12

118 11 32
                                    

-Déjame aclarar esto: crees que la persona que se hizo pasar por Brian Anders es miembro de la Liga de Asesinos – dijo Selina, apoyándose contra el marco de la puerta de la sala de armas de la Batcueva. Batman metió una cuerda en una bolsa de lona que tenía a los pies, junto con varios cinturones utilitarios completos –

-Sí. Nardoc Sera también.

-¿Y Red Claw? Es una terrorista pero no es tan estúpida como para cruzarse con la Liga.

-Nardoc Sera es Kasniano. O su identidad lo es.

-¿Tiene sentido? – ella preguntó –

-Es un agente doble, probablemente trabajaba para Ra's mientras espiaba a Red Claw. Pero su verdadero propósito era configurar la transferencia de la biotoxina a otro agente de los Asesinos. Como el corredor de apuestas Gerry Pavloski, Sera pudo asegurar la gema falsa y localizar una identidad para que la utilice su socio.

-El escultor Efervescente y Brian Anders.

-Ambas personas estaban lo suficientemente inmersas en sus adicciones al juego como para usarlas como el corredor de apuestas, y eran lo suficientemente funcionales como para ser útiles.

-Entonces Sera coloca la gema en el museo mientras el falso Brian Anders roba la biotoxina – dijo Selina mientras comenzaba a ver que las piezas encajaban en su lugar –

-Luego, Anders lo coloco en el compartimento de la gema mientras realizaba un trabajo de limpieza.

-Entonces, ¿por qué no estaba la biotoxina cuando llegó Red Claw? – ella preguntó –

-Dímelo tú – dijo Batman, cruzando los brazos sobre su ancho pecho –

-¿Qué te diga qué? – Selina estaba moleta, sintiendo inmediatamente el cambio en su comportamiento. Este no era el hombre que había sido su compañero durante esos últimos días, era el Batman que no tenía problemas para llevarla con Gordon y el GCPD –

-El ex amante de tu socio apareció en un laboratorio de gérmenes la noche en que se cometió el robo con el nombre de un hombre que sería encontrado muerto varias semanas después. Y tú le ganaste a Red Claw la noche en que irrumpieron en el museo.

-¿Por qué iba a preguntar dónde estaba la biotoxina si la tomaba? – preguntó Selina, retrocediendo mientras él avanzaba hacia ella –

-¿Qué estabas haciendo allí, Selina? – el estaba tan cerca ahora que la nariz de ella casi le tocaba la barbilla –

-¡Ni siquiera toqué el rubí esa noche, tú te encargaste de eso!

-¿Con quién estabas trabajando?

-¡Pensé que estaba trabajando contigo! – ella respondió mientras cuadraba sus hombros –

-¡No me mientas! – Batman grito, la saliva se le enganchó en el labio inferior. Ella puso su mano sobre su pecho y suavemente lo empujó hacia atrás para recuperar algo de terreno –

-¿Crees que si estuviera trabajando con Ra's o Red Claw me habría quedado aquí para interpretar a Watson con tu Sherlock?

-¿Entonces por qué te quedaste? – Batman demando saber. La pregunta flotaba en el aire entre ellos –

-No trabajo con terroristas o megalómanos locos que buscan dominar el mundo. Yo si se lo que está bien y mal... y además están por encima de mi salario – dijo ella, cambiando de tema. Ella dejó caer las manos a los costados y miró su rostro encapuchado, con los ojos fríos, pero abiertos. Ella se sintió ofendida por su línea de preguntas, pero le estaba diciendo la verdad. Ella no estaba involucrada. O si lo estaba, no se dio cuenta –

Catwoman: Tres temporadas en Gotham CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora