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Había pasado la mayor parte del día y el sol casi se había puesto cuando Bruce soltó a su compañero de sufrimiento, quien le estrechó la mano.

-Supongo que estaremos en contacto, señor Wayne – dijo el jefe del área de ventas de Wayne Industries. Bruce asintió, hizo algunas bromas y luego cerró la puerta detrás del empleado que salía –

Con un suspiro, se quitó la chaqueta del traje y la colgó sobre una de las sillas de invitados, antes de pasarse una mano por la cara. Fue agotador. Tantas personas con las que lidiaba todo el tiempo y el doble de archivos que necesitaban atención. Y ese era solo su trabajo diario. Ahora, tenía que esperar a que llegaran algunos correos electrónicos.

Miró hacia la ciudad para calmar sus nervios, todo hasta el horizonte bañado en los tonos rosados ​​de la puesta del sol; los autos llenaban las calles con todos corriendo a casa, bueno... todos menos él al parecer. Aflojándose la corbata, Bruce dio la vuelta y volvió a su asiento, se acercó y comenzó con algunos de los trámites que actualmente necesitaban ser tratados. El flujo interminable de papeleo que estaba en su rutina. No era algo que no pudiera esperar, pero tenía que hacer algo para mantener su mente en marcha o podría "oxidarse", como Dick le decía.

Se sintió como si hubiera estado haciendo eso durante horas (aunque en realidad solo había sido una) cuando sonó su teléfono.

-¿Si?

-¿Todavía tienes cosas que hacer?

Bruce sonrió cuando la voz sonó al otro lado de la línea. Selina era a la única que quería escuchar en ese momento. La voz que necesitaba escuchar.

-Algunas cosillas.

-¿Cuánto?

-Una vez que me envíen por correo lo que necesito, no mucho. Pero cuánto tiempo les tomaría hacerlo es una historia diferente.

-Hmm... ¿Has comido o planeas hacerlo?

La ceja de Bruce se arqueó ante eso

-No... ¿Por qué?

-Ooh, me temo que eso está clasificado, querido. Sin embargo, no te preocupes por la comida.

-Probablemente no me concierne, ¿verdad?

-Probablemente no estoy en libertad de discutirlo.

-Como digas.

-Tu solo espérame ahí – Selina hizo una pausa y luego su dulce risa se filtró por el otro extremo – Bueno, tengo que irme.

-Lugares para ir y gente para ver, ¿no?

-Algo así – Selina ronroneó antes de que su línea se cortara –

Riendo suavemente, Bruce también colgó y continuó con lo que estaba haciendo, pero con un poco más de ánimo. Selina era astuta, estaba llena de sorpresas. Cuando Bruce pensaba que iba a ir a la izquierda, iba a la derecha, hacia arriba y hacia atrás. Esa mujer estaba tramando algo, simplemente no estaba seguro de qué.

Apoyado en su codo con la barbilla apoyada en la palma de la mano, cerca de otra hora voló por la ventana. Y la cantidad de documentos que llenaba con una sola mano trabajando en el teclado era alarmante. Si eso fuera un deporte olímpico, Bruce habría encontrado su vocación. Sus ojos estaban medio cerrados, rogándole a su dueño que descansara solo por unos minutos, horas o días, pero no tenía tiempo para eso. Dormiría cuando tuviera tiempo. A pesar de lo atractivo que era el trabajo del jefe sin sentido, una pequeña sacudida lo golpeó cuando sonó un golpe en las puertas de su oficina. Bruce hizo una pausa y miró por encima de la pantalla de su computadora.

Catwoman: Tres temporadas en Gotham CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora