epílogo

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2 años después

Acarició el barrote con una sonrisa melancólica incrustada en sus labios, suspiró sonoramente mientras se alejaba y se llevaba un cigarrillo a sus labios, colocando sus manos en sus bolsillos. Atravesó con mediana rapidez el lúgubre pasillo.

-¿Tienes fuego Nam? - el mayor se giró a contemplarlo, estaba sentado en una de las bancas del patio que se encontraba como siempre medio vacío, pese a que comenzaba la primavera parecía que prevalecía un frío invernal.

-Vaya, tan temprano despierto. - unos pronunciados hoyuelos se forjaron en el rostro del pelimorado, que sacó de su bolsillo derecho un encendedor qué le prestó al pelinegro. El mayor a su vez estaba terminando de fumar un cigarrillo, solía hacerlo claramente con una frecuencia menor que el pelinegro frente a él. - ¿siquiera dormiste?

-Ah es imposible, estoy nervioso pensé que era inmune a los nervios a decir verdad. - sonrió el pelinegro tras prender el cigarrillo para calar de este. - bueno, hace unos años que no soy inmune si soy sincero, creo que nunca te conté la cantidad de veces que sentía el corazón en mi garganta...

-¿los días de visita? Jungkook nos conocemos hace demasiados años para que no me diera cuenta de lo nervioso que te ponías. - el pelimorado se carcajeo al ver el rostro de molestia del contrario.

-Diez años para ser exacto. - mencionó el pelinegro para rodar sus ojos exasperado. - al parecer no sé actuar.

-Hmm no mucho si soy sincero, o tal vez es meramente porque te conozco demasiado bien. - corrió una brisa qué casi apaga el cigarrillo de Jeon, este ofuscado cubrió con sus manos este.

-¿A qué hora es? - caló nuevamente del cigarrillo y miró curioso al mayor. - creo que lo mencionaron en la audiencia, pero lo olvidé.

-Es en dos horas más. - él pelimorado se estiró mientras contemplaba el cielo despejado qué iluminaba parte de la prisión.

-Genial, alcanzo a hacer algo antes. - el menor se giró y le hizo un ademán al mayor que solo se encogió de hombros y siguió contemplando tranquilamente el panorama de su hogar por ya ocho años. Los labios del menor se encorvaron en una pronunciada sonrisa mientras recorría la lúgubre estancia, reconocía a la perfección cada uno de los rincones de aquel lugar y había aprendido a acostumbrarse a la pesadumbre que la envolvia.

Pateó certeramente la puerta de las duchas, sabía que él estaba ahí. Lo tenía en la palma de su mano y no sabía como sentirse al respecto, pero sentía que lo menos que podía hacer al respecto era utilizar aquello a su favor.

El resto de los reos se giraron a verlo, cuestión que bastó para vaciar con rapidez el lugar. El pelinegro esperó a que el último recluso saliera del lugar para cerrar la puerta tras si.

-Ya sal Yoongi, no me hagas esperar. - canturreó con una media sonrisa mientras avanzaba por el humedo lugar.

El demacrado pálido se giró a verlo, no existía ningún ápice de coraje en su mirada o el más mínimo signo de resistencia. Estaba condenado.

-Verte de esta manera me trae algunos recuerdos ¿sabes? - el pelinegro avanzó hasta quedar a la altura del pálido qué bajó su mirada. - son los mismos ojos que tenía Jimin el día que llegó a este basurero. - se acercó más peligrosamente, buscando con sus oscuros ojos la mirada ajena. - son los mismos ojos que tenía Taehyung el día que descubrimos lo que hacían el asqueroso de tu padre y tú con él. - tomó con fuerza por el mentón al pálido que soltó un quejido de dolor, el menor obligó al contrario a chocar su mirada con la propia. - ¿qué se siente haber probado una cucharada de tu propia medicina?

Caught | Kookmin | Temporada Dos ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora