Capítulo 24

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Steve me arrancó la copa con fuerza y se tomó de fondo la bebida. Ambas nos quedamos sorprendidas.

—Eres un imbécil—comenzó a reír la otra chica a la vez que me daba vuelta para mirarlo solo a él.

—¿Qué diablos? ¿Por qué hiciste eso?

—Tenemos que salir de aquí— él me tomó de la muñeca y comenzó a jalarme para alejarnos de Ángela.

—Pero acabo de llegar.

—Te tienes que ir de aquí, Karina.

—¡No quiero! ¡Suéltame!— intentaba quitar su mano de mi muñeca, pero su agarre era muy fuerte. —¡Dije que me sueltes!

Caminábamos por diferentes pasillos llenos de chicos que no lograba reconocer, algunos querían acercarse a ayudarme, pero Steve los espantaba con una mirada tan dura que helaba la sangre. Los tacones se me resbalaban en el piso de mármol, así que tenía que caminar detrás de él para no caerme. En un momento de reproche él se giró a mí, me miró con dureza y me tiró contra una pared fuera de lo que parecía la cocina; puso mi muñeca y mi espalda pegada a la fría pintura blanca, intenté aventarlo con la otra mano, pero su pecho oponía total resistencia. Al final me rendí e intenté mantenerle la mirada.

—¿Qué pretendes?

—¿Por qué viniste?

—¿No debería ser yo quien pregunte eso? A ti ni siquiera te gustan las fiestas.

—Eso no importa, tienes que irte ahora.

—No lo haré hasta que tenga una explicación— él me miró con el entrecejo fruncido, tenía ganas de patearle las bolas en ese momento, pero internamente algo me detuvo. —Primero me tratas como si por fin dejara de darte asco, después me dices toda esta mierda que me hizo colapsar mentalmente ¡Y para colmo luego de eso desapareces completamente! y no solo conmigo, también con los demás. ¡Ellos te consideraban su amigo!

—No es lo que— lo interrumpí.

—¿Quién diablos eres, Steve? ¿Quién es ella? ¿Qué hay entre ustedes dos?— él suspira muy pesadamente y mira hacia otro lado por el pasillo, comenzaba a menear la cabeza como si le pesara.

—Hay mucho de mí que no conocen, Karina.

—Bueno, la noche es larga.

—Pero yo no tengo mucho tiempo— comenzaba a hablar entre dientes, lo que me dificultaba un poco escucharle.

—¿Qué? ¿Vas a volver a desaparecer? Eres un cobarde— él azotó el puño en la pared a un lado de mi cabeza. —¿Crees que eso me da miedo?— pero me di cuenta de que en realidad no intentaba verse amenazador, porque comenzaba a verse cansado y le temblaba un poco el brazo que sostenía mi muñeca hasta soltarme.

—Busca a Trento.

—¿A Trent? ¿Para qué lo quieres?

—Porque no vas a poder conmigo— dicho esto, se apoyó sobre mi hombro y yo comencé a sentir su peso completo en mi cuerpo.

—Hey ¡Hey! ¿Qué pasó?— puse uno de sus brazos sobre mi hombro para que no cayera. —¿Steve?

—Lo estoy intentando, solo... Llévame.

El coraje se había esfumado y había sido reemplazado instantáneamente por preocupación. Una de sus rodillas se dobló y casi caemos hacia adelante, era más pesado de lo que esperaba, lo apoyé en una de las mesas llenas de botellas y le di un par de palmadas en las mejillas, pero no podía abrir mucho los ojos, balbuceaba incoherencias e intentaba pararse. Debió ser la bebida que era para mí, no me imagino lo que la mente retorcida de esa chica había tenido planeado, pero seguramente no habría salido bien librada de esta, de no ser por él... Lo incliné sobre un lavabo al lado de un microondas y le metí los dedos en la boca hacia la garganta con un "perdóname por esto" para que pudiera vomitar y sacar la droga que había consumido, a saber qué podía ser, pero era mejor que estuviera fuera ahora.

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⏰ Last updated: Nov 09, 2022 ⏰

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Bad bitchWhere stories live. Discover now