Bad bitch

Capítulo 13

Arreglé mi bolsa, tenía que salir ya o no me daría tiempo de ir al minisuper antes de ir con Trent. Me miré por última vez al espejo y acomodé un pasador verde en mi cabello rojizo, deteniendo un pequeño chino del costado. Alisé nuevamente mi falda de tablones roja e hice una pose sonriente para por fin salir de mi habitación.

Bajé las escaleras casi corriendo y revisando mi reloj de mano cada 5 segundos, como si se fuera a ir el tiempo si no lo veía. En el escalón final choqué con mi madre que iba a subir y trastabillamos ambas.

-¡Perdón mamá! Tengo prisa, te veo luego- Le dije rápidamente para acomodar de nuevo mi blusa de flores y agarrar nuevamente el paso.

-Estarás con Trento ¿Verdad?-
-¡Yep!-
-Cuídate mucho, me lo saludas-
-¡Claro ma! Nos vemos-

Salí por la puerta principal y bajé los escalones de puntitas para emprender el camino hacia el minisuper. Ya les había contado a mis padres sobre la cita que tendría con Trent; sentía que lo nuestro se iba formalizando más cada vez y estaba absolutamente feliz al respecto. Si no fuera porque sabia que podría caerme, estaría saltando mientras corría. De hecho pensaba comprarle algunos chocolates de los que más le gustaban y por eso es que tenía que ir ahora mismo, si los compraba antes seguro que le acaban diciendo, así que preferí evitarlo. Me conozco bien a mí misma.

Llegué a la tienda y comencé a pasear entre los pequeños pasillos buscando mi regalo, busqué en dos estantes hasta que vi debajo varias cajas de ese chocolate suizo que le encantaba. Miré el precio y me alegré de haber ahorrado parte de mi mesada para conseguirlo. Recordé mientras lo tenía en mis manos la vez que lo probamos en una exposición de chocolate y él me había mandado a mí con distintos peinados por más degustaciones. Me reí ante tal ocurrencia y entonces me levanté de donde estaba agachada para caminar hacia la caja. No podia evitar estar tan feliz y sonreír como una enamorada, había estado esperando tanto esta cita.

El había estado tan nervioso cuando me la pidió, saldríamos a ver una película y luego a cenar y ver la lluvia de estrellas que estaba programada para esa noche. Di un giro sobre mí misma levantando un poco mi falda, todo estaba yendo tan bien que si él no me pedía que fuera su novia, yo me lanzaría a hacerlo. Ya quería que fuéramos más que eso, que realmente estuviéramos juntos y me estrechara entre sus brazos.

A pasos de llegar a la caja miré hacia el reloj de mi muñeca y la voz que escuché a continuación me heló la sangre y llevó mi alma a los pies.
-Tanto sin verte Ailish- Miré hacia la caja y estaba ese chico. Volteé a la otra caja y por la tienda pero no estaba ese señor, solo un chico más joven que parecía nuevo.

-¿Dónde está el señor?- Pregunté intentando mantener la calma en mi voz. Apreté los chocolates entre mis manos para tranquilizarme.

-Hoy se enfermó y fui su reemplazo, el nuevo tiene que estar en vigilancia- Sonreía de una manera que me parecía asquerosa.

Hacía tiempo que había dejado de ir hasta que el muchacho fue reemplazado por un señor más agradable y enviado al turno de la noche.
No me daba jamás buena espina.
Al principio pensé que quería ser agradable conmigo porque yo soy una cliente frecuente en la tienda, me preguntó mi nombre y con desconfianza se lo dí, pensando que hasta ahí quedaría.
Pero luego me envió un mensaje, me asustó que guardara mi número después de una recarga y había sido completamente grosero, pero intenté ser amable y decirle que no había sido la forma de pedírmelo.

Pero hasta ahí no quedaron las cosas, comenzó a salir de la tienda cuando yo iba y a seguirme a distintos lados, a mi casa, a la escuela, o incluso a casa de Karina, hasta que ella le gritó tales improperios que dejó de hacerlo. Pero no quitaba que supiera dónde vivía. Me decía cosas indecentes y me sugería que fuera con él. Pero fingía que no entendía a que se refería.