Capítulo 19

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Sus manos agarran la camiseta, yo doy pequeños mordiscos por su oreja y enredo mi mano izquierda en su pelo.
Mete las manos dentro de la camiseta y el contacto de su piel con la mía me crea un leve escalofrío, mi piel se eriza a modo de deseo por ese contacto tan esperado. Con sus manos agarra mi cintura y me pega mas a ella, para después posicionar su mano derecha en mi abdomen e ir subiendo poco a poco.

La música que crean nuestras respiraciones aclamando el deseo que nos envuelve se ve tapada por el ruido de su teléfono. Nos separamos y ella mira el teléfono con rabia.

-Joder... -coge el teléfono y ve la llamada, rápidamente la contesta e intenta controlar su respiración-

La conversación se basa en "sí" "vale" "le mando un correo" "adios" lo cual me hace mucha gracia. La llamada termina y Eva vuelve hacia mi.

-La excursión... precio hotel y eso, para que salga más barata van a ser habitaciones de dos ¿quiere dormir conmigo señorita Williams? -dice extendiendo la mano como si me estuviera pidiendo un baile-

-Por supuesto profesora Durand

Pongo mi mano sobre la suya riendo, ella tira de mi para pegarme a ella, todo mi cuerpo se pega al suyo, Eva posa su mano libre en mi espalda y yo no puedo evitar el ponerme roja.

Un pequeño momento nos deja revisar la Baco da la otra, las cuales se juntan completando un puzzle, sus manos bajan hasta mi culo, el cual es apretado por ella para poco después impulsarme y cogerme. Paso mis piernas por sus caderas aferrándome mas a ella, mientras que mis manos se sitúan detrás de su nuca y así, ella empieza a andar hasta la habitación.

Me deja cuidadosamente sobre la cama, sus ojos irradian fuego mientras mira todo mi cuerpo, pero noto como ella se contiene ¿pasará algo? Al notar eso en mi cabeza empieza a dar vueltas el porqué se contiene.

-Ponte más arriba, apoya tu cabeza en la almohada

Me muevo rápidamente, ella sonríe y se pone encima de mi, sus pechos chocan en mi cuerpo y su boca se sitúa directamente en mi cuello, dejando besos húmedos sube hasta mi oreja izquierda.

-Me gusta que me obedezcan -con su boca muerde el lóbulo de mi oreja- me gusta mucho

Su mano que estaba situada en mi cadera empieza a bajar hasta mi pierna, y cuando está en mi culo comienza a hacer fuerza, sus besos, mordidas, susurros en mi oreja son un poco más intensos. Unos pequeños gemidos se hacen presentes e intento con mi mano buscar su cara para llevar su boca con la mía y callarlos, pero cuando estoy apunto de rozarla, ella, con la mano que le queda libre agarra mi muñeca y coloca mi brazo encima de mi cabeza, su mano agarra mi muñeca con fuerza para no poder moverla.

-¿A donde ibas? Me gusta como suenan

Las palabras no salen de mi boca y junto con mi respiración agitada me cuesta poder llegar a expresarme.

Eva entra en trance mientras mira el movimiento de mis pechos, los cuales siguen tapados con la camiseta. Estos se expresan agitados debido a mi respiración, su trance se ve cortado en un momento, acto seguido me mira a los ojos y deposita un beso en mis labios. Su lengua baila junto a la mía, me aferro a ese beso, cogiendo su cara con la mano que tengo libre.

Su mano la cual estaba sujetando mi muñeca desaparece de allí para colocarse en la camiseta que llevo puesta, lo mismo pasa con la otra. El beso se corta cuando Eva me mira a los ojos y sube mi camiseta lentamente, a medida que la sube deposita besos por las partes de mi piel que quedan visibles, cuando la camiseta llega a mis ojos la deja ahí para dejarme sin visión.

Con una mano agarra mis dos muñecas y las posiciona encima de mi cabeza. Su boca deposita un pequeño beso en mis labios y pasa a dejar besos mojados por mi cuello bajando lentamente a mis pechos.
Cuando llega a estos, su lengua empieza a lamer la pequeña montaña que se forma en ellos, la otra mano no se queda atrás y se apodera del otro pecho. De mi boca sale algún que otro gemido el cual inunda la habitación.

Eva suelta la mano que sujeta mis muñecas y va dejando un rastro de pequeños besos por mi cuerpo hasta que llega a mi ropa interior.
Cuando llega a la tela, noto como la roza con dos dedos, lo cual provoca un leve suspiro en mi. Con delicadeza arrastra la prensa de ropa hasta mis tobillos y está cae.

Da pequeños besos por mis piernas, pero se centra en el interior del muslo, ahí es cuando vuelven los besos húmedos y las mordidas.

Mi ser esboza deseo, la necesita a ella. Como un acto reflejo, mis manos buscan las suyas, las cuales están aposentadas en mis caderas, cuando las encuentro las entrelazo y segundos después siento como su lengua resbala por el centro de mi deseo, para justo después subir a mi boca.

-Lo siento... pero tengo que corregir lo de clase

Dejando un breve beso en mi boca noto como se levanta de la cama. No sé como actuar en esta situación, el cuerpo no reacciona, pero a medida que mi respiración se calma, proceso la información y todo lo que acaba de suceder.

Pongo bien la camiseta y recojo mi ropa interior para ponérmela. Eva no está en la habitación, salgo a buscarla por la casa, la veo sentada en el taburete en la cocina con el ejercicio de clase.

-¿Me explicas qué...

-¿Nunca te han dicho que dejar con las ganas confirma que el siguiente polvo será perfecto? -dice cortando mi pregunta.

-Eres muy graciosa

-Ya me darás la razón

La miro con enfado, el sentir que me está bromeando me pone muy tensa, desde pequeña, mi madre siempre inhibía mis sentimientos de esta manera.

-Creo que es mejor que me vaya

Eva estira su brazo y coge mi mano para tirar de mi y empujarme hacia ella, cuando me tiene al lado, pasa su brazo por su cintura y hace que me siente encima de su pierna.

-No te vayas, quédate -dice dándome un pequeño beso en el hombro-

-¿Estás de broma? -digo bajándome del mi asiento y mirándola a la cara-

-No...

-¿Entonces?

Eva se empieza a poner tensa y aparta su mirada de la mía, la dirige hacia la ventana, en la cual, se queda embobada unos minutos antes de empezar a hablar. 

-No... solo... por favor, no te pongas así... solo... te lo explicaré

Su mano agarra la mía y puedo entender que hay algo detrás de la situación  que acaba de pasar, pero, no logro entenderla.

Eva sigue con la mirada perdida en la ventana, la noto pensativa, preocupada... una mezcla de todo. Suelto mi mano de la suya y decido abrazarla, noto como sale de su trance y corresponde mi abrazo.

-¿Hacemos la comida? -le digo, ya que van a ser las dos-

-Tengo comida mexicana en la nevera, si te gusta

Le sonrío y asiento, ella se levanta del taburete y va hacia la nevera, saca la comida, la preparamos como ella dice y comemos tranquilas

-Eva... ¿me puedes acerca a casa? Es que no tengo coche y tengo que asearme

-Claro, sin problema

La profesora asignadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora