12. Ambos

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¿Saben lo difícil que es convivir cerca de la persona que te atrae y no poder acercarte porque no te quiere ver ni los pelos de la cabeza? Es extremadamente difícil pasar por su lado y hacer que no la conoces

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¿Saben lo difícil que es convivir cerca de la persona que te atrae y no poder acercarte porque no te quiere ver ni los pelos de la cabeza? Es extremadamente difícil pasar por su lado y hacer que no la conoces. Oler su perfume desde lejos y no poder acercarte a hacerlo a centímetros de su cara. Es estresante. Pero creo que lo es más para ella, porque con mi encanto, ¿Quién no podría acercarse a mi?

Paso por su lado y la miro de reojo. Su cabello está atado en una coleta y varios mechones caen sobre su hermosa cara. Está concentrada observando su computadora y se ve tan bella de esa manera. Ella no se gira a mirarme a pesar de que sabe que estoy cerca. No lo hace desde que acordamos no volvernos a hablar. Tiene una decisión admirable.

¿Estás sintiendo lo mismo que yo? ¿Aquella sensación extraña en el pecho?

Sí.

Me acerco a una de las estanterías y empiezo a revisar los libros mientras la miro de reojo. Siempre suele venir a la biblioteca en los recesos que tenemos entre clase y clase. Le encanta estudiar y repasar antes de la siguiente hora, lo noté toda esta semana que la estuve... cuidando.

Y es entendible. Creo que la biblioteca es el rincón más hermoso de toda la universidad, después de la sala de computación, es otro mundo. Tiene filas y filas de libros, enciclopedias, bibliografías. Estuve mirando mucho esta semana, y resulta ser que hay hasta bibliografías mías que no conocía. Y puras mentiras cuentan.

Vuelvo a mirarla mientras paso las hojas del libro. Es frustrante, porque sabe que la sigo a todos lados y no hace nada, ni siquiera reprocharme por hacerlo. Y siendo honesto, anhelo que lo haga aunque sea algo malo, ¡Porque por lo menos me habla! La razón principal de mi... acoso, es que quiero hacerla enojar.

Ya basta, dijimos que íbamos a olvidarnos de ella.

Difícil, diría que hasta imposible. Me conozco, sé que no voy a dejarla ir hasta...

—¿Vas a leer el libro o no?

Me giro en dirección a la voz. ¿Se está dirigiendo a mi? Claro que sí. Sus ojos me observan con impaciencia y notable molestia. Su frente arrugada me dice más de su estado de ánimo y no es bueno.

Cierro el libro con una sola mano y enarco una ceja. Me preparo para iniciar una conversación que no tiene un gran futuro. ¿Hasta aquí llegará mi misión de acoso llamada "Molestar a Sophie hasta que me hable"?

—¿Qué? —suelto con un tono arrogante.

—Qué si vas a leer el libro o no. Te estoy viendo jugar con él hace más de diez minutos —informa. Su mano pasa por su cabello castaño y rizado, esponjoso.

—¿Y eso a ti qué?

Ella se limita a reír y yo la miro aún más confundido. Su sonrisa es bastante linda, tiene una dentadura casi que perfecta.

—Es molesto —responde y se pone seria.

—¿Crees que me importa que a ti te moleste lo que hago?

El príncipe de blanco [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora