17 •Taiyaki•

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Su corazón latía a mil por hora, sus brazos y piernas se sentía como gelatina mientras sus pies daban brinco alrededor de toda la habitación.

Y es que no podía contenerse, quién sería capaz de hacerlo luego de que sus ojos hayan sido bendecidos al leer tal noticia.

¿Era acaso algo relacionado con su suerte en el amor? Se preguntarán. Y Kim Seungmin en este momento les respondería "y eso con que se come"

Pues en este instante se sentía nuevamente como un chiquillo de dieciocho años, sin nada más en su cabeza que DAY6, nuevamente en su faceta más fanática y chillona, al leer el anuncio de "DAY6 LIVE IN CONCERT"

Y no solo eso, si no que una de las fechas de su tour estaba pactada a una ciudad de distancia de la suya ¡A solo un autobús de distancia!

¡¿Alguien más puede entender la magnitud de este echo en la vida de Seungmin?!

Porque él duda que alguien entienda el por qué siente que va a hacerse pis encima tan solo por pensar en respirar el mismo aire con personas que ni lo conocen.

-Señorito, quédese quieto de una vez.- Suplico doña Dora, ya que lo había estado persiguiendo todo ese rato. - Tengo que terminar de remendarle su traje y usted sigue de inquieto.

-¡¿Cómo quiere que esté en paz doña Dora?! Voy a ver a Young K en persona... Y él me verá a mí, en medio del público... Y me dedicará sus canciones... Luego alguien del staff me ofrecerá un contrato de confidencialidad, nos enamoráremos y tendremos una boda con un corcel blanco... ¡Ouch!- La ensoñacion del chico fue interrumpida al sentir un piquete en su brazo.

-Si, si, si, ¿Y con el señor Lee que hará?- Puso sus ojos en blanco la mayor.

-¿Felix? Bueno, podemos hacer una boda triple, aunque su bias es Wonpil... ¡Auch!- Se quejo nuevamente.

Doña Dora corto como pudo el hilo, enrollandolo junto a la aguja y examinando su trabajo, seguia preguntándose cómo su jefe se la habría arreglado para romper un traje tan costoso como ese.

-Lo que sea, señorito, pero hoy lo necesitamos lo más despierto que pueda.- Suspiro la mujer, acomodando un poco más su traje y quitándole el celular de las manos. - Nada de fantasías por un rato.

-Pero la pre-venta...- Seungmin puchereó, estaba listo para hacer algún berrinche infantil pero su puerta abriéndose estrepitosamente lo hizo volver a la realidad.

Junto con una brisa gélida una hilera de hombres uniformados irrumpieron en su oficina, todos dándole paso a aquella esbelta mujer de porte imponente.

Seungmin irguió inmediatamente su postura al ver a su madre atravesar la puerta, todos los demás empleados permanecieron con la cabeza gacha, mientras la mujer hacía resonar sus tacones en medio del silencio. Su cabello perfectamente recogido a juego con su pulcro traje negro, con sus labios fruncidos en una mueca permanente lo examinaba de pies a cabeza.

Y sin decir ni una palabra, se acercó a su escritorio tomando un tijera de este, Seungmin trago grueso cuando aquel objeto rozó su rostro pero no pasó nada ya que de un movimiento limpio la mujer corto un diminuto hilo que sobresalía de su manga. Limpio el polvo invisible de sus hombros, alejándose nuevamente para pararse en la puerta y sin siquiera mirarlo ordenó.

-Vamos.

Y todo el mundo se puso en marcha nuevamente, casi como si estuviera ensayado o algo por el estilo. Su madre estaba a la cabeza, rodeada de todos esos hombres, Seungmin la seguía desde atrás algunos guardias también lo rodeaban, doña Dora también lo seguía unos pasos más atrás, algo que no le gustaba al muchacho ya que solía tenerla al lado pero ese era el protocolo.

El Rincon de Felixidad || {Felix x SKZ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora