3. Percy

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PERCY POV

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PERCY POV

—Príncipe, va a llegar tarde si no se apura —avisa Roberto—. Su padre lo está esperando afuera en el coche real.

El reloj marca las 13:49. La fiesta de compromiso de mi primo es a las 14:00. Claramente voy a llegar tarde.

—Lo sé, lo sé.

Observo como una de mis sirvientas personales me pone la corbata. No puede ser tan difícil. En algún momento voy a tener que aprender.

Este traje me favorece tanto con los ajustes que hizo la modista. Marca mis brazos, mis glúteos y mi cintura. De ahora en adelante es mi traje favorito, después del blanco con detalles dorados que ama mi madre.

—Esto sí que me queda bien, eh —exclamo admirandome en el espejo—. Dije que iba en mi auto —le recuerdo.

—Su padre insiste en que vayan juntos.

—Dile a mi padre que no quiero pasar vergüenza, gracias —acomodo mi cabello y agarro mi teléfono—. ¿Dónde están las llaves del Mercedes?

—Eh… junto con todas las demás llaves, joven.

—Gracias, eres de mucha ayuda, Roberto —digo con sarcasmo. Su cara me dice que está ofendido—. Es mentira, sabes que no lo digo en serio.

—No me ofendí.

—Claro, claro —asiento, divertido—. Nos vemos.

Salgo en busca de las llaves y del auto. Seguro mi padre debe estar a punto de arrancarse los pocos pelos que tiene, pero me importa tres mierdas.

Entro en el estacionamiento y me encuentro a los chicos que se encargan de cuidar los autos.

—Buenas. ¿Las llaves del Mercedes? —pregunto.

—Ah… —uno de ellos corre de un lado al otro—. Aquí estan. ¿Necesita que lleve el auto hasta la entrada, príncipe?

—No hace falta mmm…

—Marco.

—Marco —digo, asintiendo. Con tanto personal es muy difícil acordarse el nombre de todos—. Salgo directo.

Me subo en el auto y enciendo el motor mientras marco el número de mi mejor amigo.

—¿Qué pasó?

—Idiota, vas a llegar tarde si no sales ahora —digo cuando responde.

—Estoy ocupado con unas cositas ahora —responde.

—¿Qué cosas? ¿Masturbarte como un estúpido hormonal? —suelta una risita.

—Ojalá fuera eso, viejo. Estoy con cagadera.

—Ahg, hijo de perra —hago una mueca—. No quiero más detalles. Más te vale apurarte y estar ahí cuando llegue.

—Sí, claro. Si quieres me levanto ahora y voy con el culo todo cagado, estúpido.

El príncipe de blanco [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora