El aroma a café recién echo y pan sacado del horno inundaba toda la pastelería, lo que acentuaba más el pacífico ambiente. Era una mañana bastante tranquila a decir verdad, no había muchos clientes por ser tan temprano, así que Felix podía relajarse y tomar su café de la mañana sin ningún tipo de sobresalto.
A pesar de que los menores se encontraban en su colegio a esta hora y hoy Minho había decidido quedarse a dormir en su casa, la verdad es que no se sentía aburrido, más que nada porque estaba entretenido observando al contratista.
Le había pedido de favor a Seo Changbin que si le podía instalar unos altavoces en la tienda, así poner música en día como estos para no aburrirse. Pero el caso no era ese, si no que desde hace rato podía sentir aquellas miradas de reojo que el hombre le daba mientras trabajaba, lejos de sentirse nervioso o cohibido, esto le daba gracia, ya que el nervioso y cohibido, era Changbin.
De echo, desde que el hombre había llegado a la pastelería pudo sentir cierta tensión en su cuerpo, sus manos parecían actuar torpes y sus orejas se tornaban de color rojo cuando sus miradas se cruzaban. Le sorprendía que, precisamente, él siendo alguien con una apariencia tan ruda y brusca, actuará de manera un tanto inocente.
Changbin volvió a mirar en su dirección y él volvió a conectar sus miradas con una sonrisa, haciendo que el contrario casi soltará el parlante que traía en las manos pero intento disimularlo aclarandose la garganta. No va a mentir, lo estaba haciendo a propósito, era muy divertido.
Por otro lado, alguien quien no se estaba divirtiendo para nada y de echo, se estaba queriendo morir en ese instante, era el contratista. ¡¿Por qué estaba actuando como un puberto cuando él ya era todo un hombre?! ¡Seguro que ni los niños de primaria se comportan así! Se recriminó a si mismo.
Tienen que entender a Seo Changbin, en toda su vida solo había tenido una sola experiencia amorosa, sí, desde que estuvo en secundaria hasta su fallida boda solo tuvo una sola pareja; y como toda persona enamorada, pensó que está iba a ser para siempre por lo cual nunca estuvo interesado en mirar o coquetear con alguien más. Eso nos trae de vuelta a la actualidad, en donde esté hombre adulto se encuentra con una nula capacidad para tener citas o si quiera para hablar de manera natural con la persona que le gusta, ¡¿Cómo se supone que lo invitará a una cita?
De echo ¿Los jóvenes de ahora seguirán saliendo a citas o solo hablaban por mensaje? Esperen un momento, ¡¿Cómo se supone que mantenga una conversación por mensajes cuando ni puede hablarle en persona?! ¡Oh por dios, esto ya era un desastre y ni había empezado!
-¿Changbin, estás bien?- Pregunto Felix genuinamente preocupado, ya que había visto como el hombre se había quedado parado con cara de pánico por un largo rato.
-S-si, eso s-solo que recordé que deje la estufa prendida, pero puede que Jongin se de cuenta y la apague.- Mintió, aún nervioso.
-¿Jongin?- Lo miro curioso el menor.
Entendió a lo que se refería Felix, su empleado solía ser algo distraído. -Tienes razón, seguro que antes se da cuenta Kyungsoo o los bomberos.- Ambos terminaron riendose. -Por cierto, hablando de ellos, se van a casar en primavera y seré su padrino.
-¡¿En serio?! ¡Felicidades!- Hablo con tono contento, al ver su sonrisa Changbin volvió a dar vuelta su cara avergozado, simulando que volvía a su trabajo.
-Si, era eso o Jongin no dejaba que Kyungsoo volviera a dormir en la misma cama.- El rubio río al saber que la propuesta había sido bajo amenazas. - Por eso yo quería regalarles algo, no el pastel de bodas porque eso dijeron que se los daría su familia, sino como unos postres para su fiesta o algo así.- Felix asintió atento, pensando rápidamente en lo que podría ofrecer, mientras el contratista todavía divagaba en su mente sobre otra petición que quería hacer. -... Y t-también Felix, y-yo queria... S-si tú quieres, por supuesto... Pedirte una cit-
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El Rincon de Felixidad || {Felix x SKZ}
FanficLee Felix llega a una nueva ciudad para cumplir su sueño de toda la vida, abrir su propia pastelería. Sin embargo, siete guapos hombres a parecen en su tienda declarando una guerra por su corazón. ¿Quien será el ganador? ¿A quien eligira Felix al...