Un mapa computarizado del mundo iluminaba la pared de la gran antecámara. Los informes de noticias de todo el mundo se reprodujeron en conjunto, la tragedia humana y el terror en exhibición las 24 horas del día. Imágenes violentas de guerras y disturbios pasaron por las pantallas y se reflejaron en los ojos ancestrales de Talia Al Ghul.
Con una bebida en mano, se sentó viendo a la humanidad desgarrarse en cada rincón del mundo. Fue verdaderamente glorioso. Junto a ella, en una mesa auxiliar de ónix se exhibía la biotoxina en un lugar de honor. Sería la herramienta de su mayor triunfo.
-Ama, perdone nuestra intromisión – dijo uno de los lacayos haciendo una profunda reverencia. Talia hizo girar su silla –Atrapamos a un intruso.
En ese momento, Batman fue sacado del grupo de hombres enmascarados y lo obligaron a arrodillarse. Los labios de Talia se curvaron en una sonrisa siniestra.
-Mi amante – dijo Talia, levantándose –
-Nunca te creí una fanática de las noticias por cable – dijo Batman. Se dirigió a Talia como si fuera la única persona en la habitación –
-¿Hay mejor evidencia de que la humanidad es un cáncer que debe ser destruido que el ciclo de noticias de 24 horas? – dijo Talia, agitando la mano hacia las figuras enmascaradas que rodeaban a Batman –
Al instante, los hombres enmascarados desaparecieron. Batman intentó ponerse de pie, pero Ubu, el protector más leal de Talia y el hombre más peligroso en su guardia, lo mantuvo de rodillas. Talia dio un paso hacia él, los efectos del uso prolongado de los pozos de Lázaro resonaban a través de su cara: Talia estaba tan cual la recordaba a sus 21 años. Su cabello era largo y negro como la noche, su piel morena estaba tan lisa y febril como una mañana de verano, y sus ojos... eran como los de Selina. Pero en los de la ladrona de Gotham había picardía, amor, felicidad y esperanza; mientras que en los de Talia se irradiaba a millas de distancia el enojo que tenía contra el mundo. Batman tragó saliva lentamente. Aunque siempre había estado en desacuerdo con los métodos de Talia y muchos de sus ideales, todavía le dolía verla así.
-Sea lo que sea que estés planeando, no tienes que hacerlo – dijo Batman. Ubu le dio una patada en las costillas –
-Oh, amor – se burló Talia, sacudiendo la cabeza –¿Asumiste que simplemente podrías entrar a mi fortaleza y pedirme que revierta mis planes? Eres más inteligente que eso.
Aparentemente no, pensó Batman mientras Ubu lo pateaba de nuevo.
-Es muy lamentable que hayas elegido un camino menos recto que el que te ofreció mi padre como su segundo al mando y heredero. Esperaba que lo hubieras reconsiderado. No importa. Llévenlo al calabozo. Quiero asegurarme de que se le dé un asiento de primera fila para presenciar el nacimiento de la nueva era – y entonces, Talia alzo los brazos – La Liga de Asesinos es obsoleta... ¡Esta era le pertenece a Leviathan!
Ubu pateó de nuevo a Bruce antes de sacarlo de la antecámara.
Un rato después, Batman se arrodilló en una celda húmeda sobre un lecho de paja. Las antorchas se alineaban en el pasillo fuera de su celda, y había poca iluminación y el aire silbaba periódicamente cuando la humedad se filtraba a través de las rocas. El sonido lejano de un río que se movía rápidamente hizo eco a través de los pasillos y cámaras. Era imposible saber si era un río de agua o de líquidos de Lázaro.
Un guardia apareció ante su puerta sosteniendo un plato de hojalata con comida. El guardia se inclinó para deslizar la comida por debajo de la puerta, gruñó una vez y cayó de cara a la comida, completamente inconsciente. Un miembro enmascarado de Leviathan (que era como Talia le había puesto a su facción rebelde) estaba detrás de él, con una antorcha apagada en la mano. Con una mano libre, el miembro de Leviathan se quitó la máscara de la cara, revelando que en realidad era ella... Catwoman.
Cuatro horas antes
Barriendo visualmente la habitación, Selina verificó que estuviera claro antes de que entraran a la fortaleza. La habitación estaba vacía, salvo una mesa de piedra y cuatro taburetes bajos. Como estaba planeado, Batman permaneció en la habitación mientras ella se aventuraba hacia el pasillo, con la espalda contra la pared de piedra lisa. Las antorchas emitían un resplandor bajo y misterioso a lo largo del estrecho pasillo. Al ver a un guardia armado solo con una espada, Selina le arrojó una pequeña piedra a los pies. Se estrelló contra el suelo gastado y se deslizó hasta detenerse cerca de la punta de su bota. Ella desapareció en la habitación con la cabeza del pequeño guardia volteando hacia el punto de origen del ruido.
El guardia se deslizó lentamente por el pasillo, sus pasos eran lentos e inseguros. Una vez que pasó por la habitación donde se escondían, Batman lo golpeó en el cuello con un dardo lleno de anestésico. Se derrumbó instantáneamente, inconsciente. Atrapándolo antes de que pudiera caer al suelo, Batman lo arrastró silenciosamente a la habitación. Desnudaron al guardia, lo ataron y le taparon la boca con cinta adhesiva. Catwoman se puso su keioghi y su mascarilla sobre su disfraz.
-¿Listo? – susurró Catwoman que se asomó por la rendija de la puerta –
-Solo espera y no vueles tu tapadera – dijo el, abriendo la puerta de par en par. Con determinación, caminó por el pasillo, sus movimientos hacían que las antorchas parpadearan y se apagaran al pasar, casi como si estuvieran rindiendo homenaje a su intimidante presencia –
Al ver una patrulla de cinco guardias, Batman se detuvo. Todos lo vieron al mismo tiempo.
-Caballeros... – dijo Batman, con las manos en puños a los costados. Los guardias intercambiaron miradas y cargaron contra el –
Batman apenas luchó, solo lanzó algunos golpes y patadas a medias para mantener las apariencias. Lo inmovilizaron fácilmente y le ataron las manos a la espalda. Una vez que terminó la pelea; Catwoman, vestida con el uniforme de guardia, se puso detrás de los miembros de Leviathan. Fieles a su forma, los hombres llevaron a Batman directamente a Talia Al Ghul.
En la actualidad
-Espero que no tengas hambre – dijo Selina en voz baja mientras colocaba al guardia sobre su espalda –
-Te tomó bastante tiempo – murmuró Bruce mientras se liberaba de las ataduras de hilo alrededor de sus muñecas –
-Este lugar es más grande de lo que parece – Catwoman se agachó frente a la puerta y sacó una herramienta para abrir cerraduras de su guante. Su puerta se abrió con un clic en cuestión de segundos –
El plan había funcionado exactamente como se discutió en la cueva: estaban en desventaja en la enorme fortaleza ya que no estaban familiarizados con el diseño y no tenían idea de dónde podría estar Talia. Era más fácil escapar de una captura en escena que salir de una real.
-¿La pudiste robar? – preguntó Batman, refiriéndose a la biotoxina. La puerta se abrió y él se reunió con Catwoman en el pasillo –
-Sí. Y también tengo esto – le contesto Selina mientras sacaba el cinturón de Batman de su backpack –
Estaban bien juntos, no podían negarlo o ignorarlo. Eran un equipo, y muy bueno. Bruce quería jalarla en sus brazos y besar esa sonrisa triunfante justo en su hermoso rostro. En cambio, tranquilamente se abrochó el cinturón alrededor de la cintura, teniendo cuidado de hacer ruido.
-Por aquí – indico Batman. Se dirigieron por el pasillo hacia lo que pensó que era una cámara más grande. Tan pronto como doblaron la esquina, él se dio cuenta de su error –
Ubu estaba en el pasillo hablando nada menos que con Talia al Ghul.
-¿Batman? – preguntó ella, sorprendida de que el hubiera escapado –
-¡Atrápenlos! – Ubu gritó a sus hombres –
Los asesinos aparecieron de la nada. Parecían salirse de las paredes y aparecerse de la nada. No supieron cuántos hombres aparecieron, pero sabía que eran demasiados para que ellos los manejaran y menos en un espacio estrecho como este. Estaban abrumados. Catwoman cayó y Batman la siguió cuando algo duro lo golpeó en la parte posterior de la cabeza.
Tumbado de espaldas, lo último que vio fueron los ojos fríos y distantes de Talia al Ghul.
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Catwoman: Tres temporadas en Gotham City
AcakConoce a Selina Kyle, también conocida como Catwoman. Es adicta a la noche. Adicta a los objetos brillantes. Adicta a Batman. Pero sobre todo, Catwoman es adicta al peligro. No puede evitarlo, y la verdad es que no quiere. Es buena siendo mala y muy...