Capítulo 15.

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Con las primeras luces del alba, acudo al vestíbulo para despedirme de Lily. Ella me abraza con fuerza y me da un beso en la mejilla. Después se despide del resto y se dirige al carruaje, para comenzar su viaje de vuelta a casa.

Con tristeza levanto la mano y le digo
adiós, ella hace lo mismo desde el coche y los demás se van poco a poco. Cuando voy ha buscar a Oliver, no está y Evangeline levanta la cabeza con orgullo dirección a
los jardines.

Bueno, tengo que seguir adelante.

Le fui sincera y ahora es él quien debe respetar. Michael subes las escaleras, mirándome de reojo coqueto y asiento discretamente, dándole ha entender que la cita sigue en pie. Vuelvo a mi habitación un momento, donde me esperan
Helena y Zoey.

Entre las dos me ayudan ha cambiarme de ropa con rapidez. Me pongo una capa oscura que cubre
mi vestido blanco fino y de tela delicada, que deja a la imaginación decualquiera, la figura de mi cuerpo con un toque de sensualidad. Me
dejo el cabello suelto y ellas me acompañan, para no llamar tanto la atención.

Se van dejándome a sola, frente a la puerta del cuarto de Michael y respiro hondo nerviosa. Alzo el puño y llamo varias veces, hasta que abre y aparece en el umbral desconcertado.

—¿Abril? ¿Qué haces aquí? Iba ha buscarte ahora mismo —explica en shock, arqueando las cejas intrigado.

—No hace falta, ¿puedo pasar? —pregunto inquieta, sin dejar de vigilar mis espaldas.

—Sí, claro —acepta encantado.

Una vez dentro cierra la puerta y cuando compruebo que no hay ningún lacayo, me vuelvo hacia él y me lanzo a sus brazos para besarlo con frenesí. Lleva un perfume a
lavanda que me llama la atención, eso me hipnotiza de cierta manera y me hace perder el control.

Me agarra del cabello, mientras sus
manos acarician mi piel y se deslizan
por cada curva de mi cuerpo. Lo separo de mí acariciando su mejilla, me armo de valor y me quito la capa dejando ver el traje. Michael entorna los ojos boquiabierto y traga saliva nervioso.

Se rasca el cuello acalorado y comienza ha balbucear sin sentido.

—Abril, no puedo —comenta con la voz ronca —. No quiero que te lleves una mala imagen de esto.

—Pero es lo que deseo —respondo airosa.

—Yo...

—Michael —lo llamo, reclamando su total atención.

Cuando sus ojos se posan de nuevo en mí, sin dudarlo y ahora sintiéndome más empoderada que nunca, me quito el traje quedándome desnuda y sin inquietudes ni complejos.

Quiero hacerle saber que me
entrego a él, que también valen sus sentimientos en este triángulo amoroso, que me importa y que no tiene porqué entrar en un juego tan estúpido, como compararse con su primo. Quiero dejar de ser la niña inocente del palacio, quiero conocer mundo y él me puede enseñar.

Michael sonríe con galantería y más decidido que nunca, avanza despacio hasta que sus labios vuelven a los míos con más desesperación que antes, y en un momento de arrebato por la emoción de todo esto, comienza ha quitarse la ropa hasta quedarse desnudo.

Me muerdo el labio inferior ruborizada, sobre todo cuando él se arrodilla quedando su cabeza a la altura de mi ombligo. Acaricia mis pezones con las manos y lame mi barriga, luego su lengua baja lentamente por mis muslos y gimo inconscientemente.

Se pone en pie y me coge en brazos para llevarme hasta su cama, dejándome sentada en el borde y haciendo que me abra de piernas para él, dejando que vea con mucha libertad mi sexo femenino.

LA PRIMERA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora