XVI: El rescate

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—¿Tiene a Nina?

—¡Sí! ¿¡Acaso no estás escuchando!? —gritó Jeff desesperado.

Para entonces los tres, Jack, Jeff y Avodro, caminaban a paso rápido hasta la dirección que Sasha le había dado al psicópata de sonrisa tallada.

—Nunca te había visto tan preocupado, Jeff —enunció Jack al tanto de todo lo que estaba pasando.

—¿Eres estúpido? Claro que estoy preocupado, se trata de mi aprendiz —respondió con agresividad él.

—Lo sé, sólo que creí que no la soportabas —Jack en el pasado había presenciado las quejas y reproches de Jeff sobre Nina.

—Exacto, no la soporto. Pero tampoco la odio. Digamos que la tolero, y eso ya es mucho. Y aunque le rogué que se fuera lejos, no quiero que muera —explicó Jeff—. ¡Y menos asesinada por la perra de esa periodista! Piensa que Nina es una imagen de mí, si muere así habla peor de mí que de ella.

Ni el fantasma, ni el cazador dijeron nada más. Ambos sabían que cualquier palabra, buena o mala, era como echarle leña al fuego. Caminaron a paso rápido, trotaron y corrieron hasta llegar a la dirección que la periodista le dio a Jeff.

—Esta calle es Voleno... y debería ser... —habló Jeff mientras miraba los números de las casas—. ¡Aquí! —exclamó al encontrar el número "6780" en una de las casas.

—¿Estás seguro? —preguntó Avodro mirando la casa.

—¡Sí, imbécil! ¡Es aquí! —decía Jeff desesperado mientras intentaba abrir a la fuerza.

—Espera, hay que planear esto... —los detuvo el cazador mientras se alejaba del hogar, para observar la estructura y encontrar un lugar por donde entrar.

—¡Agh! Tenemos que entrar de una vez —Jeff se acercó a la ventana y se preparó para romper el vidrio.

—¡Alto! Déjame hacerlo por el lado del sigilo —dijo Jack deteniendo a Jeff—. Hagamos que ser un fantasma sirva de algo —luego de aquellas palabras, Jack se acercó a la pared y colocó su mano en esta.

—¡Oh! Tu forma inmaterial, ¡cierto! Ya lo había olvidado y eso que fue la razón por la que te busqué —se explicó a sí mismo Jeff—. Eso debería funcionar.

El cuerpo de Jack cambió. Pero no era un cambio abismal, no era un cambio evidente. Sino que se volvió más como una sombra, parecía humo, como una figura negra que mantenía una forma humana. Ahora Jack realmente parecía un fantasma. Una vez que estaba en su estado inmaterial, su mano que estaba apoyada en la pared, pasó para el otro lado y más tarde lo hizo con todo su cuerpo. Pasando dentro de la casa sin dificultades.

Primero miró a su alrededor, se encontraba en una casa común y corriente. Todas las luces estaban apagadas, pero la luz exterior que llegaba junto al amanecer le permitía ver algo. Luego comenzó a caminar con cuidado, dando pasos que ni un animal podría oír, observando cada habitación detenidamente. Notó que la decoración era antigua, la mesa poseía un típico mantel floreado y la forma de las lámparas demostraba varios años. En un momento, notó que sobre un mueble habían cuadros de fotografías dados vuelta y cuando los levantó, observó en la imagen a unos ancianos que abrazaban a una mujer rubia. La miró más de cerca y se percató de que era Sasha. Supuso que los ancianos eran los abuelos de la periodista, pero... ¿por qué usaría la casa de sus abuelos como lugar para matar a Nina? Jack no encontró una respuesta, porque continuó caminando por la casa hasta que en una habitación encontró a Nina. Esta estaba atada, cabizbaja por la evidente pérdida de consciencia y amordazada. El fantasma estaba por acercarse a Nina, pero de un momento a otro oyó unos pasos detrás de sí y al voltear se topó con un sujeto que se lanzaba contra Jack con un martillo. Pero el golpe no impactó al fantasma, su forma inmaterial provocó que el sujeto pasara de largo, como si Jack fuese aire. El sujeto volteó a verlo, completamente sorprendido y retrocedió aún con el martillo en mano.

Entre la venganza - [Eyeless Jack y Jane the killer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora