El Rincon de Felixidad || {Felix x SKZ}

3 •Tarta De Fresa•

–¿Que se supone que haces aquí? ¿Que yo no te pago para que te pongas a trabajar?

–Lo que pasa mi querido Lee, es que con tus brazos tan debiluchos no ibas a poder cargar nada.

Changbin y Minho venían discutiendo mientras cargaban unas cajas repletas de mini postres, Félix solo rodó los ojos, al parecer eso era bastante común entre ellos, y siguió caminando pasos adelante.

Iban de camino hacia la plaza de la ciudad, se le ocurrió la idea de vender sus postre allí ya que, por obvias razones, debía ser un lugar concurrido. Quedaba en medio de la ciudad cerca de las escuelas y de las oficinas.

Cuando llegaron a su destino, Felix bajo la mesa desmontable que traía cargando, por suerte los otros dos se habían ofrecido a ayudarle porque si no, no iba a llegar más.

Armó la mesa y extendió un mantel de color claro, con mucha delicadeza y ayuda de lo otros dos, comenzó a desempacar los postres y acomodarlo de la mejor forma.

Tenía de todo, cupcakes, brownies, bocaditos de limón y su especialidad, tarta de fresas.

–Bien está echo, si necesitas ayuda solo vuelve a llamarnos.– Minho y Changbin se despidieron de él, no sin antes robarse unos cupcakes.

Felix suspiro, dándose animos a si mismo puso su mejor sonrisa y paso a esperar a los clientes. Los minutos comenzaron a correr al igual que las horas y nadie se acercaba. Tal vez era muy temprano, se dijo, pero cuando dió el medio día y vio como los niños, adolescentes que salían de sus colegios y hasta algunas señoras que hacían las compras, pasaban de largo ignorandolo, se desánimo.

Las horas siguieron pasando, las personas siguieron pasando, algunas miraban desde lejos lo que vendían pero no compraban. Cansado de estar parado por tanto tiempo decidió sentarse en uno de los bancos que estaba cerca, aburrido se puso a observar a su alrededor.

No sé había tomado el tiempo de conocer mejor su nuevo vecindario la verdad, en realidad, solo se había mudado para ahí gracias a que la propiedad del bar le gustaba, no pensó mucho en lo demás. Esta era la primera vez en su vida que estaba lejos de su casa y de su familia, no recuerda haber vivido en un lugar a si, más cuando su familia era de vivir en barrios un poco... Privados, por así decirlo.

En su observación si notó algo curioso, todas las tiendas principales, verdulerias, farmacia, supermercados, etc, todos a parte de llevar un nombre tenían un logo que se repetía en cada una, la cara de un  perrito que decía "Kim Family Group".

Al mirar una cafetería que estaba al frente notó lo mismo, el mismo logo. La verdad que le llamaba la atención, a parte de que está parecía ser la única cafetería que había por ahí, había visto una similar cerca de la casa de Changbin, con los mismos colores grises, le pareció un poco sospechoso.

Se dió cuenta de la hora solo cuando una larga fila de personas con traje se empezó a formar en aquella cafetería, eso significaba que los trabajadores ya habían terminado su jornada y ya habia obscurecido, era mejor que se fuera si no quería preocupar a Minho y Changbin.

Suspirando derrotado se dispuso a guardar cada uno de sus postres, todavía servían así que se los podía regalar a sus vecinos del edificio o a los empleados de Binnie.

Cuando estaba terminando, pudo ver con sus propios ojos como una persona que corría a toda velocidad termino por tropezar y caer de cara contra el suelo frente suyo. Todo fue muy rápido como para que pudiera hacer algo, pero cuando se dió cuenta que está seguía tirada en el suelo corrió a socorrerla.

Al ayudar a levantarse a aquel hombre de traje gris pudo verle la cara y lo reconoció de inmediato.

–¿Bangchan? ¿Eres Bangchan verdad?