Capítulo 27. Atardecer.

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Me subí al auto de Taehyung y salimos de la empresa.

— ¿Es un muy buen clima el de hoy no crees?

— Sí, me encanta — miraste por la ventana.

Tae bajo la capota del carro convirtiéndolo en un convertible clásico. El viento hacía volar nuestro cabello, el clima era fresco y muy agradable, el sol estaba a punto de ocultarse. Encendió la música, haciendo que el ambiente fuera aún más agradable.

— Oye Tae está no es la dirección a mi casa ¿Vamos a ir a la tuya?

Tae no contestó a tu pregunta, siguió conduciendo mientras cantaba alegremente.

— Canta conmigo linda ...

— So i'll tell you
A million tiny things that
You have never known
It all gets tangled up inside

And I'll tell you
A million little reasons
I'm falling for your eyes
I just want to be where you are
. . .

Que diferente es estar con Tae, me sentía tranquila y realmente no quería pensar en otra cosa que no fuera en este momento, merecía ser feliz, aunque sea por un momento.

Después de un rato, se orilló para estacionarse, al bajar el panorama era precioso, que mejor lugar para olvidarse de todo que la playa.

— Deberías dejar aquí tus tacones, se hundirán en la arena — señaló tus zapatos.

— Tienes razón

Me senté por un momento y Tae se hinco ante mí, quitándome los zapatos.

— Gracias — sonreíste.

Tus pies tocaron la arena, era una sensación agradable, cerraste los ojos por un momento y pudiste sentir la brisa fresca acompañado del sonido de las olas.

Caminé hacia la orilla del mar, el agua apenas y tocaba mis pies, Tae evitaba que el agua lo tocara a toda costa, así que pensé en una buena broma.

— Tae mira ese pequeño animal — te inclinaste y señalaste la arena.

— ¿Cuál? — Se acercó curioso.

El agua llegó a mis pies Justo a tiempo, en el momento en el que Tae se inclinó, junté mis manos para recoger agua y se la aventé en la cara, empapándolo hasta el cabello.

Comencé a reír mientras me alejaba de él.

— Será mejor que corras linda — se limpiaba la cara mientras reía.

— ¡Atrápame Tae! — corriste.

Ambos comenzaron a correr, esa sensación cuando alguien te persigue se hizo presente, la risa te invadía mientras corrías, volteaste a ver a Tae y él ya estaba pisándote los talones, hasta que por fin te alcanzó.

— ¡Te atrape linda! — te cargo.

Comenzó a darte vueltas mientras te sostenía entre sus brazos, ambos reían felices.

— ¿Cuál debería ser tu castigo por lo que hiciste? — te miro curioso.

¿Castigo? Esa palabra detonó en mi cabeza los recuerdos que intentaba bloquear, haciendo que los nervios me invadieran.

Querido Sr. MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora