La puerta del piso se abre, y la puedo ver en pijama, un tanto despeinada y con una sonrisa. Me acerco a ella y empieza a reírse
-Caminar recto está sobrevalorado
-Sí, sí, ya veo -dice riéndose- ¿que haces aquí?
-Vinimos a un bar y decidimos salir a dar una vuelta para despejarnos -digo subiendo la mano con el cigarro-
-Ya veo -Ella coge el cigarro de la mano y le da una calada- y ¿cómo de despejada estás?
-Fresca como una lechuga
Eva se ríe y yo también, le da otra calada al cigarro y me lo devuelve
-Bueno... y ¿cómo esta grata visita?
-Quiero hablar contigo
-Vale, pero vamos arriba, me estoy congelando
Termino de fumar el pitillo y subimos en el ascensor, la puerta de su casa está entreabierta, ella entra y hace un gesto a modo de que tiene frío, yo entro y cierro la puerta a mi paso
-Hábleme pues
-A ver... te tengo que decir una cosa
-Sí
-Es importante
-Vale
-Muy importante
-imagino
-Pero much...
-Evelyn...
Después de que me cortara, bajo la mirada y la vuelvo a subir hacia ella, la cual me mira con una ceja levantada. Y así, empiezo a hablar
-Mira... lo siento, no sé que estoy haciendo, pero, Eva, me gustas, me gustas mucho, me paso los días esperando a que llegue la hora de la universidad para verte, me paso el día pensando en ese mar azul que tienes en la mirada, en como consigue darme la calma que necesito, en como me mece en el sin miedo a hundirme, me paso el día pensando que de verdad eres tú, que no he conocido a nadie como tú, que eres todo lo que necesito, que no hay nadie en el mundo que me pueda hacer sentir lo que tú haces, que me proteja, que me ayude... Eva, te quiero
De mis ojos empiezan a brotar lagrimas, no de tristeza, tampoco de alegría, si no de nerviosismo. A pesar de todo el alcohol que llevo encima, una parte de mi está diciendo que la estoy cagando, que no es el momento ni el lugar exacto.
Ella no dice nada, simplemente se queda delante de mi escuchándome, y creo que eso me frustra más-Lo siento, perdón por despertarte, no te molesto más -deco mis lagrimas y pongo rumbo hacia la puerta, pero si mano me detiene-
-Quédate aquí esta noche, no me pidas perdón, no me molestas. Quédate aquí
-No sé...
-Ven, te doy un pijama
Caminamos hasta su habitación, ella abre el armario y saca una camiseta y unos pantalones, yo voy al baño a cambiarme, pero solo me pongo la camiseta larga , cuando salgo la veo mirándome desde la cama
-Tengo que hablarle a los chicos, que me quedo aquí
-Toma -Eva me pasa el móvil y yo les envío el mensaje- estás un poco pálida
-Me tumbo un poco y en cinco minutos se me pasa
Eva me da la mano y me tumbo en la cama, no ha sido buena idea, siento como todo me da vueltas, cada vez más y más rápido, me levanto lo más rápido que puedo y voy al baño. Eva viene detrás de mi, me sujeta el pelo para que no me lo manche y pone la mano que le queda libre delante de mi frente para que no me haga daño con el baño.
Cuando termino de expulsar todo, Eva coge el vaso con agua que tiene en su mesilla de noche y me lo da-Evelyn, cielo, bebé un poco
Al principio niego pero al final accedo a tomar un poco de agua, después de unos minutos esperando a ver cómo reacciona mi cuerpo, tiramos de la cadena, me lava la cara y vamos hacia la cama
-Ven, acuéstate
-Eva
-Ni se te ocurra pedirme perdón -dice con intentando poner voz de enfado-
Juntas nos tumbamos en la cama, apoyo mi cabeza en su pecho y ella pasa su mano por mi cintura, el ritmo de su corazón permite que me relaje y que poco a poco vaya cayendo en manos de Morfeo.
Despierto y lo primero que veo es a Eva con un vaso de agua y una pastilla, me mira con una sonrisa y yo me rio debido a la escena
-Para la resaca
-Gracias -digo mientras todo la pastilla-
-Vente, hice el desayuno, espero que te guste
Me levanto de la cama y noto como mi cuerpo está cansado, el estómago reclama comida y estoy sedienta.
Cuando llegamos a la cocina veo café recién hecho y unas tortitas, Eva me mira sonriente y se sienta en un taburete de la mesa, yo me siento en el de enfrente y empezamos a desayunar-Tiene hambre por lo que veo
-La verdad es que sí... es como si no hubiese comido en años
Eva me mira ,se ríe y mira al suelo, acto seguido vuelve a mirarme con una cara un tanto más seria
-¿Te acuerdas de lo de ayer?
Por mi mente vuelve a pasar la escena de ayer, como me abrí para ella, como lo sentí, los nervios a flor de piel, como lloré hacia ella
-Sí...
-Soy consciente que no te respondí, no era el momento, prefería hablarlo hoy
-Entiendo
-Mira, Evelyn... quiero dejar claro que no se me da muy bien hablar en estos casos, y bueno, no sé cómo decirlo, no puedo negar que eres alguien que me llama mucho la atención, me encanta pasar el tiempo contigo, podría decir que eres lo mejor del trabajo
Eva hace una pausa, y mira al suelo, su mano coge la mía y en mi mente suena a batalla perdida, cuando Eva vuelve a juntar su mirada con la mía, no puedo evitar mirar hacia otro sitio
-La verdad, no me esperaba algo así, cuando fui a tu casa y estabas con el ataque de ansiedad... no sé como explicarlo... pero... necesitaba abrazarte y no soltarte, necesitaba que estuvieras bien... quiero que estés bien... quiero cuidarte en todo lo que pueda, quiero conocerte, quiero saber más de ti... pero la situación es delicada... las prácticas... se que lo entiendes
Mis ojos se vuelven a juntar con los de ella, algunas lagrimas corren por mis mejillas como si de una carrera se tratase. Eva, también tiene los ojos aguados, pero lucha por no dejar caer ninguna lágrima
-Pero... luego lo pienso, y de puertas para afuera nadie se tiene que enterar, supongo que puedo reprimirme las ganas en la universidad y saciarlas cuando salgamos
Eva se levanta y viene hacia mi taburete, con sus manos agarra mi cara y me da un pequeño beso tímido, posando sus labios sobre los míos, yo agarro sus muñecas para sentir su contacto.
Eva se separa y tira de mi para quedar de pies. Me coge por las piernas y me sube para quedar sentada en la encimera de la cocina en la cual estábamos desayunando. Vuelve a besarme, pero esta vez de una forma más salvaje, yo apoyo mi mano derecha en la encimera, Eva me sujeta por la cintura. El calor entre nosotras va subiendo, su mano recorre todo mi cuerpo y su boca pasa de mis labios a mi cuello dejando besos mojados por este
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La profesora asignada
Подростковая литератураSi pudiera pedir un deseo sería el poder admirarte todos los días de mi vida hasta que la negra condena que se cierne sobre cada uno de nosotros actuará conmigo y en ese caso poder buscarte en el siguiente rayo de luz