Catwoman: Tres temporadas en Gotham City

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Casi al momento de escuchar los disparos en el piso superior, Talia Al Ghul hizo que sus secuaces accionaran el tren que los llevaría al submarino de escape, pero con lo que no contaba era que las motocicletas con Batman junto a Catwoman y Robín muy cerca de ellos, iban detrás del tren acelerando rápidamente. Las luces de la terminal se apagaron cuando pasaron y se sumergieron de nuevo en la oscuridad; las luces interiores del tren y los faros de su vehículo proporcionaban la única iluminación.

Batman quitó sus manos de la cintura de Selina (que era quien conducía su moto) y tomó su cinturón de herramientas. Sacó su Bat-garra y trató de apuntar.

Alistó sus piernas.

Satisfecho de que no habría curvas en el túnel, con un movimiento rápido, saltó para que sus pies estuvieran en el asiento de la moto y disparó la pistola de garfio.

El gancho voló por el aire y rompió el vidrio en la parte trasera del quinto vagón de tren, y se incrustó en el piso del vagón.

La capa de Batman se extendió detrás de él, y se deslizó en el aire detrás del tren mientras que Dick seguía su ejemplo; también saltando. Su moto (ahora sin conductor), volcó y se estrelló contra las vías.

Selina pensó que los chicos del Dúo Dinámico no sufrirían daños después de ese lindo aterrizaje. Y si las cosas iban bien, ella capturaría a Talia.

Batman apretó el botón de la pistola de garfio que lo hizo tambalear. Bajó la cabeza y enderezó el cuerpo, por lo que la capa se estrechó y navegó por el aire a una velocidad vertiginosa.

Se estrelló contra la ventana del quinto vagón, rodó hacia el impacto y rápidamente se puso de pie.

Diez secuaces muy impresionados con espadas o pistolas lo estaban esperando.

Batman sacó una bolita de humo del dispensador de liberación rápida de su cinturón de herramientas y la tiró al suelo. El coche se llenó de humo de inmediato. Uno de los secuaces disparó su pistola al techo presa del pánico.

Robín aterrizo junto a Batman y ambos se movieron entre los secuaces y los incapacitaron rápidamente, entregando codazos en la sien o rodillazos en el puente de la nariz como universitarios ansiosos por ganar el campeonato de lucha grecorromana.

Diez matones.

Doce segundos para desarmarlos a todos.

Tendrían que ir con cuidado con las bolitas de humo. A Batman solo le quedaban dos.

Abrió la puerta que conducía al cuarto coche y dio un pequeño paso sobre el pequeño enganche que lo conectaba con el quinto. Una vez que él y Robín cruzaron, inmediatamente se arrodilló junto a la puerta sin ventanas en ese extremo del cuarto vagón. Saco un pequeño tubo de gel explosivo de la parte trasera de su cinturón de herramientas y untó una pequeña cucharada del gel beige en el enganche.

Batman y Robín levantaron sus capas para protegerse la cara y Bruce apretó el botón del dispensador.

Con una explosión amortiguadora, el gel explosivo destruyó el enganche y el quinto vagón comenzó a quedarse atrás al perder velocidad sin que nada lo arrastrara.

Incluso si los matones inconscientes en el auto se recuperaran, no tendrían más remedio que caminar de regreso por donde vinieron, teniendo que pasar por Batgirl.

No tenían probabilidades.

***

Batgirl disparó otra ráfaga PEM al quinto helicóptero en el sitio.

Ese fue el último.

Los secuaces restantes estaban comenzando a dispersarse, saliendo del sitio y corriendo hacia el resto de la jungla.