Bad bitch

Capítulo 22

Aviso importante.
Este capítulo contiene una parte sobre abuso, traumas de índole sexual y crisis psicológicas fuertes. Si eres sensible a alguno de estos temas puedes avanzar hasta la siguiente línea punteada.
Si te sientes identificado con alguna parte de las antes mencionadas, visita un terapeuta, la salud mental es fundamental para el buen desarrollo humano.

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-Fantástico.

Me dí media vuelta y me hice paso entre la multitud que no dejaba pasar a nadie. Algunos profesores intentaban alejar a los hormonales alumnos y las chicas curiosas que habían hecho una enorme bola al rededor de la chica que se había aparecido, ella parecía disfrutar de toda la atención y sonreía hacia todos. La miré por un momento largo y pude notar que miraba con satisfacción hacia el lugar de donde yo me había ido, escapando de Steve, quise comprobar eso y volteé hacia donde estaba el chico, éste frunció el entrecejo, miró el suelo y volvió por donde veníamos en el pasillo. Una reacción extraña, siendo que hacía un momento no me dejaba en paz.

Miré a la chica y ella me devolvió la mirada, sentí como si me estuviera enfrentando a una persona peligrosa; sus ojos eran profundos y penetraban en mi ser, sonrió de lado barriéndome con los ojos. Desvié la mirada y suspiré con un gesto de fastidio en la cara. Tenía demasiadas cosas en las que pensar en este momento, no quería agregarle más. Me hice paso entre todos los chicos, las X en sus rostros seguían ahí, pero parecían desaparecer y aparecer como una pantalla en estática; pensé "debo estar volviéndome loca, estoy alucinando", mientras la cabeza comenzaba a palpitarme y a doler como si fuera a partirse en dos. Sin darme cuenta ya estaba corriendo a casa con urgencia. No había sentido esta impotencia y miedo desde... bueno, desde "el suceso".

Aventé la mochila dentro del cuarto y escuché el frasco de perfume, que siempre llevo dentro de ella, romperse, despidiendo su potente olor cítrico. Cerré la puerta detrás de mi espalda y me recargué dejándome caer al piso mientras sostenía mechones de cabello entre mis dedos con fuerza. El dolor de cabeza no se iba, quería arrancarme la cabeza de ser posible. Repasaba mentalmente y en cámara muy rápida, como una película, cada chico por el que había pasado desde que me convertí en esto. ¿Alguna vez había tenido un límite? ¿Alguna vez alguien me había detenido? O tal vez... ¿Yo los forcé a hacer esto?

En un momento ya no podía reconocer si muchos de mis recuerdos eran reales, si eran efecto de alcohol, el calor del momento, de las fiestas o de las luces. Tenía recuerdos de haber sido seducida, buscada, y de chicos cediendo ante mí; pero en un segundo se trastornaban y se convertían en chicos negándose a mí, siendo amables para alejarse, y yo... yo era una abusadora. El mundo se volvía oscuro mientras la escena de mi propio abuso se hacía presente en mi cabeza, una y otra vez. Escuchaba gritos, lamentos, gemidos, risas y música; la maldita música no se detenía y ellos la cantaban.

Se repetía la misma canción una y otra vez...

"Ven acá chica, ven acá"

"Que no puedes resistirte a mi sabor"

"No te preocupes, chica. Yo me encargo"

"Ya no puedes detenerme. Eres mía solamente. Déjame tomarte y-"

-¡Karina!- la voz de Ailish sonó como un cristal rompiéndose en mi mente.

Los recuerdos desaparecieron de repente, como un rayo que ilumina todo un cielo de nubes oscuras con su luz atronadora. La bruma que me enceguecía se fue disipando poco a poco, veía todo como si estuviera dentro de una película con una videograbadora antigua. Miré hacia la derecha, de donde había venido el grito. Ailish estaba en la puerta, atónita, con los ojos azules abiertos completamente, detrás de ella estaba mi madre, con las llaves de repuesto en su mano, mientras con la otra se cubría la boca; ella se veía en shock, confundida, aturdida y con miedo en el rostro.