Entre la venganza - [Eyeless Jack y Jane the killer]

IV: Problemas del periodismo

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Tema recomendado para escuchar, de manera simultánea, con el capítulo:

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[...]

Jeff se alejó del bosque, esperando que alguien rescatara a Jane. A él le venía bien su muerte o su supervivencia. Era un ganar ganar, pero muy en el fondo, esperaba que Jane no muriera. Cosas de personas que han perdido la cordura.

Se escondió en la ciudad, estuvo muy alerta porque la policía rondaba por la zona del asesinato anterior. Por esto mismo se alejó todo lo que pudo de allí, y pasó la noche en un callejón descuidado. A la hora indicada, se reunió con su aprendiz y compañera cómo habían acordado días atrás. Ambos habían quedado en una zona de la ciudad en la que no concurría nadie y que además, no estaba a los ojos de cualquiera.

—Llegas tarde —le dijo ella.

—Nunca llego tarde, porque las cosas comienzan cuando llego yo. Es algo que deberías saber, Nina —le respondió Jeff con su habitual tono de fanfarrón mientras se apoyaba en la pared con las manos en los bolsillos.

—¿Qué te pasó en el brazo? —dijo ella al notar la sangre de la sudadera, ignorando lo que él había dicho con anterioridad.

—Jane.

—Esa perra —Nina se acercó a él—. Déjame ver.

—No es nada, ya sanará. Un poco de alcohol y vendas harán lo suyo.

—No seas estúpido, quítate la sudadera y déjame curarte la herida.

—Te dije que no es nada —replicó con terquedad.

—Si se infecta, perderás el brazo.

Jeff se quedó en silencio, pensando en tener que asesinar, huir y pelear sin un brazo, por lo que al final desistió y se quitó la sudadera. Nina miró la herida y volvió a insultar a Jane, maldiciendo con todo su odio.

—Iremos a un escondite que encontré, allí tengo un par de cosas para curarte y ambos podemos relajarnos —le explicó ella.

—Nina, no tengo ganas de hacerlo —dijo Jeff entre suspiros habiendo interpretado una insinuación en sus palabras.

—Yo no dije eso, ¿y quién te dijo que yo quería? —respondió ella ofendida.

—Oh... ¿no quieres? —preguntó con un tono desilusionado, que era fingido, pero Nina no pudo notarlo.

—Quiero decir... sí, pero no era eso lo que... —se trabó al no encontrar palabras—. A lo que me refería es que yo no, no yo sí, pero no era lo que decía. ¡Agh, Jeff! ¡Iremos al escondite y punto!

—Me encantas cuando te pones nerviosa por mí.

—No estoy nerviosa —respondió con tono firme.