¿Secretaria?

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Takeomi estaba, inesperadamente, perdido. 

Aspiró otra bocanada de humo de su cigarro y sacó su móvil. Marcó el número del teléfono de la tienda de motos de su amigo. A esas horas, más o menos las 5 de la tarde, la tienda debería seguir abierta y Shinichiro no tendría su móvil encima. 

El sonido inconfundible del teléfono llamando llamó la atención dispersa de Takeomi. Se giró en la calle desierta, y se preguntó de nuevo cómo se había podido perder después de visitar tantas veces la tienda de su ex-líder. 

- Buenos días, S·S Motor, ¿digame? 

Una voz monótona, desapasinada e inmadura salió de su teléfono y Takeomi tardó unos segundos en procesar la diferencia. 

- Mmh.. - Takeomi tarareó por lo bajo. ¿Shinichiro abrá atraído a otro vagabundo a su redil? - ¿Está Shinichiro ahí? 

La voz a través del teléfono se quedó callada, aunque se escuchó ruido al fondo como si alguien estuviera trabajando con música a todo volumen. Después, un grito alarmado, y la voz volvió a aparecer. 

- Sí, está, aunque es posible que no de una pieza. 

El mayor concluyó que la voz que gritaba era Shinichiro y suspiró un poquito.

- ¿Le podrías pasar el teléfono?

- Poder, puedo, pero no quiero. ¿No te enseñó a tu madre a pedir por favor a la gente?

Takeomi sintió una vena marcarse en su frente. El descaro de ese niño. 

- Por favor - masculló entre dientes, mientras mordía su cigarrillo con dolor. 

- Bueno, pero porque me pediste por favor. 

La voz infantil desapareció y después de otro grito de fondo, la voz de Shinichiro salió del altavoz. 

- ¿Quién es? 

- Soy tú, Takeomi. Necesito tu ayuda. 

- ¡¿What?! ¡¿Te ha pasado algo?! ¡¿Necesitas que llamar a los dem-?! 

Rápidamente Takeomi cortó a Shinichiro antes de que empezara a sacar sus armas. 

- No no. Necesito que me guíes a tu tienda. Me ha perdido. 

Shinichiro se quedó en silencio, como si estuviera pensando profundamente.

- Tiene sentido, después de todo. Bien, dime más o menos dónde estás. 

¿Después de todo qué? La curiosidad brotó en Takeomi. Rápidamente le dijo la apariencia de la calle en la que estaba parado. 



Cuando llegó, después de seguir las instrucciones de Shinichiro, se encontró delante de una tienda totalmente diferente a la que había visitado hace dos semanas. Tenía una fachada blanca, no gris, escaparates de cristal nuevos y modernos por el que podía ver que el interior del garaje también estaba renovado. Hasta podía ver unas cámaras que lo espiaban desde las esquinas del edificio. 

Era.. una tienda que nunca podría pagar Shinichiro. La puerta de la tienda era de cristal, enmarcada con metal. Entró, con algo de incomodidad porque nunca había entrado en una tienda tan... ricamente creada sin que los trabajadores lo tacharan de delincuente ( lo cual era en ese entonces ) y lo echaran.

Al entrar notó que todas las pilas de cajas que Shinichiro nunca limpió habían desaparecido. Las luces en el techo eran nuevas e iluminaba más espacio que las endebles bombillas baratas de Shinichiro. Había una pared nueva que separaba un pasillo, con mostrador de madera pulida y muchos asientos al costado, del garaje y el trastero donde guardaba las motos que se venderían.

Antes de que pudiera asomarse por la esquina y pudiera ver a su amigo, seguramente trabajando en una de los esqueletos de moto, notó a un niño pequeño sentado detrás del mostrador quien lo miró con los ojos negros, vacíos y terriblemente abrumador. Sintió un déjà vu. 

- ¿Y tú quién eres, niño?

Dicho niño entrecerró los ojos hacia él y Takeomi tuvo un momento de epifanía. ¿No era este el niño que llegó con Senju el día que se escapó de casa?

El niño siguió fulminándole con la mirada y respondió después de unos segundos tensos.

- Tú eres el inútil amigo de Shinichiro que se perdió, ¿no?

- ¿AH? - una vena en la frente de Takeomi se marcó. Apretó los dientes a través de su nuevo cigarrillo (otro cigarrillo desperdiciado por culpa de este niñato). 

El pequeño se levantó de un salto de la silla giratoria y entró en el interior de la tienda diciendo nada más que: 

- Sígueme, jirafa-san. 

Shinichiro.. ¿En qué mierda has entrado ahora? 



( Y Aoi, soportó la risa, porque, ¿era genética el sentido de orientación de la familia de la perra peliblanca? )

¿Quién sabe...? [Tokio Vengadores x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora