Capítulo 5. Castigo

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Durante el camino, hubo un silencio, el Sr. Min se veía muy tranquilo, yo estaba un poco nerviosa, pero trataba de que él no se diera cuenta de eso. Al llegar el Sr. Min se bajó del carro y me abrió la puerta  para que pudiera bajar, sin duda era caballeroso, eso me hacía sentir bien, nadie había tenido ese tipo de detalles conmigo, aunque luego recordaba lo cruel que era, y sentía que algo no encajaba.

-Bienvenidos Sr. Min-dijo la mucama mientras hacía reverencia-¿necesita algo?

-Estaremos en el estudio, no quiero que nadie me interrumpa- le dio las llaves del carro

-De acuerdo Sr. Min- se retiro

Caminamos directo al estudio, el Sr. min abrió la puerta y me permitió entrar primero

-¿Nerviosa?-cerró la puerta con seguro

-¿Debería estarlo?-Lo miraste tímidamente

camino hacia ti-Quizá nerviosa no-se agachó un poco para verte cara a cara

Desviaste la mirada -entonces ¿Qué necesita que haga?

retomo su postura, camino hacia el sillón y se sentó -Debes empezar pidiéndome disculpas- cruzó las piernas 

-creí que eso ya lo había hecho-cruzaste un brazo por delante sujetando el otro brazo.

-Debe ser a mi manera Srita.

-¿a su manera?-lo miraste desconcertada

-De rodillas-bajo la cabeza y levantó la vista

-¿perdón?-abriste los ojos como plato

-Creí haber escuchado que obedecerías

-Tiene razón Sr. Min- Tragaste saliva

subiste un poco tu vestido para que no lo pisaras, y comenzaste a hincarte, el Sr. Min te observaba sin perder detalle.

-Ven aquí-Señalando sus pies

El panorama no era alentador, solo había dos papeles en esta escena, el dueño llamaba a su perro para que se colocara en sus pies y le hiciera compañía, y yo no era el dueño. Esto era aún más humillante de lo que pensé.

-¿Me seguirás haciendo esperar?- Recargo sus manos en sus piernas

Te quedaste en silenció, no querías gatear hasta donde el estaba, pero no querías hacerlo enojar más. Tratabas de tomar una decisión lo más pronto posible, pero una voz interrumpió tus pensamientos.

-Entonces tendré que ir por ti- Se levanto del sillón

Cuando menos lo notaste, el Sr. Min estaba parado frente a ti, te miro por un momento y se dirigió a servirse un vaso de whisky, se detuvo a oler su licor y le dio un pequeño trago.

-Desde esta vista y en esa posición, realmente te ves tentadora-Dijo mientras volvía dar un trago a su licor.

Tú no podías alzar la mirada, solo mirabas sus zapatos

-Sr. Min se que le dije que haría lo que sea, pero realmente esto es- Te interrumpió

-abre la boca

-¿La boca? ¿para qué? -dijiste nerviosa

-No seas mal pensada, solo hazlo

Conforme alzaste la mirada, recorriste su cuerpo, observaste cada detalle de él, la presencia que imponía el Sr. Min era intimidante, tu mirada se encontró con la de él, no podías sostenerle la mirada tanto tiempo, así que hiciste caso a lo que te pidió.

El Sr. Min se acercó un poco a ti, y dejo caer licor dentro de tu boca, no estabas tan acostumbrada a tomar, así que fue inevitable derramar un poco.

Querido Sr. MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora