La tomé de los hombros y la levanté para después tirarla nuevamente contra el piso, una, dos, ella se ponía las manos detrás de la cabeza; tres, cuatro veces. Fue entonces que sentí unas manos y después brazos alrededor de mi torso, me apretaron y levantaron para dejar a la aturdida chica en el piso.
Yo comencé a patalear y manotear intentando quitarme a la persona que estaba evitando que le rompiera la cara de Barbie que tenía. Ni siquiera sabía por qué estaba tan molesta, si de verdad ya le traía ganas o el hecho de que mencionara al chico de manera tan despectiva.
—Tranquila, fiera. Ya está bien, le diste su merecido— habló la risueña voz de Peter, con un dejo de preocupación. —Es suficiente.
—¡Deja que le termine de azotar la hueca cabeza contra el piso! ¡A ver si así se le alinea un poco el cerebro!
—¡Eres una bestia!— contestó ella a su vez, acomodándose el cabello y la ropa mientras luchaba por tomar aire.
—Gracias, eso es un cumplido de tu parte
—¿Se puede saber qué está pasando aquí?— se escuchó la voz de la directora.
La multitud que se había formado alrededor de nosotras comenzaba a separarse en un segmento. La directora pasó por el pasillo creado por los alumnos, haciendo resonar sus tacones en el piso; primero miró a Solaris que seguía muy desaliñada, sentada sobre su trasero, después me miró a mí, que seguía sin poder pisar ya que Peter me sostenía con fuerza para no escaparme. Negó varias veces con la cabeza y suspiró.
—¿Qué es esto señoritas? ¿Esto es lo que les estamos enseñando aquí? ¿Qué clase de modales son estos?— se acercó más para quedar entre nosotras. —Peleándose como... ¡animales!
—¡El único animal es esa gata de ahí!— contesté señalándole con el dedo.
—Pues tú eres una zorra con "z" de... ¡de zorra!
—¿Es en serio?
—¡Basta ya! ¡Ambas vienen ahora mismo conmigo a la dirección! ¡Y no quiero escuchar una sola palabra de sus bocas!— Peter me bajó al piso, la directora dio media vuelta y miró a todos los demás alumnos. —¿Ustedes qué miran? ¡A clase antes de que los mande a todos a detención!
El grupo de alumnos comenzó a dispersarse, el bullicio era ensordecedor, pero parecía que nada había sucedido; era mejor fingir que así era en este momento. Solaris ya seguía de cerca a la directora, haciendo mala cara a las burlas y comentarios que le hacían al pasar. Yo me arreglé un poco la blusa y di media vuelta para agradecer a Peter por haberme detenido, en realidad no sabía qué habría pasado si nadie lo hubiera hecho.
—Por poco y le rompes las medias, campeona— bromeó él dándome un beso fraternal en la frente.
—Es una estúpida, no sabes lo que dijo. ¡Ella-!— me quedé callada al mirar sobre su hombro.
Ahí estaba Steve, se veía diferente... Había algo en él que me decía que no era el de siempre; no llevaba la chaqueta de cuero, vestía una camiseta de manga larga de color azul y un pantalón caqui. No parecía aquél chico serio de ojos verdes desafiantes, se veía más bien... apagado, no tenía brillo. Me miraba a mí, estoy segura, ¿por qué miraría a alguien más si yo fui el centro de atención? Pero después desvió la mirada a su lado, donde apareció la pelirroja que había visto la última vez que hablé con él, ella se acercó con demasiada confianza y le miraba con ojos de borreguito desde abajo.
Ella me miró, pude percibir la burla en sus ojos y su media sonrisa. Se paró de puntillas sobre sus botines de tacón y le susurró algo al oído. Steve tensó la mandíbula, se irguió y desvió la mirada hacia el piso, como si buscara algo; intentó volver a mirarme, pero la chica lo tomó del mentón, lo miró un momento, tomó su brazo y se lo llevó moviendo la cadera mientras caminaba.
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Bad bitch
Teen FictionSiendo la chica más popular de la escuela y la más deseada, parece una reina en su último año de bachiller. Karina ha pasado por cada uno de los chicos y con una reputación más de una diosa que de una fácil, su intención siempre ha sido divertirse y...