5. Ambos

192 25 4
                                    

—Buenos días —saludo a todos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Buenos días —saludo a todos.

—Buen día.

—Hasta que llegas, primo.

—Hasta que llego... —murmuro—. ¿Cómo va todo? —pregunto.

Me siento al lado de mi padre y de mi tío Peter. Mi vista se dirige a mi familia. Están mis dos tíos, mis primos, mi madre y mi padre. Están los padres de la esposa de mi primo Adam, Paola si no mal recuerdo, y los padres de Sophie, también su hermano.

Somos bastantes… no es agradable estar con tantas personas cuando recién despierto y encima teniendo resaca.

Ya lo veo venir.

Miro a Sophie recordando lo que pasó anoche. Ella me sonríe.

¿Está actuando tan normal después de lo de ayer?

—Muy bien, cariño —responde mamá—. Estábamos hablando sobre la fiesta.

—Ah.

No digo más nada y me sirvo el desayuno en mi plato. Anhelo comer todo lo que hay en la mesa. Lo único bueno de tener invitados en casa es que todas las comidas son el doble de buenas de lo normal.

—Y algo que recordé ahora después de pensar en el compromiso de mi hijo —habla mi tío, el padre de Logan—, ¿Cómo vas con la búsqueda de tu esposa, Percy?

Me atraganto con la comida. ¿Es que no se puede ni comer en paz? A todos los lados a los que voy es: ¿Y la esposa? ¿Cuando te casas? ¿La novia para cuando? ¡Cállense ya!

—Ah… no pienso casarme por ahora —aseguro. Tomo un trago de jugo para pasar el mal gusto que me dejó su pregunta en la garganta.

—¿No? Que raro que los del consejo acepten algo así —dice el tío Harald. Yo capto sus intenciones de inmediato.

—No lo aceptan, pero me importa muy poco lo que ellos piensen —admito—. Son típicos viejos que ya ni saben qué están haciendo con sus vidas.

—Percy… —advierte mamá.

—¿Tan poco te importa, considerando que ellos son gran parte de las cabezas que toman las decisiones para el país? —sigue la discusión.

—Sí —asiento—. Y con todo respeto, tío, no creo que seas el más adecuado para discutir sobre esto.

—Uhhhh —suelta Simón, uno de mis primos, el más joven de todos.

—Percy, basta —ordena papá.

¿Por qué siempre soy el que sale regañado? ¿Quién regaña a los demás cuando también están equivocados? Entiendo que sea una persona mayor, pero yo considero que cuando las personas están mal hay que corregirlas, sin importar que sean mayores que yo o no.

—Digo la verdad —me encojo de hombros y sigo comiendo.

—Si superas cuál es la verdad, hijo… —murmura Harald.

El príncipe de blanco [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora