El fantasma estaba encerrado en el baño de su cabaña, intentando coser sus heridas. Le era extremadamente difícil, debido al dolor que le provocaba la aguja en la zona. Y más aún, porque la piel del pecho era tirante lo que le dificultaba intentar juntarla con el hilo. Fue mientras presionaba la aguja intentando traspasar la dermis cuando oyó que tocaron la puerta. Abandonó lo que estaba haciendo, sin ponerse la camiseta y con la aguja clavada en el pecho junto al hilo que colgaba, fue hasta la puerta. Se alegró al ver que era Jane, y en cierta forma, una parte de él esperaba que fuera ella.
—¡Hey! Que gusto que estés aquí —dijo el fantasma, con una sonrisa, al abrir la puerta.
Jane le devolvió la sonrisa, y ver su evidente herida del pecho hizo que pusieran toda su atención en eso.
—Jack, ¿qué carajos? ¿qué te pasó ahora? —ella entró y en cuestión de segundos estaba examinando la herida.
—Ya sabes... Slender y su grupito. Nada grave, estaba intentando coserla.
—Siéntate, yo me encargo.
Jane dijo aquello con tal seguridad, que provocó que el fantasma no la cuestionara. Y mientras ella cosía la herida, poco a poco lo regañaba.
—Cada vez es más común que te encuentre con heridas así. Me aterra pensar que un día será demasiado grave —decía mientras suturaba el tajo.
—No será por mucho tiempo. Cuando logre acabar con Slenderman, ya no tendré este tipo de problemas —explicó el fantasma buscando tranquilizarla.
—Estás hablando de Slenderman, ¡del desgraciado de Slenderman! —exclamaba ella con algo de furia—. Un sujeto, animal, bestia, entidad o lo que carajos sea, que está por encima de todo lo mundano. Y tú hablas cómo si se tratara de uno más.
—Lo sé, pero yo también estoy por encima de lo mundano.
—Tienes razón, pero desde que te conozco, caes herido constantemente ante él. Y siempre con heridas grandes.
—No me subestimes, Jane. Soy capaz de acabar con Slenderman —objetó Jack.
—No es eso Jack —suspiró ella con un tono desanimado—. Sé que eres capaz de mucho. Lo vi el día en que atacaste a Liu.
—¿Entonces? ¿Por qué no confías en que podré contra Slenderman? —comentó el fantasma en un tono que sonaba a reclamo.
—¡No es que no confíe en ti, Jack! —gritó ella quitando su vista de la herida—. Tengo miedo de que un día, venga a buscarte y ya no estés, por culpa de Slenderman.
El silencio se hizo un lugar en la conversación, luego del comentario de la pelinegra. Ella se quedó mirando a las cuencas del fantasma, esperando una respuesta, hasta que él la abrazó.
—No tengas miedo. No creo que Slenderman pueda matarme —mientras decía tales palabras, la pelinegra correspondía el abrazo—. Es cierto que las heridas que Slenderman me provoca no curan a su velocidad normal, pero Jane, ya morí.
—¿Quién te asegura que no puedes morir? ¿Tú? ¿Tus suposiciones? ¿Qué pasa si Slenderman lo consigue? ¿Qué pasa si él es capaz de ponerte un fin? —reclamaba ella ocultando su rostro en el pecho del fantasma.
—No pasará, Jane. De verdad que no pasará.
—¿Cómo lo sabes, Jack?
—Lo sé porque... —hizo una pausa, en la que entre sus manos tomó con suavidad el rostro de la pelinegra, buscando su mirada. Y al hacerlo con el tono más sincero que jamás usó en su vida continuó hablando—. Porque las cosas han cambiado. Antes, morir era una esperanza. Una forma de darle un final a esta tortura de ser un fantasma. Ahora tengo una razón de seguir en este mundo, y sé que no debería decírtelo, pero esa razón eres tú. Quizás peleo por amor al dolor, y por mi sed de demostrar qué soy mejor que Slenderman, pero al final del día, me aseguraré de seguir con vida, solo por poder verte a ti, Jane.
ESTÁS LEYENDO
Entre la venganza - [Eyeless Jack y Jane the killer]
FanfictionHan pasado años desde el homicidio de la familia Arkensaw, y sin embargo Jane aún sigue buscando a su mayor enemigo para asesinarlo. Nunca creyó que entre la venganza, encontraría el amor, y mucho menos que se tratara de un fantasma de la Segunda Gu...