Ahora sí que se veía confundido. Yo me di cuenta, inmediatamente antes de que me volteara a ver la chica con sus ojos asesinos, que estaba sobrando en ese momento; así que aproveché el silencio incómodo y el desconcierto para tomar mi charola con comida y deslizarme lentamente hacia afuera de la mesa para poder ir a otra, pero al momento darme la vuelta Steve me agarró de la camisa, lo que hizo que casi me cayera por la inercia. Me volteé a fulminarlo con la mirada pero él me miró muy seriamente y luego hizo un gesto para que me sentara, por alguna razón obedecí como una niña a quien acababan de regañar y me senté como me ordenó, a intentar terminarme la merienda.
—Me gustaría que aceptaras mis sentimientos— prosiguió la chica haciéndose notar sobre nosotros y tendiendo más cerca su carta. Yo sentí una especie de envidia y pena, la primera era extrañamente nueva.
—Lo siento Sara... Yo— se vio interrumpido una vez más por la chica.
—Por favor, dame la oportunidad.
—Pero es que yo...— y otra vez hablando, putamadre, déjalo hablar si tanto lo quieres.
—No, no lo digas. No digas que me ves solamente como una amiga. Eso me rompería el corazón— comenzaron a temblarle las manos y ahora sí que sentía compasión por ella.
Estaba siendo muy valiente y yo me sentía incómoda de estar observando un evento que debía ser íntimo. No sabía donde meterme, solamente picaba mi comida, porque ni siquiera me atrevía a llevarla a mi boca. Miraba de reojo a la chica, Sara, la cual estaba roja e intentaba levantar una sonrisa aunque ahora temblaba toda; después miré a Steve quien cerró sus ojos, se llevó la palma de la mano a la frente y peinó su cabello para atrás con notoria frustración, parecía que no sabía que hacer, pero todos sabíamos que no terminaría bien para la chica ahí parada.
—Es que ni siquiera es eso.
—¿Cómo dices?— el chico abrió los ojos y la miró de una manera tan fría que yo misma di un respingo.
—Ni siquiera te veo como una amiga.
Helado. Esa sería mi descripción perfecta sobre el cómo se volvió el ambiente después de que se lo dijo. Inclusive yo sentí que el estómago se me caía al piso, no podía ni imaginar lo que estaría sintiendo la chica que se había quedado pasmada, después su nariz comenzó a volverse rojiza y las lágrimas salieron de sus ojos como pequeños hilos brillantes. Intentó decir algo, bajó sus brazos con la carta e intentó una vez más, pero no salía ningún sonido de su boca; nos miró a ambos esperando una aclaración, pero no hubo.
Entonces Steve se levantó haciendo que la silla detrás de él rechinara, estiró la mano para alcanzar mi brazo y me jaló con fuerza para que me parara. Sin siquiera despedirse o decir algo más se volteó y me llevó con él hacia afuera de la cafetería, ni siquiera había terminado mi comida o me había preguntado si podía ir con él. Me estaba lastimando pero estaba muy conmocionada como para mediar palabra con él, me deje llevar por los pasillos mientras ojos curiosos se posaban sobre nosotros, yo solo atinaba a ver su espalda y su cabello moviéndose. Nos detuvimos al llegar a la salida trasera del instituto, que tenía una cancha de voleibol que nadie usaba.
—¿Qué hiciste?
—¿Cómo?
—¿Qué hiciste allá atrás? ¿Viste la humillación que acabas de hacerle pasar a esa chica?— me continuó mirando como si no estuviera entendiendo algo.
—¿Hola?
—¿Me estás hablando a mí?
—¿A quién más idiota? ¿Viste lo que pasó ahí?— otra vez esa mirada carente de sentimientos, como si pudiera ver a través de mí.

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Bad bitch
Teen FictionSiendo la chica más popular de la escuela y la más deseada, parece una reina en su último año de bachiller. Karina ha pasado por cada uno de los chicos y con una reputación más de una diosa que de una fácil, su intención siempre ha sido divertirse y...