El príncipe de blanco [+18] ©

7. Ambos

PERCY POV

—¡¿La besaste, amigo?! ¿Pero qué rayos te pasó por la cabeza? —exclama mientras se aleja de mí y se defiende.

—Me deje llevar, carajo —gruño y avanzo manteniendo mi postura—. Estábamos tan cerca, podía oler su perfume y de repente mis labios ya estaban sobre los suyos.

—Que demonios, bro… Es una locura.

—Ya lo sé, ahora tengo que encontrar la manera de solucionarlo.

Me concentro en mi jugada cuando veo las intenciones de mi amigo. El esgrima es un deporte en el que se necesita extrema concentración y agilidad porque si te distraes, el adversario gana.

—Las cosas van a ser raras ahora.

—Idiota, no me ayudas recordándome lo que es obvio.

Posiciono la punta de mi florete justo en el torso de mi amigo. Suelto una risita y me alejo sabiendo que gané, como siempre.

—No hay manera —chasquea la lengua con molestia.

—Sabes que soy el mejor en esto —me saco la máscara y dejo a la vista mi rostro—. Ni siquiera sé por qué te esfuerzas en luchar contra mi.

El cabello se pega a mi frente por lo empapado que está de la transpiración y mi pecho sube y baja con rapidez. Siento todo mi cuerpo acalorado y no veo la hora de darme un baño.

Griffin me muestra una mueca de asco y molestia.

—Deja ese ego tuyo atrás, me dan náuseas de solo escucharte —dice y yo dejó escapar una risa.

Los dos caminamos hasta el banco más cercano y apoyamos nuestros culos ahí. Observo mis zapatillas mientras pienso en Sophie y en cómo solucionar lo que ocasioné. Bueno, los dos ocasionamos.

—¿Qué piensas hacer?

—Aún no lo tengo claro —dejo la máscara y el florete sobre la madera y comienzo a sacarme los guantes—. Supongo que me mantendré distante hasta que las aguas se calmen.

—Hasta que tú amiguitos se calme, querrás decir —bromea. Mi puño choca contra su hombro con fuerza.

—La próxima vez la punta del florete termina en tu garganta si no te callas —digo en forma de amenaza.

—Va en serio —aclara luego de reír—. ¿Crees que eso va a funcionar?

—Espero… no quiero que las cosas sigan raras por el resto de nuestras vidas —susurro.

—Eso suena muy lejano —dice—. ¿Estás seguro de que Logan va a estar tanto tiempo con ella?

—No —niego—. Le doy máximo dos años.

—Yo creo que uno y la suelta, bro.

—No puedo creer que sea tan idiota. Tiene enfrente a la chica más linda de todas y no sabe… —murmuro sin terminar al darme cuenta de que me estoy perdiendo—. En fin…