Capítulo 12. Pesar.

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El estudio estaba destruido, no había rincón alguno que no tuviera sangre que escurrió de la mano de Min, todo era un desastre, incluso aquella persona que se encontraba sentada entre los vidrios rotos en la esquina del cuarto, con la mirada perdida.

Min cubrió su rostro con sus manos, ensuciándola de sangre por su mano herida.

- Mi boca tiene un sabor amargo- dijo con voz débil.

Se escuchó una voz al otro lado de la puerta.

- Yoongi, déjame entrar, me tienes muy preocupado- Golpeaba la puerta desesperadamente.

Min no contesto al llamado de Jimin, su cuerpo se quedó inmóvil, mientras miraba al techo.

La mucama le entregó a Jimin la llave del estudio, al entrar, lo vio con el rostro y la ropa manchada de sangre, al verlo en ese estado, corrió hacia él.

- ¡Yoongi! ¿Qué te pasó? ¿Esa sangre de dónde viene? - tomó su rostro para que lo mirara.

Min miro a Jimin, con una mirada que expresaba el dolor que sentía, pero que no le diría con palabras. Su amigo se dio cuenta que la sangre provenía de su mano, tenía una herida profunda que necesitaba urgentemente curar.

- ¡Dios Yoongi! ¡Tu mano! - Tomo su mano delicadamente.

La mucama entró al estudio corriendo, con el botiquín en las manos, sin pensarlo, Jimin comenzó a limpiar la herida, dejando caer alcohol sobre ella, eso debería provocar una reacción de dolor en Min, pero seguía en silencio.

- Yoongi, esa herida necesita sutura, está muy profunda- lo miro preocupado.

Sus miradas se encontraron, se quedaron así por unos segundos, sin decir una sola palabra. Jimin se acercó a Min, tomó su cabeza y la recargó en su pecho mientras acariciaba su cabello.

- Jimin- dijo con la voz débil.

- Tranquilo, estoy aquí, sabes que nunca te dejaré solo.

Min apretó fuertemente los brazos de Jimin, quedándose así por varios minutos.

- Debemos ir al hospital- dijo mientras sostenía la cabeza de Min.

- No me hagas salir.

- Entonces, llamaré al doctor para que te revise aquí ¿estás de acuerdo?

Asintió con la cabeza. Jimin lo ayudo a levantarse y lo llevo a su recámara.

- Llamaré al doctor, no tardo- salió de la habitación.

Al quedarse solo, su teléfono comenzó a recibir múltiples mensajes de T/n, así que decidió apagarlo. Entro la mucama con ropa y toallas limpias.

- Sr. Min ¿necesita que lo ayude con algo? - lo miro preocupada.

- Si- volteó a verla.

- ¿qué necesita Sr.?

- Mi asistente tiene prohibido el acceso a esta casa, pase lo que pase, no la dejes pasar, o te despediré a ti.

- Sus órdenes son claras Sr. Min- hizo reverencia.

- Avísale a todo el personal, ya puedes retirarte- desvío la mirada.

- Si Sr. Min- camino a la puerta.

- por cierto, gracias por llamar a Jimin- dijo sin voltear a verla.

- Tanto el personal, como yo, lo estimamos mucho y siempre veremos por su bienestar- salió de la habitación.

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Querido Sr. MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora