XXXIV: El flaco Kikelocia

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Aclaración importante: este capítulo es ficción, NO se intenta hacer apología de ningún tipo. Con esto en claro, no habrá ningún problema a la hora de leer.

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Tema recomendado para escuchar, de manera simultánea, con el capítulo:

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[Evento pasado: la noche del flaco Kikelocia]

Dantilúz, una ciudad transitada, desde su fundación atraía a muchos extranjeros y jóvenes que buscaban desarrollarse, y por lo mismo al pasar de los años su popularidad aumentó. Sin embargo, su gran crecimiento se dio a que era un punto en común de todas las ciudades. Haciendo que los mayores comerciantes se establecieran allí, y por consiguiente, enriquecieron fuertemente a la ciudad. Con el tiempo, esto continuó así, al punto en que hoy en día grandes empresarios residen en Dantilúz. Pero como se sabe, donde hay dinero hay corrupción, y los negocios ilícitos allí son una gran parte de la ciudad.

En su entonces, Jeff y Jack llegaron hasta allí como un dúo de amigos homicidas, buscando pasar un buen rato. Dando en el clavo al conocer al flaco Kikelocia. Un hombre alto, flaco y subjetivamente atractivo, siendo su simpatía y oratoria sus atributos más destacables. Con sus ojos verdes y su fuerte tono de voz, era capaz de llamar la atención de quien fuera. Y su facilidad para vender cualquier cosa de manera convincente, le permitió llegar lejos. Era un hombre excéntrico, llamativo y con algo de locura. Casi fue una víctima de Jeff, pero la extraña reacción del flaco Kikelocia al ver a su atacante, provocó que el psicópata de sonrisa tallada no lo matara. Hablaron durante unas horas, y terminaron en un bar borrachos, riendo a carcajadas hasta que olvidaron quienes eran. Así fue como el flaco Kikelocia lo invitó a una de sus fiestas, y por supuesto que asistieron.

Todo sobre esa fiesta tenía una pinta única, incluso su ubicación. Al dúo le costó algo de trabajo encontrar el sitio, ya que prácticamente era un escondite. Pero al hacerlo, se encontraron con una fiesta de lo menos creíble bajo tierra. Cuando ingresaron, un guardia los detuvo, y solo los dejó pasar cuando le entregaron las entradas que Kikelocia le dio a Jeff en aquel bar.

—¿Estás listo? —le preguntó Jeff al fantasma mientras avanzaban por la entrada.

—¿Para qué?

—Para no olvidarte nunca de esta noche.

Al atravesar la entrada, se toparon con el flaco Kikelocia, quien los saludó a ambos como si fueran amigos de toda la vida. Soltó un par de chistes que solamente le causaron gracia a Jeff, y les explicó todo sobre el lugar.

—¡Bueno, bueno! Les diré unas cositas rápidas, y los dejo seguir con la diversión —comenzó a explicar el flaco Kikelocia poniéndose entre medio de ambos, luego pasó sus brazos por los hombros de Jeff y Jack sin parar de hablar—. No quiero ninguna pelea, no quiero tener que desaparecer un muerto. ¡Pero! Si quieren pelear con alguien, me avisan y todos apostamos a un ganador. Si me entero que roban, serán expulsados. Nada de molestar a nadie, no quiero que den una mala impresión. Y mucho menos lastimar a alguien. ¡Pero! Por supuesto que está permitido si se los piden, ¿saben de lo que hablo, no? —preguntó de forma retórica con un tono divertido—. Este piso es para bailar, y tomar unos tragos, hay barra libre. En el piso de abajo, se organizan las peleas. ¡Pero si soy idiota! En un rato me traen los monos, tengo que encargarme de eso —exclamó golpeándose la frente.

Entre la venganza - [Eyeless Jack y Jane the killer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora