Gané pero de alguna manera perdí

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Para el final de la tarde, Mikey le dio la idea incorrecta a su abuela de que eran amigos. No pudo refutar nada porque ni siquiera podía entenderse a sí mismo cuando hablaba. 

- Nmiamg - resopló con la cara paralizada Aoi a su abuela, como si esta pudiera entenderlo.

- Cariño, no te puedo entender, ve a jugar con tu amigo mientras hablo con este hombre encantador - sonrió su abuela, apretando uno de sus mofletes. Aoi no se defendió, porque hasta eso no lo sentía. Volvió a resoplar y caminó hacia el parque que había en frente de la clínica. 

Shinichiro y su abuela estaban hablando alegremente mientras intercambiaban contactos. Amigos, Aoi se estremeció. Ridículo, si se volvía amigo de ese bicho raro de seguro no vuelve a cumplir los 20 años. 

Se sentó en uno de los columpios y miró detenidamente en el parque para memorizar donde estaba la amenaza. Estaba en uno de los balancines dándole una cara de pucheros muy patética porque su cara también estaba medio paralizada. 

Mikey gritó algo ininteligible y le mandó señales que Aoi identificó como: << Ven acá o te arrepentirás >>, pero con una señalización grosera de <<Vete a la mierda>>, educadamente, se negó. 

Se balanceó en su columpio, intentando ir lo más alto posible por si se acercaba el rubio y entonces tendría suficiente impulso para partirle el cráneo con una patada. Aunque sería contraproducente, porque su hermano mayor y su abuela estaban a 15 metros de ellos, resolvería muchos de sus problemas. 

Miró con ojos de halcón como Mikey se arrastró por el parque hasta sentarse en el otro columpio desocupado. Le mandó una mirada de muerte y lo ignoró por unos minutos hasta que un desenfoque rubio salió disparado de su izquierda y cayó al suelo con una voltereta. 

Cuando registró que el desenfoque fue Mikey haciendo una pirueta en el aire, Aoi se burló.

- Yo mejor - dijo con cuidado, pronunciando bien sus palabras para que Mikey se enterara. La cara de desprecio que le mandó el pequeño rubio despertó su racha de competitividad. 



- Ara, seguro que se llevan bien. 

Mikoto sonrió cariñosamente a los dos niños que competían en los columpios, haciendo cabriolas en el aire cada vez más complicadas. No se preocupó mucho  que su nieto se rompiera la crisma, porque su padre era igual y sobrevivió hasta la edad adulta. 

- Hmmm. ¿Seguro que estará bien? Mikey es muy competitivo y puede terminar muy mal - Shinichiro habló preocupado, aunque más por el chico de pelo negro que por su hermano. Su hermano pequeño era un genio en cuanto a las artes marciales y fue entrenado desde que pudo caminar por su abuelo, que impartía clases en el dojo familiar así que no iba a morir por algo que hacía desde los 4 años. 

- No te preocupes tanto muchacho, Aoi-chan se las arreglará de alguna manera. Es mi nieto. - Mikoto no dio más explicaciones. 

Shinichiro sonrió temblorosamente a la mujer mayor mientras Aoi dio tres volteretas en el aire antes de caer de pie en la grava sin mucho esfuerzo y terminó dándole un corte de mangas a su hermano. 

- Maldita sea, ahora hay dos - se susurró a sí mismo. Shinichiro se preocupó por el futuro.



Ya en la limusina y librado del demonio, a quien ganó y dejó con una sonrisa victoriosa en el parque, su abuela le habló.

- Entonces, tu amigo vendrá mañana por la mañana a pasar tiempo contigo. ¿No es genial, Aoi-chan? - una pequeña pausa y su abuela desenfocó sus ojos -. Ahh~~ Su hermano mayor era tan encantador, si fuera más joven... - habló soñadoramente. 

Aoi no conectó los puntos. No sabía qué era peor: que Mikey iba a profanar su lugar seguro, la sensación de traición de parte de su abuela o que su abuela tenía un crush por Shinichiro. 

(Aunque no le oirás decir nunca esto, Aoi también tenía un crush por Shinichiro. ¿Quién no? Pero tenía prioridades: era el hermano de Mikey, y Mikey es un no-no. )

- La traision. 

Lloró amargas lágrimas camino a casa. 


¿Quién sabe...? [Tokio Vengadores x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora