo, pero poco después el chico salió de su tutoría, parece ser que Miller le hizo la vida imposible

-Aaaah -una expresión de terror se forma en mi cara- Que... que mal

- Tranquila, no volverá a pasar, al final encontrará a Miller, este chico sacó fuerzas para comentarlo a la directora, y pues... digamos que Miller no se atreve a volver a cruzar esa línea

-Eso espero

Durante nuestra charla, los niños salían y cogían sus cosas del autobús, la última en salir fue Eva, la cual se acerca a nosotras.

-Por favor, continúen con su charla mañana, necesito meterme en la cama

-Sí, yo también estoy molida, cojo mis cosas y me voy, perdón por robarte a Evelyn

Las tres, cogemos nuestras respectivas maletas y nos vamos a nuestras habitaciones, Eva y yo entramos en la misma, según entramos a mano derecha hay un baño, tiene una bañera bastante grande, todo decorado con tonos blancos, al seguir avanzando vemos la habitación, una habitación bastante común, dos camas separadas por una mesita de noche, un armario, una mesita con un sillón y una televisión

-escoge cama

Dice Eva mientras acomodamos las maletas enfrente al armario, sin dudarlo voy a la cama de la derecha

-Que casualidad, yo elijo esa tambien

Dice mientras se tumba a mi lado suelta una pequeña risa pero ella agarra mi cintura y hace que me pegue a ella, mi cabeza se acomoda en la zona de su esternón

-Estoy muerta

-Vamos a descansar, voy a por el pijama

Eva apaga la luz de la habitación, y enciende la luz de la lámpara que hay en la mesa de noche, acto seguido se incorpora, se quita los pantalones y la sudadera que tenía puesta, quedando solo en un top de tirantes.
Me quedo abobada mirándola, su abdomen marcado, sus piernas largas, es perfecta, pero me distraigo cuando me doy cuenta de que no lleva sujetador

-Yo ya estoy, buenas noches

Optando por la cómoda opción hago lo mismo, me quito las prendas de ropa, quedando solo en camiseta, quitando el sujetador, dejo todo acomodado en el sillón y entro en la cama

La profesora asignadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora