Capítulo 16.

30 6 0
                                    

Una vez a solas en mi habitación chillo emocionada y me lanzo a los brazos de Helena y Zoey. Ellas chistan y me regañan, hay oídos por todo el palacio. Asiento entre risas y me ayudan ha cambiarme de ropa.
Me lavo la cara y eso me ayuda ha volver a la realidad.

He tenido sexo oral con Michael ¡Dios mío!

Me muerdo el labio inferior sonrojada y una vez lista, bajo al salón para estar presente en la comida. Ahí tengo mi primer encuentro con Oliver, está hablando con Rose y los observo manteniendo distancia.

Oliver se vuelve hacia mí y me
saluda, dejando a Rose que habla con Evangeline y no precisamente se halagan, pero tampoco puedo estar defendiendo a mi amiga siempre, ella debe hacerse respetar también.

—No deberías dejarla sola, Evangeline la está acorralando —señalo, siendo objetiva.

—De momento, no haré nada a no
ser que se vuelvan tensas —avisa, haciendo caso omiso de su rivalidad —. Te pido disculpas, sé que prometí no salir corriendo en otra cita contigo.

Me quedo mirándolo boquiabierta y zarandeo la cabeza confundida, pero aliviada de ver que está más dispuesto ha escucharme y seguir adelante, aunque esto sea difícil para los tres hasta que nos aclaremos, o mejor dicho me aclare yo misma.

—Es justo, que al igual que tú has
peleado por mis sentimientos, ahora
yo haga lo mismo —recuerda, aceptando a regañadientes ese hecho —. Por mucho que no soporte a mi primo.

—Vaya, gracias —contesto agradecida.

—No, es lo menos que puedo hacer —me comenta, haciendo hincapié a su incorrecta actitud anteriormente —. Sé que no tengo un carácter fácil.

—Bueno, yo supongo que no pongo las cosas fáciles también —agrego, sonriéndole con timidez —. Soy novata en todo esto, seguro que te doy demasiados dolores de cabeza —afirmo cohibida.

—No lo voy ha negar, lady Abril —se mofa, con una sonrisa pacífica —. A veces no me ahorras trabajo.

Callamos y sonreímos, sin poder dejar
de mirarnos con estupor y lascivia.

—¿Una cita sin peleas ni huidas? —propone esperanzado.

—Sí, me encantaría —murmuro emocionada, pero aún con
cierto dolor por haberse ido tan repentinamente, sin darme una explicación coherente.

Él pasa por detrás de mí cuando llega lady Dankworth y roza su mano con la mía, aprovechando un momento de despiste por parte de todos. Trago saliva ruborizada y le dedico una sonrisa vanidosa.

Por fin, parece darse cuenta de que esconderse no es la solución de sus problemas. Está claro que le importo, y más si es capaz de disculparse, de dejar a un lado sus celos por su primo, y de ignorar a las demás para poder ir acercándose a mí, no sólo eso sino que ha aceptado una cita con Ros a petición mía.

Eso lo valoro mucho, sobre todo porque sé que lo que pasó de pequeño le marcó y lo hizo alejarse de la gente.

—¿Lady Abril? —la voz de lady Dankworth, me saca de mis sueños y sacudo la cabeza soñolienta.

—Hola, lady Dankworth —saludo, con una corta reverencia —. ¿Qué tal estás?

—Muy bien, ¿y tú querida? —cuestiona, arqueando las cejas dubitativa —. Te noto distinta, no sé cómo explicarlo.

—No entiendo a qué te refieres, espero y puedas disculparme —digo patidifusa.

—No importa querida, me alegro de verte igualmente —se detiene, me estudia con atención y amplia su sonrisa maliciosa —. Me gustaría una cita contigo, ¿qué tal si esta tarde tomamos el té juntas? —me propone eufórica.

LA PRIMERA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora