Percy es el siguiente heredero a la corona, el primogénito y único hijo de la reina con el destino del pueblo en sus manos. Para poder asumir el trono después de la muerte de su madre, se ve obligado a buscar una esposa.
Su primo está comprometido...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
PERCY POV
Me levanto con una sonrisa en la cara y con la luz del sol entrando por las hendijas de la ventana. Recuerdo pocas cosas de las que sucedieron anoche pero algunas más que otras. Observo mi mano con detenimiento y la sonrisa se esfuma.
Se arrepintió.
Recuerdo cómo se sintió estar dentro de ella, cómo se sintió escucharla disfrutar y cómo se sintió cuando se vino sobre mi mano. Recuerdo pensar que si tuviera la oportunidad no saldría jamás de entre esas bonitas piernas.
¿Cómo sería si realmente estuviera dentro de ella?
Trago duro. Miro debajo de las sábanas y suelto un quejido.
Se me paró.
Mierda.
Me levanto con toda la pereza del mundo y me fijo la hora. Solo quedan unos quince minutos para que empiece la junta y yo estoy todavía en pijama.
Voy al baño a darme una ducha de agua fría para ver si se me quita toda esta tensión que logré acumular pensando en ella y en las cosas que le hice anoche.
¿Debería mandarle un mensaje? ¿Llamarla? Seguro no me quiere ver por el resto de su vida, y es entendible, aunque ella me dió el permiso para que yo hiciera lo que hice.
Después de haberla persuadirla, hijo de puta.
Me cambio con una rapidez inhumana y salgo de mi habitación a las apuradas. Dejo que las mucamas entren y hagan su orden matutino. Corro por el pasillo hasta llegar a la sala de juntas y no me tardo en entrar. Todos ya están sentados en sus respectivos lugares y al sentir mi presencia se giran a mirarme, incluído mi padre, que me mira con una cara para nada agradable.
—Lo siento por la demora —digo y me acomodo al lado de mi progenitor.
—¿Tenemos que volver a retomar todo lo que acabamos de hablar para que lo escuche? —le pregunta uno de ellos a mi padre.
—No hace falta, luego yo se lo comunico.
—Wah, como si la junta hubiera empezado hace media hora, Selgyc —le digo en tono burlón—. No creo que hayan podido hablar mucho en diez minutos con esas lenguas cortas que tienen.
—Percy —advierte mi padre.
—Permítame decirle que sí, hablamos mucho en estos diez minutos.
—Acaba de admitir que son unas lenguas largas, entonces.
—Yo no… —Frederick lo interrumpe.
—Principe, no queremos más discusiones por ahora —informa—. Queremos saber con exactitud qué es lo que haremos con el puesto del trono real.
—Para eso estamos aquí, ¿No? —digo yo—. Sé que hace tiempo que estamos posponiendo esto pero la verdad es que, en mi opinión, les cuesta un poco entender qué es lo que haremos.