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Veinte minutos antes de llegar a su destino, Bruce abrió los ojos.

Selina estaba acurrucada en el asiento frente a él, dormitando ligeramente. Ella lo descubrió. Ella sabía quién era él.

"Bruce"

Mientras el avión surcaba los cielos del Océano Pacifico, Bruce estaba perdido en sus pensamientos. La forma en que había dicho su nombre había enviado ondas frías de electricidad a través de su cuerpo, una mezcla de emoción y terror. ¿Cómo? ¿Cómo lo averiguó? Como todas las cosas de Selina, estaba seguro de que no podía empezar a adivinarlo.

Era peligroso para un adversario conocer su identidad secreta. Ella podría exponerlo a rivales mucho más mortales que ella, y una vez que sabrían que Bruce Wayne era Batman, no se necesitaría mucho para conectarlo a Dick, Alfred e incluso a Barbara con sus diversos alter egos.

Por tonto que fuera, no creía que ella olvidaría lo de su identidad. Era imprudente creer que era digna de confianza sin pruebas. No podía creer que ella alguna vez lo traicionara. No quería creerlo.

Su nombre en sus labios lo había frotado en carne viva y lo había dejado tan sensible como un nervio expuesto. También lo excitó, dejó su cuerpo boca abajo y listo como antes de una batalla. A él le agradaba. Mucho. Le gustaba su mente astuta y su disposición a hacer lo que fuera necesario para hacer el trabajo. Le gustaba su humor, su inteligencia y la descarada sexualidad que lucía sin vergüenza ni timidez. Sí, era hermosa y hasta más que la amazona que se había vuelto su amiga de armas, pero además de todo eso, realmente le agradaba. Selina rompió cada uno de sus caparazones e hizo que su corazón latiera con fuerza. Ahora que ella sabía quién era, tal vez...

Estaba siendo tonto. No había nada más fuera de su cruzada por la justicia. No podían llegar a más. Y entonces la luz verde en el avión se prendió, pues ya habían llegado a su destino.

-Selina – dijo Bruce un poco más brusco de lo que pretendía, sacudiendo ligeramente el hombro de ella con la mano – Es hora.

La isla "Mcarthur" estaba casi en medio de la nada, pero era importante ya que en ella estaba el volcán inactivo mas grande en las islas Hawaianas, y esta se alzaba sobre el campo oscuro y los cielos anaranjados del horizonte.

-¡A las tres! – Batman grito por encima del rugido del viento que azotaba al avión que se movía rápidamente – Uno... dos...

Catwoman sonrió y saltó del avión.

-Tres – murmuró Batman –

-Que interesante tu novia, ¿ehh? – Dijo Hal a través del comunicador –

Batman solo alzo los hombros y sonrió sarcásticamente, para después saltar al aire frío de la noche.

Una vez sus pasajeros brincaron, Jordan aceleró y voló el Flying Fox fuera de la vista en cuestión de segundos. Cayeron en la noche silenciosa, con nada más que con las estrellas y la luna iluminando las montañas.

El viento frío pasó por el rostro de Selina mientras cerraba los ojos, permitiendo que lo que sintiera se precipitara a través de ella, acelerara a través de su cuerpo y la dejara sin aliento. En los últimos días, todo lo que sentía por Batman o Bruce se reavivo. A ella le agradaba. Desearlo era una cosa que podía atribuirse a la lujuria. ¿Pero le gustaba? ¿Le gustaba la forma en que sonreía, le gustaba el tono suave de su voz cuando se burlaba de ella, le gustaba su ingenio, su inteligencia? Eso era más que lujuria, más que sexo, más que deseo. Fue peligroso. Eso la asustó. Y Selina Kyle no se asustaba fácilmente.

¿Había algo más para ellos que la sencilla asociación que habían desarrollado durante los últimos días? ¿Podría haber más?

Selina despertó de su trance y abrió los ojos. No podría haber más para ellos. Con el tiempo, esta misión terminaría y debería pasar al siguiente trabajo, el siguiente objeto brillante que necesitaría un nuevo hogar. Continuaría en su búsqueda solitaria autoimpuesta de justicia. Nunca volverían a estar en esos tejados, jadeando bajo la lluvia, medio enloquecidos por el deseo y la necesidad. Su momento había pasado. Fue lo mejor. Significaba que tenía razón al dejar Gotham. Y cuando todo esto terminara, le resultaría mucho más fácil robar el rubí real como había planeado originalmente.

Catwoman: Tres temporadas en Gotham CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora