Capítulo 26

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Después de avisar que no íbamos a cenar, nos encontramos tumbadas en la cama, yo apoyo mi cabeza en su esternón, y ella acaricia mi espalda lentamente.

El silencio cubre por completo la habitación, solo escucho su respiración y el sonido de su corazón, está todo en calma. Ese te quiero fue la bandera blanca a la guerra que tenía en mi interior, me pilló totalmente por sorpresa, y como si de un jarro de agua fría se tratase, me dejo totalmente desconcertada.

Hundo más la cabeza en ella, y ella aprieta el abrazo, podría pasarme horas así, su perfume impregna mis fosas nasales, una mezcla de vainilla con agua de jazmín, un perfume dulce pero no empalagoso, algo fuerte, pero no irritante. meto las manos por debajo de su camiseta y las pongo en sus espalda, haciendo un leve masaje, el cual lleva que el silencio se acabe

-Me voy a quedar dormida -dice con una lave sonrisa-

-Si quieres paro

-No, por favor, es lo mejor del mundo esto

Con la luz de la luna, que entra por la ventana y junto a que mis ojos ya se acostumbraron a la oscuridad, consigo verla. Sin hacer algún tipo de movimiento antes, junto sus labios con los míos

-Eva

Digo al separar mis labios de los suyos, los cuales, ella, agarrando mi cara con sus manos, vuelve a unir.
Sin ningún tipo de palabra antes, me coloco encima de ella a horcajadas, la miro y su mirada desprende pasión, fuego... sin importar nada la vuelvo a besar y ella me corresponde

-Evelyn

Sus manos se colocan en mis caderas, y suben poco a poco, agarrando la camiseta que llevo, para así poder quitarla. Cuando está fuera, Eva tira la camiseta a un lado de la habitación, y se queda observándome. Incorporándose un poco, reparte besos por mis hombros, mis clavículas... no deja ninguna parte del cuerpo sin besar

-Levántate

Me levanto de la cama como ella me dice, ella también se levanta, pero lo primero que hace es cogerme en brazos para apoyarme en la mesita que está delante de la ventana.
Sus labios vuelven a fundirse con los míos, mientras que una de su mano, se dirige al enganche de mi sujetador y con toda la sutileza del mundo lo desabrocha.
Todo el fuego y lujuria que había en su mirada, se convierte en cariño y sutiliza.
Sus manos pasean por mi piel, con delicadeza, tocándome como si fuera de porcelana, como si me fuera a romper en cualquier momento. Sus manos, que estaban acariciando mi vientre con cuidado, suben hasta mis pechos, los cuales toca con cuidado.
Separa sus labios de los míos y se separa un poco para verme, la única luz que entra a la habitación es la de la luna, una luna llena preciosa, la cual se encarga de alumbrar nuestro momento más íntimo

-Me encantaría poder tatuarme este momento

Rápidamente se vuelve a acercar y con una mirada, me pide que la ayude a quintarme los pantalones. Después de este movimiento, me quedo completamente desnuda frente a ella, sus labios se posan en mi cuello, que dan besos en este, haciendo que tenga mas ganas de ella, y su mano, se posa en mi pierna, sin dudarlo un momento las abro. Eva me mira, pero no soy capaz de decir nada, solo la beso y su mano empieza a descender hasta lo más íntimo de mi.

Con dos de sus dedos crea pequeños círculos en mi clítoris, los cuales hacen que un pequeño gemido salga de mi boca.

Sus dedos siguen jugando, y yo intentando callar mis gemidos, pero es el momento, cuando noto que están dentro de mi, cuando no puedo seguir callándolos, Eva se desprende de mi cuello para volver a mi boca, y ayudarme a guardar silencio.

Sus dedos se mueven dentro de mi de una forma en la cual nadie lo ha conseguido, no puedo evitar abrazar a Eva y arañar su espalda.
Sin decir nada, saca despacio sus dedos de mí, instintivamente me acercó un poco más a ella para que eso no pasé, pero al final sucedió

-Eva...

-Dame un momento, me están llamando

Eva, con un último beso, se despide para ir abajo, noto, como unos besos húmedos empiezan en la parte interna de mi muslo, y poco después como algo húmedo roza contra mi. Un pequeño gemido sale de mi, y ella empieza el juego, sus dedos vuelven a mi y comienzan a moverse más rápido, su lengua poco a poco sube su intensidad. Mi mano agarra su pelo, intentando no hacerle daño, pero al pasar del tiempo empiezo a no controlarlo.
Poco a poco mis gemidos se van haciendo las intensos y es el punto de no retorno. No se cuanto tiempo mas aguantare.

El primer latigazo de electricidad me lo indica, declinándome y poniendo mi cabeza hacia atrás viene el segundo

-Eva...

Le advierto, pues poco después viene el último, el cual causa un temblor en todo mi cuerpo, un orgasmo acompañado de un gemido, el cual no puedo retener.
Con un último beso en mi muslo derecho, Eva se levanta y me coge en brazos para dejarme en la cama y acostándose a mi lado con un beso en la frente, caigo rendida.


Me despierto únicamente con las sábanas envueltas al rededor de mi cuerpo, miro por toda la habitación y no encuentro a Eva, hasta que el sonido de unos tacones salen del baño

-Buenos días Bella durmiente

Dice tumbándose a mi lado y dándome un beso en los labios

-Buenos días -digo con una sonrisa-

-¿Qué tal dormiste?

-Genial -digo estirándome- ¿Qué hora es?

-Hay tiempo de sobra, no te preocupes

-me iré a duchar entonces

Con un último beso, me levanto de la cama, cogiendo las sábanas para taparme e ir al baño

-Oye

-¿Qué? -Me giro para verla-

-Las obras de arte no se tapan

Rápidamente noto como toda mi cara se pone roja, y sin decir una palabra más, entro en el baño.

Sin perder mucho tiempo, me ducho rápido, y salgo del baño únicamente con una toalla al rededor de mi cuerpo

-Déjate el pelo así

-¿Mojado?

-No, rizo -Dice Eva entre risas-

-¿Te gusta?

-Me encanta... es que... ¿cómo haces para estar guapa de todas las formas?

-Eres tú, que me miras con buenos ojos

Poco a poco se va acercando a mi y me agarra por la cintura, mirándome, junta su nariz con la mía y sonríe de una forma muy pícara

-Me encantaría verte completa, pero como te quite esa toalla, no salimos de aquí hoy

Le doy un beso en la mejilla y voy a buscar rápidamente la ropa, volviendo al baño para vestirme y salimos de la habitación

La profesora asignadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora