XIV: El cazador de Slenderman

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—¿El cazador de Slenderman? ¿Eso existe? —le preguntó el fantasma interesado.

—Sí, claro que existe —dijo Jeff mientras se ponía de pie—. Me debe una grande, así que podemos conseguir respuestas y apoyo de un experto.

—Bien, vamos —respondió Jack y se puso de pie al igual que su amigo.

—No, tú descansa y trata de recuperarte de alguna forma. No puedes pelear con ese brazo. Yo me contactaré con Ávodro, al fin y al cabo si Slenderman esta aquí, en Bhurmortí, él también.

—Bien, que así sea. Esperemos que funcione. Si me buscas, estaré en una casa del bosque, está en el oeste de la ciudad, la encontrarás con facilidad ya que en esa zona hay menos densidad de árboles.

Los dos amigos se despidieron y cada uno fue por su parte. Jack se fue hacia el bosque y se escondió en la casa en la que se quedaba habitualmente, mientras que Jeff entró a la casa abandonada y buscó sus cosas. Sacó unos billetes que tenía escondidos y un celular, luego salió de la casa y buscó su cuchillo el cual seguía tirado en la calle después de haberlo perdido en la pelea. Caminó por la ciudad con lentitud, aún se sentía débil y atontado. Llegó al refugio que alguna vez le mostró Nina, para su suerte no había rastro de que ella estuviera allí. Antes de acostarse, marcó un número en su celular "1-23-16-4-19-16". Esperó pero nadie contestó, y después del tono Jeff dejó un mensaje:

—Hola Avodro. Te habla Jeff, necesito tu ayuda. Básicamente te estoy cobrando el favor de hace tiempo, pero te gustará porque se trata de Slenderman. ¿Dónde estás? Yo estoy en Bhurmortí, y Slenderman también... —Jeff se mantuvo en silencio pensando, recostado con el celular—. Llámame en cuánto puedas —cortó dejando el mensaje de voz y segundos después se quedó dormido.

[...]

En la otra punta de la ciudad, Nina caminaba con lentitud. Se iba de Bhurmortí, luego de días en los que divagó y se la pasó de un lugar otro, tomó la decisión de que lo mejor era intentar olvidar a su amado Jeff. Aunque bien sabía, que sería imposible, su propio rostro le recordaba a su maestro y amor inalcanzable. Todo su pasado llevaba su nombre, ¿cómo haría un futuro sin que él tuviera que ver? Mientras ella caminaba con una mochila donde llevaba sus pertenencias, se daba cuenta lo mal que estaba. Se daba cuenta, que lo que sentía por Jeff no era amor, sino una obsesión. Tenía muchas ganas de pegar la vuelta y volver, buscarlo y rogarle para que volviera a ser como antes. Pero se contuvo, siguió caminando. Nina se habría ido de Bhurmortí, y las cosas serían diferentes. Sin embargo, la situación tomaría otra dirección. Oyó unos pasos rápidos por detrás, y cuando volteó recibió un fuerte golpe en la cara. Cayó al suelo, viendo borroso y escuchando doble, vio a dos personas, una de ellas era un sujeto y también distinguió a una mujer de cabello rubio, parecía alta, pero no notó nada más. Ya que después volvió a ser golpeada repetidas veces, y en algún momento, todo se volvió negro.

[...]

Jeff se despertó después de unas cuantas horas y encendió su celular, más tarde notó que tenía una notificación: "Lago Alcatraz a las 2300". El asesino supo que era una dirección y una hora exacta. Faltaban muchas horas para el encuentro, por lo que se pasó más tiempo en la cama, aún se sentía débil por la pelea de la noche anterior. Miró el techo durante unos minutos, y a pesar de que acababa de despertarse volvió a quedarse dormido. Una pesadilla lo trajo de vuelta al mundo real, por lo que se dispuso a encontrarse con el cazador. Buscó la dirección y fue hacia allí en la hora pactada, aunque como siempre, llegó tarde. Era una calle desolada, oscura y algunos de los faroles estaban rotos. Debajo de la luz anaranjada que emitía uno de estos, un hombre se respaldaba en el poste del farol, con un sombrero que no dejaba ver su rostro y a lo lejos se podía ver que fumaba. Jeff se acercó a esta, silbando con descuido.

Entre la venganza - [Eyeless Jack y Jane the killer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora